Tras las quejas de residentes por la presencia de garzas bueyeras, operarios de la Empresa Metropolitana de Aseo (Emas) realizaron labores de poda en los árboles en la Avenida Santander, entre los sectores de Las Palmas y El Cable. De acuerdo con observaciones locales, las garzas suelen llegar a partir de las 5:00 p.m. y permanecen estacionadas por largos periodos en la vegetación de esta área.
Por su parte, Corpocaldas señaló en un informe reciente que la presencia de estas aves también afecta otros puntos de la ciudad, como el sector del Triángulo, frente a la Universidad Católica de Manizales, el barrio Cristo Rey, la Ruta 30 (entre Fátima y Malabar), el Parque de la Mujer y los alrededores del Bosque Popular.
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La Alcaldía de Manizales confirmó que las recientes podas de árboles tienen como principal objetivo mitigar la proliferación de garzas bueyeras, una especie invasora que ha causado problemas ambientales y de salubridad en la ciudad. Estas intervenciones buscan reducir los puntos de descanso de las aves, mejorar la visibilidad de las cámaras de seguridad y minimizar los riesgos durante eventos masivos como la Feria de Manizales.
Según la Secretaría de Medio Ambiente, las podas se realizaron bajo estrictas normas de protección ambiental para garantizar que no se afectaran los pichones ni se comprometiera la salud de los árboles.
Además, estas acciones fueron coordinadas con la Unidad de Gestión del Riesgo (UGR) y en cumplimiento de una Acción Popular que exige a las autoridades reubicar a las aves hacia zonas rurales para minimizar su impacto en el área urbana.
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Las garzas bueyeras, que han utilizado los árboles de la Avenida Santander como refugio, generan acumulación de desechos como plumas y heces que deterioran el arbolado urbano y representan riesgos sanitarios. La alcaldía explicó que, además del daño ecológico, las heces de las aves pueden causar problemas respiratorios y alérgicos en la población, especialmente en niños y adultos mayores.
En Manizales, la proliferación de estas aves se ha intensificado por la falta de depredadores naturales y la disponibilidad de refugios en áreas urbanas.
Desde 2020, el Tribunal Administrativo de Caldas ordenó a la Alcaldía de Manizales y a Corpocaldas tomar medidas para controlar la población de estas aves. Entre las estrategias implementadas se encuentran el monitoreo constante, el uso de dispositivos de ahuyentamiento como espantapájaros y polisombras, y campañas de sensibilización ciudadana.