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Aunque en las últimas dos semanas siete departamentos, entre ellos el Valle del Cauca, Nariño, Chocó y Santander, reportaron los estragos de las lluvias en Colombia — 10 muertos, cerca de 6 heridos y más de 60 viviendas destruidas—, el primer régimen de lluvias en el país, enmarcado entre abril y finales de mayo, aún no ha empezado.
El director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam), Ómar Franco, explicó que las precipitaciones de marzo son atípicas y producto de un frente frío que entró desde Brasil por el suroccidente del país y que también afectó a Bolivia y Perú, lugares en donde también se presentaron inundaciones.
“No somos ajenos a las condiciones meteorológicas del continente y por nuestra ubicación nos vemos afectados por lo que pasa en el sur y el norte”, manifestó.
Según Franco, ciudades como Pereira y Manizales ya superaron los niveles históricos de lluvias para el mes de marzo, mientras que en Bogotá la precipitaciones alcanzaron el 90% de lo pronosticado para el tercer mes del año y Medellín el 65%.
Este fenómeno climático, aunque eventual, ya puso a trabajar a organismos como el Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, a la Cruz Roja, al Ejército y otros, que en lugares como Palmira, Valle, Palermo, Huila y Bucaramanga pusieron a prueba los planes de contingencia.
El director general de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Iván Márquez, le dijo a El Espectador cuáles han sido, hasta ahora, los casos más críticos que se han atendido: “Un deslizamiento en Palmira en la vía hacia la parte rural de Jerusalén, donde dos personas resultaron heridas y dos más fallecieron. Otro deslizamiento en Palermo (Huila) sepultó una vivienda, dejó una persona muerta y otra herida. Además otro en el 12 de Octubre, en Bucaramanga, donde se extrajeron cuatro cuerpos, dos niños y dos adultos”.
A pesar de la pérdida de vidas humanas, para Márquez, el balance de los últimos tres años es positivo puesto que las pérdidas en lo que va corrido del año, teniendo en cuenta que no ha empezado formalmente la primera temporada invernal, han disminuido.
“En 2012 y 2013 hubo una disminución del 43% en cuanto a personas afectadas. En inversión, en 2012 se invirtieron $70 mil millones para atender la temporada de lluvias y en 2013, $20 mil millones, una disminución del 70%. También hubo menos personas heridas (71%) y en viviendas afectadas, cayó al 50%.
Para atender la ola invernal, que entrará con días soleados y otros con lluvias intensas para luego desembocar en precipitaciones diarias durante casi 60 días, el Gobierno Nacional dispuso $50 mil millones y más de 300 mil personas.
Dependiendo de la zona del país y su nivel de humedad se esperan crecientes súbitas de los ríos, inundaciones, vendavales, tormentas eléctricas y granizadas, por eso, además de no dejar la sombrilla en su casa, las recomendaciones, una vez más, son “trasladarse de las zonas con riesgo de inundaciones, la adecuada disposición de residuos sólidos y evitar el taponamiento de ríos y quebradas. También un trabajo comunitario para limpiar los cajones de aguas lluvias, revisar los árboles y prestar mucha atención en zonas ribereñas que son susceptibles a las crecientes”, advierte Márquez.
oguesguan@elespectador.com
@oscarguesguan