En vísperas del Festival Vallenato en Valledupar, un sector del pueblo arhuaco de la Sierra Nevada de Santa Marta anunció nuevas protestas, luego de que el Ministerio del Interior no se hiciera presente para dar el aval al cabildo gobernador arhuaco. Un tema que ha marcado en los últimos años a la comunidad indígena y por el que también salieron a protestar hace cuatro meses.
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Justo antes de Navidad bloquearon algunas de las principales vías hasta que el Ministerio del Interior se comprometió a instalar una mesa de diálogo para analizar sus solicitudes, entre las que estaba el nombramiento de Zarwawiko Torres como cabildo gobernador de los arhuacos, quien fue escogido en medio de una cuestionada elección, debido a que previamente fue suspendido por la Corte Constitucional.
En ese momento las entidades territoriales, como la Alcaldía de Valledupar y la Gobernación de Cesar, presionaron al Ministerio del Interior para resolver el problema, según explicó el secretario de Gobierno de Cesar, Eduardo Esquivel, pero no se lograron consensos con la comunidad.
Una crisis de varios años
Todo comenzó con una tutela que presentó un sector arhuaco en contra de la elección del cabildo gobernador Zarwawiko Torres, quien fue elegido en agosto de 2020, por 19 de los 62 representantes de comunidades que existen. La Corte Constitucional les dio la razón y suspendió la elección.
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Para quienes interpusieron la tutela, esta elección fue propiciada por los Izquierdo, una familia arhuaca poderosa con cargos en las entidades territoriales y el Ministerio de Interior, que para entonces estaba a cargo de Daniel Palacios, durante el gobierno Duque.
El año pasado la Corte se volvió a pronunciar sobre el tema y ordenó mantener la suspensión del registro de Zarwawiko Torres como representante gobernante de los arhuacos, así como indicó que se deberían garantizar nuevas elecciones.
En enero de este año se convocaron las elecciones, pero de acuerdo con los opositores, las entidades volvieron a posicionar a Zarwawiko Torres, por lo que volvieron a demandar la elección y advirtieron que se podría estar incurriendo en desacato.
Falta de legitimidad
El líder Noel Torres es enfático en decir que no existe para los arhuacos un cabildo gobernador, debido a que su elección no se hizo por consensos tradicionales, es decir, basado en asambleas, pagamentos y consultas espirituales, y no en presiones políticas, por ende, asegura que es ilegítima e ilegal la elección.
“Los mamos del equipo de Zarwawiko (Torres) tienen maniatados a los otros mamos para que no vengan a Nabusimake (capital del pueblo arhuaco) a tomar esa decisión”, indicó Torres. Además, acusa Zarwawiko de crear nuevas comunidades, que tampoco tienen consenso previo, para intentar ganar mayorías y tener más representatividad.
Por otro lado, Noel señala que en juego están los recursos del Sistema General de Participación, que sirven para financiar la educación, salud, agua potable y saneamiento básico, y por el que los arhuacos reciben cerca de $5.000 millones. El botín en disputa.
El otro lado
Quienes defienden a Zarwawiko fueron los que anunciaron protestas en medio del Festival alegando que debe reconocerse la elección del arhuaco. Aunque intentamos hablar con el líder indígena, al cierre de esta edición no obtuvimos respuesta.
Para Lerber Dimas, antropólogo de la Universidad del Magdalena, la división que se ha marcado desde hace unos años en la comunidad podría estar motivada por intereses externos a los indígenas, ya que entre las comunidades indígenas no existen visiones de izquierda y derecha, por ello cree que los desacuerdos seguirán creciendo, lo que podría escalar a una situación similar a la de los koguis, en la que ya hay sectores que exigen independizarse.
“La división se da por razones políticas, económicas, territoriales y espirituales. Cuando se convocan las comunidades, asisten solamente unas cuantas y no la mayoría, entonces, digamos, que no hay una representatividad completa del Consejo de Autoridades Tradicionales”, asegura Dimas.
Por su parte, el viceministro para el Diálogo Social y los Derechos Humanos, Gabriel Rondón, asevera que el Gobierno Nacional, por lo pronto, no se meterá en el conflicto hasta que la comunidad arhuaca se ponga de acuerdo.
“En este momento están afrontando una transición en donde está pasando de lo ancestral a lo tradicional, y quien va a definir eso es el tiempo, porque por su lógica vital los ancestrales tienden a extinguirse”, afirmó el viceministro. El problema es que, sin mediación, las discusiones se mantienen y no haya puntos en común, por lo que por lo pronto no se sabe ni cómo ni cuándo se resolverá el problema de gobernanza de la comunidad.