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En la vereda Guarumal, del municipio La Playa de Belén, en Norte de Santander, la Policía encontró muerto el pasado miércoles 30 de julio a Sergio Luis Gómez Cáceres, de 33 años, quien tres días antes había sido reportado como secuestrado, por la organización Madres del Catatumbo, en el sector La Curva, en Sardinata, sobre la vía entre Ocaña y Cúcuta.
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Según la Policía de Norte de Santander, la víctima no tenía documentos, pero por un tatuaje en el cuello y otro en la espalda pudo ser reconocida. También indicó que el cuerpo de Gómez Cáceres tenía varios impactos de bala, así como una amputación parcial en el dedo pulgar de su mano derecha.
“Como madres, nos duele profundamente ver cómo se siguen apagando las vidas de nuestros hijos, cómo cada día crece la incertidumbre, la zozobra, el miedo. No queremos seguir enterrando a nuestros jóvenes ni viviendo con el corazón destrozado por culpa de una guerra que no hemos elegido”, expresó la organización Madres del Catatumbo frente a la situación de violencia.
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Sobre Gómez Cáceres también se conoció que el 3 de marzo fue víctima de un ataque sicarial en Barrancabermeja. Tras quedar gravemente herido, lo trasladaron a la Clínica Magdalena y estuvo hospitalizado varios días.
Por su parte, Madres del Catatumbo pidió al Gobierno que haya una articulación institucional “para detener esta tragedia (...). Nuestros jóvenes no son carne de cañón. No son objetivo militar, son nuestro presente y futuro. No queremos más promesas, queremos vida, justicia y paz”. Además, resaltó que entre el 14 y el 20 de julio, seis jóvenes fueron asesinados en diferentes circunstancias.