El 14 de septiembre de 2011, la Corte Suprema de Justicia condenó a 25 años de prisión al exdirector del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) Jorge Noguera Cotes, por su participación en el asesinato del sociólogo Alfredo Correa de Andreis, ocurrido en Barranquilla el 17 de septiembre de 2005.
El alto tribunal encontró pruebas suficientes de que Noguera Cotes le dio información privilegiada a los paramilitares, quienes la usaron para asesinar a Correa de Andreis. Además coadyuvó en la realización de un montaje judicial en su contra para que pareciera que tenía vínculos con la guerrilla y esto justificara de algún modo el accionar violento de los paramilitares.
Meses antes de su muerte, el profesor universitario fue recluido por sus presuntos vínculos con las Farc. Sin embargo, el pasado 16 de septiembre el Tribunal Administrativo de Bolívar le ordenó a la Fiscalía indemnizar a los familiares de Correa de Andreis por los perjuicios causados con la detención del académico. Al respecto, el Tribunal arguyó: “Además de lesionar su buen nombre y el de su familia, el señor Alfredo Correa de Andreis perdió la vinculación laboral que tenía con la Universidad del Norte, donde era docente, trayéndole con ello grandes angustias, sufrimiento y dolor para todos sus allegados, especialmente familiares y amigos”.
Lo sucedido con Correa de Andreis fue uno de los detonantes del fin del DAS. En su fallo contra Noguera Cotes, la Corte Suprema de Justicia aseguró: “El DAS actuó en connivencia con el Bloque Norte de las Autodefensas, a través del Frente José Pablo Díaz, comandado por Édgar Ignacio Fierro, alias ‘Don Antonio’, para inicialmente hacer ver al profesor Alfredo Rafael Correa de Andreis como un subversivo y después, proceder a ejecutarlo”.
Agregó que Noguera Cotes usó “el DAS para ponerlo a disposición de un aparato militar ilegal, con una cadena de mando jerarquizada como lo era el Bloque Norte de las Autodefensas, cuyo líder era Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, del cual dependía el Frente José Pablo Díaz comandado por Édgar Ignacio Fierro, alias ‘Don Antonio’, quien dio la orden de matar al profesor y sociólogo”.