El inicio del quinto ciclo de negociaciones entre el Gobierno y el Eln está suspendido desde hace casi un mes, cuando se venció el acuerdo de cese bilateral del fuego y la guerrilla lanzó una oleada de atentados que incluyeron el ataque a la estación de Policía San José, en Barranquilla, que dejó seis uniformados muertos. Desde entonces, la mesa de Quito está al borde del derrumbe, pero la comunidad internacional, las organizaciones sociales y algunos líderes le han pedido al Gobierno mantener la esperanza viva de sellar una paz completa.
Por eso, en los últimos días ha habido fuertes movimientos por debajo de la mesa a fin de enderezar los diálogos de paz. Primero fue la autorización del presidente Juan Manuel Santos para que el senador Iván Cepeda y el exministro Álvaro Leyva viajaran a Ecuador para acercar posiciones entre el Ejecutivo y la guerrilla. Esta función no es nueva: desde que se iniciaron los diálogos con este grupo insurgente, Leyva y Cepeda han seguido muy de cerca el proceso, pues su papel en los diálogos de paz con las Farc fue crucial en momentos de crisis. Por eso, estos dos políticos de izquierda han sido encomendados por el mandatario para viajar y construir puentes que permitan reconstruir confianzas y avanzar hacia un nuevo acuerdo de cese bilateral del fuego.
De otro lado, el mandatario colombiano también autorizó a un grupo de líderes de organizaciones sociales para que se trasladen a Quito e inicien una discusión con los miembros del equipo de paz del Eln para explorar posibles soluciones al estancamiento del proceso de paz. Entre los dirigentes sociales que viajan a Quito están Marleny Serna, del Congreso de los Pueblos; Katherine Torres, de Puentes para la Paz, o Luis Eduardo Celis. Los dirigentes sociales llegarán este viernes y trabajarán hasta el próximo lunes para traer un plan de solución al proceso de paz.
Al tiempo, el Comando Central del Eln, máxima instancia de decisión de esta guerrilla, anunció que desde el 10 hasta el 13 de febrero, todas las unidades insurgentes entrarán en paro armado, por lo que anunciaron restricciones a la movilidad en las regiones donde hacen presencia. El argumento es “la continuidad del terrorismo de Estado y el incremento de la persecución a los dirigentes populares y la judicialización de la protesta social; como también la negativa del Gobierno para darle continuidad al Quinto Ciclo de conversaciones en Quito”.
Por parte del Gobierno contestó el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, quien sostuvo que no se dejarán amedrentar por las amenazas y que la Fuerza Pública actuará con toda contundencia para proteger a la ciudadanía. “Esto se convierte en la mayor contradicción en la supuesta voluntad del Eln de buscar la paz. El Eln manifiesta por un lado querer la participación y los derechos visibles de la sociedad civil como eje fundamental de su proceso de paz pero al mismo tiempo amenaza a esa sociedad civil con un paro armado que atenta contra la vida y la seguridad de los colombianos”, expresó Villegas. Mientras tanto, el proceso de paz con el Eln se ha vuelto uno de los temas de la actual campaña política, y justo coincide con el primer año de funcionamiento de la mesa de Quito.