La explosión en una bodega ubicada en el barrio Girardot, en Bucaramanga, reveló irregularidades laborales que había dentro de la empresa, según testimonios de los trabajadores. El hecho ocurrió el miércoles 2 de julio, cuando al parecer una mala manipulación de cilindros de gas y galones de alcohol causó la emergencia que dejó diez personas heridas, dos de ellas con quemaduras graves y pronóstico reservado.
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Las autoridades descubrieron que muchos trabajadores no tenían contrato, no estaban afiliados al sistema de seguridad social y operaban sin capacitación en un lugar que tampoco contaba con permisos formales de funcionamiento.
“Fue porque los mismos empleados nos explicaban qué hacer. Ni yo sabía ni nada. Yo vi eso en el Facebook y me escribieron por WhatsApp. Yo escribí y me dieron el número. Primero, venga el lunes a las 8 de la mañana y empieza una vez. Yo llegué, y de una vez empezamos”, relató uno de los empleados a Caracol Radio.
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El incendio fue controlado por el Cuerpo Oficial de Bomberos. Al llegar al lugar, la Policía intentó obtener una declaración del administrador, pero este se acogió a su derecho a guardar silencio tras hablar con su abogado.
Las víctimas fueron remitidas a centros médicos. El padre de uno de los afectados, Jairo Gutiérrez, dijo: “Él consiguió ese trabajo por una amiga. Tiene quemados los brazos y las piernas. Nadie nos da información”.
Al parecer, la empresa producía artículos como jabones, champús y lociones, operaba turnos de día y noche, despachando mercancía a varias ciudades del país.
Las autoridades iniciaron las investigaciones correspondientes para establecer responsabilidades. También evalúan si hubo negligencia en la implementación de normas de seguridad industrial y manejo de sustancias inflamables.