La extorsión está aumentando en las ciudades intermedias de Colombia
Un estudio de Futuros Urbanos demuestra que en seis de las diez principales ciudades han subido los casos en los últimos cinco años. Se llama la atención a la forma de actuar de los gota a gota, así como a modalidades por internet y el secuestro extorsivo.
Cuando se habla de seguridad en el país pasa casi que por inadvertida la extorsión, no solo porque es un delito de alto impacto, con bajo registro de denuncia, sino además ha sido poco caracterizado. Un análisis de las cifras de la Policía y de la Oficina de Análisis Criminal de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, de los últimos cinco años, demuestra que en por lo menos seis de las diez principales ciudades del país la denuncia ha aumentado, mientras que las más altas tasas de registro están en ciudades intermedias como Villavicencio e Ibagué.
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Cuando se habla de seguridad en el país pasa casi que por inadvertida la extorsión, no solo porque es un delito de alto impacto, con bajo registro de denuncia, sino además ha sido poco caracterizado. Un análisis de las cifras de la Policía y de la Oficina de Análisis Criminal de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, de los últimos cinco años, demuestra que en por lo menos seis de las diez principales ciudades del país la denuncia ha aumentado, mientras que las más altas tasas de registro están en ciudades intermedias como Villavicencio e Ibagué.
El informe, realizado por el centro de pensamiento Futuros Urbanos, demuestra que las llamadas telefónicas siguen siendo el principal mecanismo para extorsionar, aunque el uso de redes sociales ha aumentado en por lo menos un 20 % en los últimos años. Asimismo, destaca que, pese a que la extorsión está tipificada como delito, termina siendo un delito compuesto del que no se tienen cifras claras de otras variables, como las lesiones personales generadas por este tipo de hechos o la relación que podría tener con los préstamos gota a gota al presentarse hechos de intimidación y violencia al cobrar.
“La extorsión ha evolucionado a otros delitos a través de medios digitales y otros elementos. La sextorsión es algo que poco conocemos, por ejemplo. El delito está creciendo y no como se está enfrentando el fenómeno”, señala Ómar Oróstegui, director de Futuros Urbanos.
El problema tiene varias aristas. Al hacer un análisis por ciudad, se evidencia que en Bogotá, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad, a septiembre las cifras de extorsión en la ciudad se han reducido 7,2 % en comparación con el mismo período de 2021, pero las cifras de la Policía demuestran que, pese a la reducción de este año, en los últimos cinco han venido creciendo. Caso contrario ocurre en Medellín, donde las cifras cayeron en 2020 y este año promete estar muy por debajo de las del año pasado, al igual que en Cali, donde las cifras se mantuvieron estables los últimos años y este presenta una tendencia a la baja.
Algo diferente se lee en ciudades pequeñas. Al ver las tasas por cada 100.000 habitantes de extorsión, las cifras más altas están en Villavicencio, donde se han registrado casos con similar magnitud que Barranquilla, que tiene el doble de habitantes. Otras lecturas demuestran que en Ibagué y Cartagena ya se superan los registros de 2021, mientras que Santa Marta es la única ciudad en donde los casos se mantienen estables.
“Nos hemos concentrado en analizar el tema de seguridad en grandes ciudades y se han subestimado las ciudades intermedias. Este no es solo problema de grandes aglomeraciones, sino que se está replicando en ciudades pequeñas, como ocurre en los municipios aledaños a Bogotá. Además, hemos visto que se subestiman casos como el secuestro extorsivo y no se toman acciones desde las cárceles, desde donde históricamente se sabe que hay bandas dedicadas a este delito y otras acciones ilegales”, explica Oróstegui.
Es por ello que desde la organización se recomienda a las autoridades evaluar el impacto de programas como “Yo no pago, yo denuncio” de la Policía y analizar las estrategias para enfrentar la creciente oleada de extorsiones por intenet y lo que denominan sextorsión, en los casos que además del acoso, se solicitan sumas de dinero. Por otro lado, piden mejorar la protección al denunciante, como las acciones de captura y desmantelamiento de las organizaciones que se dedican a este delito.
“Hay casos recurrentes como la extorsión a comerciantes e incluso a vendedores ambulantes, que se mantienen callados por el temor a las represiones, y es ahí donde no sabemos cuántos de los casos por lesiones personales son por extorsión. Se requiere adaptar acciones de prevención, pero sobre todo proteger a las víctimas, porque de lo contrario difícilmente se va a lograr que aumente la denuncia”, sostiene Oróstegui.
Para el analista en seguridad Andrés Nieto, hay que tener en cuenta que en pandemia se transformaron y aparecieron nuevos tipos de extorsiones en redes sociales, por lo que se confunde con otros delitos virtuales, relacionados con la buena imagen o reputación de las víctimas, con videos íntimos o cualquier otro tipo de material que haga quedar mal a una persona en sus círculos cercanos. De igual forma, señala que es importante tener presente que se trata de un delito que muchas veces está conexo a otro.
“Muchas veces están vinculados al secuestro extorsivo, o quienes lo hacen vienen de economías ilegales y narcotráfico, entre otras, que a la hora de denunciar terminaría involucrando a la víctima en otro tipo de cosas, lo que también detiene la denuncia. Pero es importante decir que en estos casos, cuando no se denuncia y se siguen las pretensiones del victimario, es muy probable que la extorsión continúe, por lo que es una de las situaciones que más rápido se debe denunciar para evitar mayores presiones”.
En este marco, desde la Universidad Central se ha recomendado tener medidas de protección, en especial en redes sociales, para evitar caer en estafas y ser víctima de extorsiones. En primera medida, es importante no compartir información que permita identificar fácimente a la persona o su familia. “Entiéndase como direcciones, fotos de ubicaciones o rutinas con las que el delincuente pueda configurar un discurso con falsas situaciones”, manifestó Nieto.
De igual forma, es importante no responder con información personal a llamadas de personas desconocidos o ingresar a link que puedan dar el control de cuentas bancarias, contraseñas o mensajes personales. Es decir, que si se duda de algún contenido, es mejor alejarse y prevenir.
Por último, la universidad recomienda mantenerse en contacto con familiares, en especial cuando se presentan llamadas extorsivas recurrentes como la del familiar que requiere plata o fue capturado o nuevas modalidades en las que aparecen supuestos funcionaros públicos señalando que hay algún tipo de embargo o multa pendiente. “Para que no haya cobros adicionales, dicen que les deben hacer una transferencia, pero hoy los bancos y las entidades tienen líneas y páginas para corroborar esta información, así como el Gaula tiene habilitada la línea 165 para reportar este tipo de casos”, concluye Nieto.