Los estudiantes vivían una constante incertidumbre cada vez que la energía se cortaba en la Institución Educativa Pueblo Bujo, en zona rural de Montería. El problema no solo radica en la dificultad de acceder a tecnologías educativas, sino también a que después de las 10:00 a.m. la temperatura aumenta y seguir en los salones sin aire acondicionado se vuelve un martirio. Por eso, los profesores se veían obligados a improvisar, trasladar las lecciones a la sombra de un árbol, en busca de alivio y concentración, lo que se replica en otras escuelas de la región.
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Desde el año pasado, la administración municipal ha instalado paneles solares en instituciones educativas, centros de salud y sedes administrativas, priorizando las escuelas rurales con mayores afectaciones por interrupciones del servicio eléctrico. En este caso fueron: Institución Educativa Patio Bonito, Institución Educativa Pueblo Bujo y la Institución Educativa La Manta.
De las 251 sedes educativas del municipio, 156 están ubicadas en zonas rurales. “En las zonas rurales es donde más se presentan problemas de cortes de energía. Con los paneles solares, ellos se quedan con una capacidad de reserva de seis horas, lo que garantiza bienestar para los estudiantes”, aseguró el alcalde Hugo Kerguelén.
Destinaron alrededor de $885 millones para la I. E. Pueblo Bujo, donde instalaron 30 paneles solares, 70 nuevos ventiladores y un árbol solar, y se modernizó el sistema eléctrico. En la I. E. Patio Bonito, invirtieron cerca de $827 millones en un proceso similar, que incluyó la modernización de las luminarias y 71 ventiladores nuevos; mientras que en la I. E. La Manta se invirtieron $767 millones, con los que se instalaron módulos solares de 450 vatios y se repuso el sistema eléctrico.
Además de mejorar las condiciones dentro del aula, la planta solar ha tenido un impacto directo en la comunidad. Según Cristian Peña, rector de la I.E. Pueblo Bujo, cuando en la vereda se va la luz, los estudiantes y vecinos acuden al colegio para el uso de la energía solar. “En muchas ocasiones, cuando no hay energía en ningún otro lugar de la vereda, el colegio tiene energía. Y si necesitan utilizar un artefacto tecnológico y lo tienen descargado, van al colegio, cargan y regresan a sus hogares”, relató.
Por otra parte, en la Institución Educativa de Patio Bonito, el impacto de tener autonomía energética ha significado estabilidad en la jornada educativa desde hace varios meses. “Generar nuestra propia energía permite mantener las operaciones sin interrupciones”, dijo Jorge Nova, rector de la institución.
De la misma forma ha sido un paso en las mejoras que requería la I.E. La Manta. Allí, el coordinador Jesús Velásquez reconoció que los paneles han sido una “excelente iniciativa que contribuye no solo a reducir la huella de carbono, sino también a generar conciencia sobre la importancia de utilizar fuentes de energía renovables”. Desde el área de ciencias naturales y el proyecto de educación ambiental, los estudiantes trabajan la relación entre ciencia, tecnología, sociedad y sostenibilidad.
En los tres colegios parte de la infraestructura la diseñaron para enseñar. En lugar de ubicarlos solo sobre las cubiertas, construyeron nuevas estructuras que sirven también como sombra. “Construimos como un arbolito solar, con paneles, para mostrarles a los estudiantes que la luz solar puede darles energía. Se realizó un proceso educativo para explicarles que esa es la energía más limpia que existe”, comentó el alcalde. Además, esperan dejar instaladas 10 estructuras solares este año distribuidas en centros educativos, de salud y administrativos.
Además, hay un beneficio mayor a nivel administrativo y es el ahorro económico generado por el uso de paneles solares. Al reducir casi a la mitad los costos del consumo eléctrico en las instituciones beneficiadas, la Alcaldía ha podido liberar recursos que antes se destinaban al pago de servicios públicos. Estos ahorros ahora se canalizarían hacia nuevos proyectos de inversión social, según lo que aseguró el mandatario.
Esto no significa que hayan prescindido por completo de la energía convencional. En realidad, las instituciones cuentan con un sistema híbrido que combina ambas fuentes. Durante el día, la prioridad es el uso de la energía solar, lo que reduce la dependencia de la red tradicional y mitiga los efectos de los constantes apagones como las afectaciones a los equipos electrónicos. Sin embargo, cuando hay baja radiación solar o el consumo supera la capacidad generada, las escuelas pueden seguir conectadas a la red eléctrica convencional como respaldo, siempre y cuando la empresa generadora de servicio no tenga problemas de conexión en el sector.
Finalmente, gracias a los procesos educativos que acompañan el proyecto, los estudiantes no solo aprenden a valorar la energía limpia, sino que transmiten ese conocimiento en sus hogares. “Creemos nosotros que ellos están captando el mensaje. No es fácil porque culturalmente ellos no estaban acostumbrados a eso... pero se está logrando que adquieran una conciencia ambiental segura y que además de eso la promuevan en su familia”, concluyó Peña.