Las imágenes de Chiribiquete que estarán en el Museo de Historia Natural de Berlín

“Chiribiquete: La maloca cósmica, casa de los dioses”, del fotógrafo colombiano César David Martínez, será parte de la exposición artística de “La noche larga en el museo”. El parque fue declarado patrimonio mixto de la humanidad por la Unesco por su aporte invaluable al ecosistema selvático del planeta y su multiplicidad cultural.

María Hernández Cárcamo / mahernandez@elespectador.com
31 de agosto de 2019 - 12:33 p. m.
“El estadio”, bosque interior de Chiribiquete.  / Cesar David Martínez
“El estadio”, bosque interior de Chiribiquete. / Cesar David Martínez

Por primera vez el Parque Nacional de Chiribiquete, en Caquetá y Guaviare, estará presente en el Museo de Historia Natural de Berlín, en el marco de “La noche larga en el museo”, gracias al trabajo del fotógrafo de naturaleza y patrimonio, César David Martínez.

“Chiribiquete: La maloca cósmica, casa de los dioses” recoge las fotografías de los iconos más emblemáticos del parque como “el estadio”, “la marmita”, “el valle interior”, “el puente natural” y “los ríos serpientes”, entre otros. Fue declarado patrimonio mixto de la humanidad por la Unesco el 1 de julio de 2018.  

Las fotografías que el colombiano tomó las realizó en 2015 desde un avión sin puertas que fue utilizado en la segunda guerra mundial. El realizador audiovisual estuvo asegurado a una línea de vida para sacar parte de su cuerpo y captura la belleza de Chiribiquete.

La exposición, gestionada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), estará en el museo el 31 de agosto de 2019. Según Martínez, en un futuro podrá estar en la embajada de Colombia en Berlín.

¿Cómo nació “Chiribiquete: La maloca cósmica, casa de los dioses”?

Todo empezó en 2015 con dos sobrevuelos, uno en verano e invierno que tenían como objetivo fotografiar la belleza de este parque natural, que es el más grande de Colombia. Fue una tarea difícil porque es uno de los lugares más inaccesibles pero es porque aún encontramos células en estado virgen prístino, al igual que las rocas más antiguas de la tierra.

Son fotografías desde el aire que fueron tomadas desde un avión sin puerta de la segunda guerra mundial. Estaba amarrado, anclado a un punto del avión y podía salir con mi cámara sin que una pared sucia y rayada se interpusiera. A parte de eso, en los dos sobrevuelos fotografiamos los símbolos más representativos del Chiribiquete como “el estadio”, “la marmita”, “el valle interior”, “el puente natural” y “los ríos serpientes”, que constituyen quizás el tesoro natural más importante de los colombianos.

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¿Cuáles son esos detalles que como fotógrafo tiene en cuenta a la hora de retractar la naturaleza y el patrimonio?

En mi caso soy fotógrafo documental de naturaleza, me he enfocado en Patrimonios de la Humanidad declarados por la Unesco y cada uno de ellos es diferente. Uno siempre busca lo más representativo del lugar. En el caso de Chiribiquete tenemos los tepuis que son formaciones rocosas como montañas de paredes verticales y planas. Uno debe tener un tiempo de exposición muy elevado o muy reducido para capturar las imágenes sin que sean trepidadas o movidas. Además, están los recursos fotográficos, utilizo diagramación, composición, iluminación, conceptuales, manejo de la textura, líneas curvas, diferentes recursos.

Según sus fotografías, ¿cuáles son los principales riesgos y amenazas de Chiribiquete?

Es muy tiste que la frontera del parque está siendo amenazada por la ganadería, deforestación, tala de árboles, minería legal e ilegal y los cultivos ilícitos. Nuestra amazonia también se está perdiendo no por los incendios sino por el consumo excesivo de carne roja. Tenemos 25 millones de cabezas de ganado en Colombia que acaban con el ecosistema.

 

¿Cómo trabajar en esos terrenos teniendo en cuenta las exigencias del lugar?

