Estatua de Sebastián de Belalcázar no regresará al Morro del Tulcán en Popayán
La decisión fue comunicada por Luis Alberto Sevillano, director de poblaciones del Ministerio de Cultura. La estatua fue derrumbada el 16 de septiembre, luego de que los Misak le hicieran un juicio al conquistador español, donde se le declaró culpable de opresiones y daños a esa comunidad.
Con aplausos fue celebrada por la comunidad indígena Misak la decisión del Ministerio de Cultura de no regresar la estatua de Sebastián de Belalcázar a la Pirámide Ancestral de Tulcán. En una asamblea en el resguardo La María, Piendamó, el Movimiento de Autoridades Indígenas del Sur Occidente (AISO), se reunió con el director de poblaciones de Mincultura, Luis Alberto Sevillano, encargado de anunciar la noticia.
“Hay en esta coyuntura oportunidades para avanzar en la restauración de la memoria. Generar espacios académicos con los grupos de las comunidades para contar la historia que no hemos contado, la historia que dice, en últimas, que este país lo hemos construido todos desde nuestros propios espacios”, puntualizó Sevillano.
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La asamblea se dio luego de que la comunidad indígena anunciara que defenderán jurídicamente el derribamiento de la estatua de Belalcázar. Este acto se dio en el Morro de Tulcán en Popayán, el 16 de septiembre, fecha que ese pueblo declararó como el Día Internacional de la Memoria de los Pueblos Originarios en el Mundo. Para los Misak esa acción significó el juicio para el emperador español, a quien señalan de opresiones y daños contra ellos.
“La autoridad indígena precisa que como resultado del juicio que se hizo a Sebastián Moyano de Cabrera -alias Sebastián de Belalcázar-, se resolvió derribar la estatua ubicada en el Morro de Tulcán, determinación que se sustentó en las normas propias de la jurisdicción especial indígena, cuenta con todo el respaldo de nuestro deber y derecho mayor de origen, de la cosmovisión ancestral cultural y política de hijos del agua, del arco iris y de los sueños”, leyó en un encuentro virtual, el miércoles 23 de septiembre, el secretario técnico de Autoridades Indígenas del Suroccidente, Edgar Alberto Velasco.
También le puede interesar: Antropólogos rechazan amenazas contra los Misak tras derribar estatua de Belalcázar
Con aplausos fue celebrada por la comunidad indígena Misak la decisión del Ministerio de Cultura de no regresar la estatua de Sebastián de Belalcázar a la Pirámide Ancestral de Tulcán. En una asamblea en el resguardo La María, Piendamó, el Movimiento de Autoridades Indígenas del Sur Occidente (AISO), se reunió con el director de poblaciones de Mincultura, Luis Alberto Sevillano, encargado de anunciar la noticia.
“Hay en esta coyuntura oportunidades para avanzar en la restauración de la memoria. Generar espacios académicos con los grupos de las comunidades para contar la historia que no hemos contado, la historia que dice, en últimas, que este país lo hemos construido todos desde nuestros propios espacios”, puntualizó Sevillano.
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La asamblea se dio luego de que la comunidad indígena anunciara que defenderán jurídicamente el derribamiento de la estatua de Belalcázar. Este acto se dio en el Morro de Tulcán en Popayán, el 16 de septiembre, fecha que ese pueblo declararó como el Día Internacional de la Memoria de los Pueblos Originarios en el Mundo. Para los Misak esa acción significó el juicio para el emperador español, a quien señalan de opresiones y daños contra ellos.
“La autoridad indígena precisa que como resultado del juicio que se hizo a Sebastián Moyano de Cabrera -alias Sebastián de Belalcázar-, se resolvió derribar la estatua ubicada en el Morro de Tulcán, determinación que se sustentó en las normas propias de la jurisdicción especial indígena, cuenta con todo el respaldo de nuestro deber y derecho mayor de origen, de la cosmovisión ancestral cultural y política de hijos del agua, del arco iris y de los sueños”, leyó en un encuentro virtual, el miércoles 23 de septiembre, el secretario técnico de Autoridades Indígenas del Suroccidente, Edgar Alberto Velasco.
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