Sobre el cerro de Las Antenas, en Valledupar, se ve toda la ciudad. Por eso, una de las grandes apuestas turísticas ha sido la construcción del Mirador del Ecce Homo, un megaproyecto que incluyó la construcción de la figura de un Ecce Homo, que tiene más de 30 metros de altura. El problema es que la obra, que contempla la intervención de 1.706 m2 e incluye la construcción de un sendero peatonal, una capilla, cafetería, baños, bodega, un ascensor, jardines y miradores en distintos niveles, ha enfrentado diversas dificultades, por las que se han hecho cuatro prórrogas.
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En total, se han invertido $8.098.434.568 y aunque el avance físico del proyecto es del 99% y el avance financiero del 95%, según Jorge Armando Maestre Jaraba, el secretario de Infraestructura, varios problemas han impedido la entrega del proyecto, entre lo que se encuentra la instalación de la red eléctrica.
“Lo que ocurre es que la parte alta del cerro contaba con una línea de mediana tensión. No sabemos en qué circunstancias, pero todos esos cables fueron hurtados. Cuando el contratista quiso hacer la respectiva conducción, se dio cuenta de que hacía falta un tramo de red por conectar”, explicó Maestre.
Por ello, dentro de la obra está la instalación de la red faltante, para lo que se necesita atravesar postes y claves por un predio privado de la Organización Radial Olímpica, que ha negado el permiso para la instalación de la infraestructura eléctrica, por lo que en este punto, el mirador no cuenta con luz.
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La entrega de la obra estaba prevista para julio de 2024, pero por los problemas el contratista pidió una primera prórroga por tres meses a la gobernación. Esta solicitud incluía retrasos logísticos que se dieron por las dificultades en el transporte de materiales hasta la zona.
Para mitigar estos inconvenientes, usaron carruchas con motor eléctrico, poleas manuales, y carretillas con motor para agilizar el tránsito, pero la carga era limitada, por o que apelaron al esfuerzo físico de los trabajadores e instalaron zonas de descanso e hidratación.
Una segunda prórroga fue solicitada hecha el 31 de agosto de 2024, tras un grave incendio, que requirió análisis de especialistas en estructuras y patología. El informe final sobre el estado de la estructura la entregaron el 27 de septiembre, y concluyó que no hubo afectación grave en el concreto, lo que permitió la reanudación de las obras.
Sin embargo, debido a la magnitud del incendio, varios elementos clave fueron destruidos, lo que prolongó los tiempos de ejecución. Entre los daños más importantes estuvieron la cenefa perimetral de fibra de vidrio y el sistema de iluminación con sus tableros eléctricos. La fabricación de la cenefa tomó 10 semanas, debido a las demoras en el secado y desmolde, mientras que los tableros eléctricos y otros componentes tuvieron que ser importados
Posterior a eso, hubo problemas en la instalación del ascensor, por lo que decidieron solicitar una tercera prórroga. Durante el proceso de montaje, la empresa proveedora del ascensor, OTIS, identificó inconsistencias en la estructura existente. Estos hallazgos obligaron a realizar ajustes estructurales antes de continuar con la instalación. OTIS presentó una cotización para los elementos y la mano de obra necesarios para corregir estos problemas, la cual fue aprobada de inmediato por el consorcio. Sin embargo, la solución requería una reprogramación de actividades, lo que volvió a generar un impacto en los tiempos de ejecución.
El despacho de los materiales para la corrección estructural estaba programado para el 2 de diciembre de 2024, con una fecha estimada de llegada el 23 de diciembre. Además, la empresa tenía previsto un receso de su personal técnico entre el 23 de diciembre y el 6 de enero de 2025.
Una vez reiniciadas las labores, estimaron que la instalación del ascensor estaría terminada el 20 de enero de 2025. Posteriormente, se requerirían 10 días adicionales para realizar pruebas, calibraciones y puesta en marcha, asegurando que el equipo cumpliera con todas las especificaciones técnicas y normativas. Por esta razón, se le dio al consorcio un plazo hasta el 30 de enero de 2025 para entregar el mirador.
Pero apareció otro problema, esta vez con la instalación de postes de energía, una de las razones que se mantienen actualmente para no poder entregar la obra.
La Organización Radial Olímpica, propietaria del predio donde se debía hacer la conexión, negó el permiso argumentando interferencias con su sistema de radiodifusión. El Consorcio Ecce Homo presentó solicitudes y apelaciones, pero no obtuvo respuesta favorable. Ante esta situación, la administración evalúa alternativas con la empresa de energía Afinia y otras vías posibles para garantizar el suministro eléctrico.
“Estamos como en ese acercamiento con Olímpica para que nos permita el uso. Sin embargo, ya el contratista presentó otra alternativa diferente que la estamos evaluando, es decir, que no tengamos que utilizar esa red sino otra diferente y ahí estamos como en esa evaluación para poder tomar la decisión. Esperamos que en 15 días aproximadamente eso quede resuelto”, afirmó Maestre.
Por otro lado, además de la electrificación, la obra aún debe cumplir con algunas mejoras en los acabados. El interventor solicitó correcciones en la pintura y algunos detalles constructivos menores, que actualmente están subsanando.
A pesar de todo lo que se interpuso durante la ejecución del proyecto, el contrato ya finalizó formalmente, y la obra se encuentra en su fase de cierre. Sin embargo, la entrega oficial sigue pendiente debido a los problemas antes mencionados. “El contrato ya en su plazo finalizó, teniendo en cuenta que la causa que genera hoy el no recibido de la obra no es un punto atribuible al contratista. Lo que hicimos fue un acta de terminación con pendientes que se están corrigiendo. Antes de que se acabe marzo quedó establecido el plazo para subsanar estos pendientes”, concluyó Maestre.
Una vez logren la conexión eléctrica, la obra deberá pasar por las certificaciones RETIE (Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas) y RETILAP (Reglamento Técnico de Iluminación y Alumbrado Público). Estas certificaciones son obligatorias para garantizar que las instalaciones eléctricas y de iluminación cumplan con las normas de seguridad y calidad establecidas en Colombia. Si se cumplen, el proyecto podrá considerarse completamente finalizado y por fin la ciudad podrá decir que cuenta con un mirador, que en un principio se pensó se asimilara al Cristo Rey de Cali o al Cristo Redentor en Río de Janeiro.