Tengo un equipo fotográfico definido para cada ambiente. Una cosa es cuando hago fotografía submarina y utilizo iluminación artificial de alta potencia submarina. Cuando es la alta montaña me toca tener equipos de escaladas, montañismos, arnés, etc. Por ejemplo, con el libro “Volando Colombia paisajes” todo lo realicé desde un parapente. Un piloto de parapente y yo volamos 23 departamentos del país y todo desde el aire.

¿Cuál es el último trabajo que realizó?

“Visitantes inesperados”, es un libro de fauna de Bogotá. Salen 250 especies de fauna silvestre. Para eso uno tiene que camuflarse desde los pies hasta la cabeza, incluyendo los equipos para aproximarse a las especies que son de difícil acceso debido a su comportamiento.

 

¿Por qué la sociedad no entiende la importancia de resguardar y proteger estos lugares históricos y cómo la fotografía hace que las personas tomen conciencia de ello?

Como colombianos tenemos un gran desconocimiento a nivel educativo y de medios pues los temas de interés siempre serán otros que los culturales y artísticos. Casi nadie conoce el Parque Nacional Natural El Tuparro (Vichada) o que tenemos el tercer arrecife de coral más importante del mundo, o la montaña más alta del planeta a orillas del mar (La Sierra Nevada de Santa Marta). Todo esto es porque nuestros focos de interés están en otros lugares. La labor que nosotros como fotógrafos hacemos es hacer que la gente, por medio de las fotos, se muestre interesada por estos patrimonios y sienta que eso hace parte de su identidad como colombianos y por ende, debe protegerlo.

¿Por esta razón es que en Colombia las obras en general no reciben el mismo tipo de atención y por eso los artistas recurren al exterior?

En parte sí. Por ejemplo, yo esta obra la he presentado muy poco en Colombia pero por fuera sí lo he hecho, ya ha estado en Brasil y España. Siento que esto hace parte del desconocimiento que tenemos como colombianos. Es triste decirlo pero es que el fútbol es lo que más se mueve. Hay una balanza donde los temas patrimoniales y culturales no son importantes. Me gustaría mucho presentarla acá en el país en otro museo más importante y representativo.

¿Por qué los colombianos prefieren salir del país a conocer otros patrimonios y no de los acá?

Es una cuestión de idiosincrasia. Primero no sabemos y cuando tenemos 15 días de vacaciones nos vamos para Disney World o Europa y no nos damos cuenta que Colombia es un paisaje hermoso y por eso la gente de afuera viene tanto a visitarlo. Puede que la gente diga que viaja porque los lugares acá son de difícil acceso pero eso se debe a que nadie va y por ende, no hay plata para invertir.

¿Qué es el turismo depredador?

El turismo que no es bien manejando y genera condiciones adversas a la naturaleza y el medio ambiente. El que quiere ir tras la selfie o paseos de olla porque no tiene nada más qué hacer, pero no hay un objetivo de fondo. Para evitarlo, se necesita educación tanto en las ciudades como en los lugares porque muchas personas van al sitio, lo visitan, sacan la foto y lo dejan peor por qué no saben cómo cuidarlo.

En la naturaleza existen detalles muy bonitos pero por lo general hay un sentimiento monotemático que es el verde y el azul que se vuelve una constante, ¿cómo hace para romper esa estructura?

Los fotógrafos que se van por el lado del paisaje y la naturaleza siempre empiezan por la foto en el jardín, luego el paisaje, el verde abundante y el agua. Hay que empezar a buscar la diferencia. En mi caso, uso 63 recursos para romperla por ejemplo, temáticas de luz, tendencias de arte, propuesta minimalistas y compositivas, etc, todo esto es para que se diferencie y deje de ser tan monotemática.

Más allá de la obra artística, ¿cuál es el fin último de su obra?

Es la conservación del medio ambiente, pues la fotografía necesariamente tiene que generar un impacto visual que logre entrar en las personas para que entiendan la dimensión del problema.

Por María Hernández Cárcamo / mahernandez@elespectador.com

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