El Gobierno aclaró en una carta que los retrasos en la ubicación de miembros de las Farc en las zonas de concentración no son solo responsabilidad del Gobierno, sino también de la Organización de Naciones Unidas, como parte del mecanismo tripartito. De igual forma, pidieron un encuentro “privado” con la ONU para revisar el cumplimiento de los acuerdos. Es decir, la ropa sucia se lava en casa. (Lea: Hoy termina desplazamiento de las Farc a zonas de concentración)
La respuesta firmada por la ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, y el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, señala que han solicitado sin éxito una reunión con la ONU para revisar el cumplimiento de los acuerdos y agregaron que "ese es el procedimiento adecuado para resolver los temas”.
Además, responden a cada una de las críticas que realizó el jefe de la misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault. Sobre el avance dicen que los predios para la ubicación de las Farc ya fueron adquiridos en su totalidad, la construcción de áreas comunes está en un 80% y la construcción en los terrenos avanza pese a los problemas en terreno y las diferencias con algunos de los comandantes de las Farc.
Sobre la delimitación de los campamentos, que formó parte de las críticas de Arnault, señalan que este es un tema que precisamente debe ser decidido por el mecanismo tripartito del que forma parte la ONU.
El tema central de las diferencias entre Gobierno y ONU es la solicitud de aplazamiento de la entrega de armas. Sobre el asunto la respuesta del Gobierno fue tajante: no habrá ningún cambio en el cronograma establecido con las Farc al respecto.
También señala los pocos avances de la ONU en el tema. “Venimos alentando a la misión para que prepare los contenedores necesarios para la dejación de armas. Para que no sea un motivo de retraso en el calendario acordado”, señala la carta.
Sobre los miembros de la Misión de Monitoreo de la ONU, el Gobierno critica que “en muchas zonas hay un importante desconocimiento por parte de los observadores de la ONU encargados del monitoreo y verificación del acuerdo, lo que lleva a que se tomen decisiones que no corresponden a lo acordado”.
Con esta carta, políticamente correcta, el Gobierno respondió los cuestionamientos que realizó el jefe de la misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault. Y de colofón le pidió a la ONU que además de criticar, resuelva los problemas que ha tenido en terreno.