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En Nuquí, la violencia amenaza el turismo

El municipio chocoano también sufre los estragos de la pandemia que produjo que en 2020 recibieran solo el 20 % de los visitantes que cada año llegan. Además, la presencia del Clan del Golfo y el Eln atemoriza a los habitantes.

Karen Vanessa Quintero Martínez
23 de abril de 2021 - 02:00 a. m.
En Nuquí, la violencia amenaza el turismo
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“De este tema por acá nadie le va a hablar. La gente está asustada y es mejor no decir nada”. La frase la dijo un líder social de Nuquí, o una lideresa, en estos casos es mejor que ni se sepa. Eso sí, la sentencia condensa el miedo en el que viven los habitantes del municipio chocoano, pues están a merced de los grupos armados ilegales que se pasean por la zona y que, dicho sea de paso, no se sabe con certeza a qué estructura pertenecen. Clan del Golfo o Eln, en la práctica puede dar hasta lo mismo. Como dicen por esas tierras, todos los malos se parecen.

Las extensas playas rodeadas de selva húmeda, a orillas del Pacífico, son llamativas para turistas nacionales y extranjeros, pero las virtudes geográficas y culturales no pueden ser disfrutadas por los locales. Y los hechos recientes de violencia confirman los temores de las comunidades.

El pasado 8 de abril fue asesinado el líder comunitario y guía turístico Yarley Margarito Salas, por desconocidos que le dispararon. Aunque alcanzó a llegar a un centro de salud, murió al día siguiente. El mismo día del ataque a Salas, casi simultáneamente, el inspector de policía José Riascos Córdoba fue asesinado por hombres armados que entraron hasta su casa. Y hace solo seis meses, el jueves 29 de octubre de 2020, fue asesinada la lideresa y empresaria colombo-española Juana María Perea Plata, de cincuenta años, quien fue sacada a la fuerza de su casa en el corregimiento Termales y su cuerpo fue encontrado en el agua por pescadores de la cabecera municipal. Por este hecho fue detenido un hombre señalado de ser el responsable de manejar la lancha en que la secuestraron.

De acuerdo con el alcalde de Nuquí, Yefer Arley Gamboa, la incertidumbre en la zona es tal que cuatro comunidades indígenas asentadas en el río Chorí están confinadas al norte del municipio por la presencia de grupos armados. Se trata de cerca de mil personas en riesgo de desplazamiento.

“Todos hablan de las muertes, pero nadie piensa en los que quedan, en qué viene, en qué pasa con los líderes de los consejos comunitarios que trabajan por la defensa del territorio. Conocí a Margarito, nunca había visto a alguien tan comprometido. ¿Qué cree el país que sentimos nosotros? Hoy estoy hablando, puede ser que mañana no”, dijo un líder que, por seguridad, prefiere no ser identificado. Recuerda, además, que esta zona es estratégica para el narcotráfico: “De aquí pueden salir hacia Centroamérica, sobre todo Panamá y Costa Rica”, agrega.

En diciembre de 2020 el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, reconoció el alto valor estratégico de la zona y la disputa de los grupos armados por el control territorial. “Es importante entender la relación causa efecto que hay entre el asesinato de líderes sociales y la presencia del narcotráfico en las zonas en donde dichos líderes ejercen su indispensable vocería social”, dijo el defensor.

El caso de Nuquí refleja el panorama de un departamento en el que el conflicto armado ha arreciado. Hay presencia del Eln, del Clan del Golfo, se ha reportado la incursión del Frente 30 de las disidencias de las Farc, en el sur del departamento, y en Quibdó preocupa el fortalecimiento de las bandas criminales. La violencia se ha recrudecido a tal punto que, según reportes de Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), en los primeros tres meses del año 6.000 personas quedaron confinadas en el departamento, la mayoría pertenecientes a grupos étnicos. En 2020, de acuerdo con el informe del Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia, en Chocó se concentró el 78,3 % de los casos de confinamiento y el 24 % de los desplazamientos forzados.

