A dos millas de la costa de Coveñas (Sucre) está hundido desde julio de 2019 el barco Oilmob, una embarcación que cumplió su vida útil de trabajo para la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol). Esta estructura fue destinada para pasar el resto de sus días en el fondo del golfo de Morrosquillo. Con esto se busca la regeneración del coral, para así promover el turismo y el buceo en esa zona del país. A diferencia de Cartagena, Santa Marta o San Andrés, en esta región esta actividad no es común. Sin embargo, con el hundimiento de este barco y el objetivo futuro de crear un parque subacuático, Coveñas quiere convertirse en un destino obligado para los buzos nacionales e internacionales.
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La idea de este proyecto es hundir otras estructuras, barcos o incluso aviones. “Esto no se trata de ponernos a echar cosas al mar a la loca, porque eso también puede tener un impacto negativo. Se trata de hacerlo con conciencia”, aseguró Guillermo Cámara, gerente de la empresa de buceo Coveñas Diving. Al invadir el espacio de miles de especies que habitan en el golfo de Morrosquillo, este proyecto tiene que hacerse de forma responsable y con los estudios pertinentes. De no hacerse correctamente, el impacto medioambiental de los hundimientos puede afectar los ecosistemas por la presencia de agentes extraños. Además, es normal que se presente un aumento en la cantidad de flora y fauna, lo que puede producir algunos cambios en las propiedades físicas y químicas del agua, y causaría la muerte a miles de especies.
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Desde noviembre de 2017 la empresa Coveñas Diving tiene como objetivo el fomento del buceo en el golfo de Morrosquillo. Este español, nacido en Sevilla, llegó a Colombia hace 10 años en uno de sus viajes para explorar el fondo del mar Caribe. Inmediatamente se enamoró del azul del agua que vio en Coveñas y decidió quedarse ahí, formar su propia empresa de instrucción y crear planes de buceo para profesionales, aficionados o gente que quiere vivir por primera vez esa experiencia.
“Esto del buceo era algo muy novedoso acá en la zona y ha sido una reacción de beneficio mutuo para la comunidad y para nosotros. Hay gente que viene y que le gusta tanto, que vuelve al otro año. Ya tenemos clientes extranjeros, como unos argentinos que vienen todos los años. Esto genera gastos de hotel, de restaurante, regalos, y todo eso es beneficioso para la comunidad y para nosotros”, aseguró Cámara a El Espectador. La empresa, con la ayuda de la Dirección General Marítima (Dimar), ha trabajado para conseguir la construcción de un parque submarino que atraiga cada vez más turismo.
En Portugal, por ejemplo, desde 2007 se iniciaron las preparaciones para la creación de un parque subacuático en las costas del océano Atlántico, a tres millas de la barrera de la ciudad de Portimao. Para esto fueron utilizados cuatro buques de guerra pertenecientes a la Marina portuguesa. En 2018, una ONG libanesa hundió en el mar Mediterráneo diez tanques y vehículos militares utilizados para la guerra con el mismo objetivo que se hizo en Portugal: convertir la zona en una parada obligada para los buzos de todo el mundo.
Los ejemplos de Portugal y Líbano motivaron a Cámara a presentar a la Alcaldía de Coveñas un proyecto para la creación de un parque subacuático a partir de hundimientos voluntarios. Debido a la calidez y la transparencia de las aguas, desde Coveñas Diving creen que un ecosistema de ese tipo podría generar beneficios para la región. “Estamos trabajando en un tema de promoción, para que el buceo ingrese en las campañas de turismo que tiene el municipio”, dijo Marisela López, secretaria de Turismo de Coveñas.
Además de tener la función de fomentar el turismo en esta región, el hundimiento de esta embarcación también tiene un objetivo medioambiental importante. La regeneración de corales que se produce alrededor de estas estructuras es clave para que la vida marina continúe en equilibrio. “Un cuarto de toda la vida marina depende de los arrecifes de coral para obtener alimentos y refugio”, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
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Oilmob está sumergido hace un año y medio, y ha cumplido a la perfección su primera función: el regeneramiento de los arrecifes de coral de la zona es un éxito y trajo especies como los caballitos de mar, que requieren mucho coral y buena calidad de agua para poder vivir. “Cuando regresamos al mar, después de que terminaron las restricciones por la pandemia, nos sorprendió muchísimo. El barco tiene sus compartimientos, por ejemplo la cabina del capitán, donde nosotros nos metíamos para explorar un poco, hoy ya no se puede gracias a la gran cantidad de coral que se ha generado”, dijo Cámara.
Por el momento este proyecto está en etapa de estudios por parte de la Dimar y la Alcaldía de Coveñas, pues requiere un gasto significativo que dependerá de lo grande que sea el parque, aunque según Cámara podrían ser entre $200 y $300 millones. Además, se deben adaptar las estructuras porque muchas partes están hechas de plástico o de materiales contaminantes, lo que podría generar un efecto contrario al que quieren crear.