Gobierno niega existencia "permanente" de casas de pique

 Buenaventura, inmersa en una guerra entre bandas narcoparamilitares, recibió este viernes la visita del titular de Defensa, Juan Carlos Pinzón, que negó la existencia "permanente" de "casas de pique", al tiempo que prometió un refuerzo de fuerza pública. (Vea: Buenaventura, descuartizada)

Pinzón llegó a este enclave marítimo ubicado en el suroeste del país dos días después del hallazgo de varias casas usadas por La Empresa y Los Urabeños, las bandas que se disputan el control del territorio y el tráfico de armas y drogas en la ciudad, para descuartizar a sus víctimas.

En una Buenaventura parcialmente militarizada, Pinzón negó que las denominadas "casas de pique", cuya existencia ha causado un gran impacto en Colombia, sean "un hecho permanente o sostenido", sino un fenómeno puntual, y aseguró que las autoridades capturaron el lunes al responsable de los descuartizamientos, alias "Nene".

Durante 2013 y los dos primeros meses de 2014, se han registrado por lo menos doce casos de desmembración de personas según datos del personero de Buenaventura, Álvaro Martán, quien dijo que se trata de unos hechos "inéditos" en esta ciudad que ya supera el medio millón de habitantes.

A menos de 48 horas de las elecciones legislativas en Colombia Pinzón anunció un aumento temporal de 380 policías para combatir la violencia generada por estas bandas herederas de los paramilitares en respuesta a la orden proferida el jueves por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, de "intervenir" la ciudad.

"Esto se va a mantener por lo menos por 60 días mientras vamos estabilizando la situación", dijo Pinzón, quien durante su visita posterior por el centro del puerto tuvo que escuchar los reclamos de la comunidad de "menos represión y más inversión social".

Y es que aparte de los descuartizamientos, en Buenaventura ya se ha registrado más de medio centenar de homicidios en lo corrido del año y es escenario de desplazamientos masivos de su población por la violencia de las bandas.

En su breve visita a la ciudad, donde las calles están medio anegadas y los niños aprenden a bailar reggaeton antes que a leer, Pinzón anunció la captura la madrugada del jueves de once miembros de la banda de La Empresa, una facción local de Los Rastrojos, al tiempo que profirió una amenaza a los criminales: "vienen más capturas y esas capturas ya se tienen previstas y programadas".

El ministro hizo un recorrido por el centro de la ciudad pero no visitó los barrios más azotados por la violencia, ubicados en el deprimido sector de palafitos de Bajamar, donde supuestamente se han producido los descuartizamientos.

En la plaza de mercado el ministro llegó a bromear con una vendedora a la que compró algunas verduras: "es el primer mercado que hago en mi vida", pero también tuvo que escuchar las quejas de unos comerciantes cansados por la extorsión que realizarán el próximo miércoles un "plantón" que se prevé masivo con el cierre de miles de negocios.

Acompañado en todo momento por miembros de la cúpula militar que viajaron con él a Buenaventura y escoltado por un fuerte contingente y policial, Pinzón habló con varios ciudadanos, entre ellos un líder comunal que llevaba puesto un chaleco a prueba de balas por debajo de la camiseta.

"Tengo que ir con chaleco porque me amenazan, señor ministro", le dijo el líder, al constatar el delicado equilibrio en el que vive el puerto.

Antes de partir, el titular de Defensa alcanzó a identificar una de las claves de la violencia en la ciudad: "toda esta gente que capturamos viene siendo reclutada porque son jovencitos sin opciones, tenemos que hacer integral este esfuerzo del Gobierno".

 Buenaventura, inmersa en una guerra entre bandas narcoparamilitares, recibió este viernes la visita del titular de Defensa, Juan Carlos Pinzón, que negó la existencia "permanente" de "casas de pique", al tiempo que prometió un refuerzo de fuerza pública. (Vea: Buenaventura, descuartizada)

Pinzón llegó a este enclave marítimo ubicado en el suroeste del país dos días después del hallazgo de varias casas usadas por La Empresa y Los Urabeños, las bandas que se disputan el control del territorio y el tráfico de armas y drogas en la ciudad, para descuartizar a sus víctimas.

En una Buenaventura parcialmente militarizada, Pinzón negó que las denominadas "casas de pique", cuya existencia ha causado un gran impacto en Colombia, sean "un hecho permanente o sostenido", sino un fenómeno puntual, y aseguró que las autoridades capturaron el lunes al responsable de los descuartizamientos, alias "Nene".

Durante 2013 y los dos primeros meses de 2014, se han registrado por lo menos doce casos de desmembración de personas según datos del personero de Buenaventura, Álvaro Martán, quien dijo que se trata de unos hechos "inéditos" en esta ciudad que ya supera el medio millón de habitantes.

A menos de 48 horas de las elecciones legislativas en Colombia Pinzón anunció un aumento temporal de 380 policías para combatir la violencia generada por estas bandas herederas de los paramilitares en respuesta a la orden proferida el jueves por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, de "intervenir" la ciudad.

"Esto se va a mantener por lo menos por 60 días mientras vamos estabilizando la situación", dijo Pinzón, quien durante su visita posterior por el centro del puerto tuvo que escuchar los reclamos de la comunidad de "menos represión y más inversión social".

Y es que aparte de los descuartizamientos, en Buenaventura ya se ha registrado más de medio centenar de homicidios en lo corrido del año y es escenario de desplazamientos masivos de su población por la violencia de las bandas.

En su breve visita a la ciudad, donde las calles están medio anegadas y los niños aprenden a bailar reggaeton antes que a leer, Pinzón anunció la captura la madrugada del jueves de once miembros de la banda de La Empresa, una facción local de Los Rastrojos, al tiempo que profirió una amenaza a los criminales: "vienen más capturas y esas capturas ya se tienen previstas y programadas".

El ministro hizo un recorrido por el centro de la ciudad pero no visitó los barrios más azotados por la violencia, ubicados en el deprimido sector de palafitos de Bajamar, donde supuestamente se han producido los descuartizamientos.

En la plaza de mercado el ministro llegó a bromear con una vendedora a la que compró algunas verduras: "es el primer mercado que hago en mi vida", pero también tuvo que escuchar las quejas de unos comerciantes cansados por la extorsión que realizarán el próximo miércoles un "plantón" que se prevé masivo con el cierre de miles de negocios.

Acompañado en todo momento por miembros de la cúpula militar que viajaron con él a Buenaventura y escoltado por un fuerte contingente y policial, Pinzón habló con varios ciudadanos, entre ellos un líder comunal que llevaba puesto un chaleco a prueba de balas por debajo de la camiseta.

"Tengo que ir con chaleco porque me amenazan, señor ministro", le dijo el líder, al constatar el delicado equilibrio en el que vive el puerto.

Antes de partir, el titular de Defensa alcanzó a identificar una de las claves de la violencia en la ciudad: "toda esta gente que capturamos viene siendo reclutada porque son jovencitos sin opciones, tenemos que hacer integral este esfuerzo del Gobierno".