El alcalde reconoce la conmoción y el temor, también considera que las condiciones de seguridad han afectado el turismo del cual dependen, pues si no hay visitantes la comercialización de sus productos se limita al consumo local y a lo que se pueda sacar para el interior del país. “Cuando ocurren estos hechos, las personas que habían comprado planes cancelan. Tras el asesinato de Juana bajó la demanda porque la mayoría de los turistas son extranjeros y el hecho generó preocupación en la comunidad internacional”, afirma Gamboa. La situación más crítica se presenta en la zona rural. Para los 16.000 habitantes que hay en Nuquí, 14.500 en zona rural, en el municipio solo hay 16 policías. Garantizar la seguridad de la población es una de las prioridades de las autoridades locales, y, según el alcalde, el comandante de Policía de Chocó se comprometió a mandar auxiliares para reforzar la zona y la Armada informó que enviaría un pelotón adicional al sur del municipio. “El departamento de Policía se compromete en coordinación con la Armada y la Alcaldía de Nuquí a adelantar la investigación y a seguir individualizando a los delincuentes”, aseguró Clauder Cardona, comandante de Policía de Chocó.

A esto se le suman los efectos económicos y sociales derivados de la pandemia del coronavirus. Roberto Henao, coordinador de turismo en el municipio, dice que en 2020 recibieron cerca de 4.000 visitantes, cuando, según los datos de la Alcaldía, en un año normal recibían 20.000; calculan que solo han recibido el 20 % del impuesto de tasa turística. “Este año ya registramos 1.257 turistas y esperamos que los aeropuertos sigan abiertos”, asegura. También considera que las condiciones de seguridad han afectado la llegada de visitantes y dice que es fundamental ejecutar programas “para promocionar el destino porque, a pesar de las dificultades, la gente sigue comprometida”.

El negocio de Carlos Castillo, gerente del hotel Acuali, estuvo cerrado desde febrero hasta diciembre de 2020 por el COVID-19; la ocupación bajó un 80 %. “En Semana Santa hubo visitantes, pero con la llegada del tercer pico de la pandemia de nuevo bajaron las reservas. “Para esta temporada de avistamiento de ballenas (entre julio y octubre, especialmente agosto) tenemos expectativa, han aumentado las reservas, esperamos que Colombia y el mundo vengan a desintoxicarse en Nuquí, nuestra frondosa selva húmeda tropical”, dijo. Castillo considera que los temas de seguridad no han afectado la llegada de turistas, pues los visitantes están seguros y ningún hecho se ha presentado contra ellos.

Asimismo, la dueña de una posada (que también prefiere no ser identificada) señala que su negocio se vio afectado por la pandemia, pero no por los hechos violentos. Lo fundamental para ella es aprovechar los potenciales de Nuquí capacitando a la población, con inversiones en infraestructura y acceso a servicios básicos. “Descubrimos que tenemos muchas riquezas; acá está la solución, en el desarrollo de proyectos familiares. Queremos generar empleo y que los jóvenes no se vayan con los grupos armados, sino que puedan trabajar como guías. Frente a la situación actual, afirma que son los habitantes de la zona quienes pierden la tranquilidad cuando asesinan a sus familiares, amigos o vecinos.

La misma versión tiene el líder comunitario: “La zozobra es para el nativo, que tiene que abstenerse de ir a la zona rural; no para los turistas, pues los grupos armados no se meten con ellos”. Las comunidades solicitan atención para que no sigan matando a sus líderes y dejar de vivir con tanto miedo. Para él, es necesaria la presencia de la fuerza pública, aunque considera que la militarización no es la única respuesta, pues también hace falta inversión social y brindar apoyo a los jóvenes de la zona para evitar el reclutamiento forzado.

Impulso para el turismo en Chocó

Andrés Mauricio Palacios, secretario de Desarrollo Económico de Chocó, reconoce la afectación económica que, por cuenta del coronavirus, sufrió el año pasado este departamento agropecuario con grandes potencialidades turísticas: especialmente en los municipios de Nuquí, Bahía Solano, Unguía, Bajo Baudó y Acandí, en los que la llegada de turistas se redujo hasta en un 80 %.

“Las acciones de la Gobernación en medio de la reactivación económica han estado enfocadas en la promoción de este sector. Gracias al mejoramiento de las rutas, Nuquí presenta mayor afluencia de visitantes regionales. Queremos que mejore su capacidad hotelera”, dijo.

Palacios destaca también el proyecto de la red Pacífico por más de $42.000 millones, que cobija a cuatro departamentos. En Chocó los municipios beneficiados son Acandí, Bahía Solano, Nuquí, Quibdó y Unguía. En estos momentos, señala el secretario, están actualizando el plan turístico departamental y fortaleciendo procesos de capacitación.

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