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Hace 50 años, por diferentes circunstancias, pero especialmente, huyendo de la violencia partidista, hombres y mujeres de los Santanderes, Tolima, Caldas, Antioquia y Cundinamarca, tomaron rumbo hacia el Caribe y su destino terminó siendo la Sierra Nevada de Santa Marta.
En la montaña más alta del mundo al nivel del mar empezaron una nueva vida teniendo como vecinos y hermanos a las cuatro comunidades indígenas de la sierra: los Kogis, Wiwas, Kankuamos y Arahuacos. Entre todos abrieron caminos a punta de machete y pala y de vez en cuando llegó la mano del gobierno. La región se hizo próspera y el cultivo de café le daría fama por producirse allí uno de los más suave del planeta.
Cinco décadas después, la firma Ruta del Sol II anunció hace horas que las obras del corredor 11 de noviembre (barrio de Santa Marta) y su intercambiador que avanza hacia Minca - El Campano y termina en La Tagua está terminado por fin y se puede empezar a rodar.
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La Tagua un pintoresco caserío serrano está ubicado a 1.600 metros sobre el nivel del mar y para llegar a esa zona, con un frío que cala en los huesos, se pasa por Minca el corregimiento serrano más grande, apodado como la capital ecológica de la Sierra. Sigue El Campano, se pasa por Bellavista, hasta llegar a La Tagua. A ese lugar, con suerte y tiempo seco, se llegaba en cuatro horas, en tiempo de lluvias en seis horas, con la nueva vía en una hora y 30 minutos.
La obra vial fue diseñada y empezada en el gobierno de Luis Miguel Cotes, la continuó su tía Rosa Cotes y se concluye en el mandato de Carlos Caicedo. “El corredor entre 11 de Noviembre y su intercambiador hasta la Tagua contiene 36 km: 14 km en asfaltada de los cuales 4 están en zona urbana, 22 km en placa huella, de Minca hasta La Tagua. Es el proyecto más ambicioso de infraestructura del Magdalena asociado a la competitividad de la Sierra Nevada”, dice a El Espectador Fabio Manjarrez, jefe de proyectos del gobierno de Rosa Cotes.
La inversión fue por igual entre el Gobierno Nacional y el Departamental. La obra tuvo un costo de 70 mil millones de pesos. Para sus impulsores es el gran atractivo ecológico de la ciudad, entregando la posibilidad de expansión empresarial entre lo agrícola y lo turístico, entre el mar y la sierra.
El Café y el turismo son los grandes beneficiados
En las últimas tres décadas hizo carrera en Santa Marta la frase “más rápido llega de Bogotá al puerto samario un bulto de café que otro que manden de La Tagua”, haciendo referencia a la tragedia que en época de invierno era bajar la carga del grano recolectado que muchas veces ante la imposibilidad vial llegaron a perderse.
Hoy los caficultores celebran la apertura de la nueva vía que sube a las montañas, pues por esta carretera se baja a Santa Marta el café cultivado en el corregimiento de Minca que comprende (El Campano, Central Córdoba y la Tagua) y parte de lo que se cultiva en el corregimiento de Siberia (Moros, Agua Linda y Canta Rana), que es jurisdicción de Ciénaga.
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“Si bien son cuatro los municipios cafeteros: Fundación, Aracataca, Ciénaga y Santa Marta, por esta vía baja la mayor producción de café. Se estima que 2.600 recolectores recogen cerca de ocho millones de kilos de café en cereza de un total de 14 millones. Hay 3.500 hectáreas de café para una producción superior al 35 por ciento del total en el departamento”, explica Edgar Ramírez, director ejecutivo del Comité de Cafeteros del Magdalena.
“Para la actividad turística esa vía en buen estado es fundamental, a fin de cumplir con estándares internacionales, este año que para la Organización Mundial del Turismo el turismo rural es el propósito, esta comunicación desde el nivel del mar hasta la Sierra Nevada, sin duda posibilita mayores argumentos para que el destino sea más fuerte”, señala Omar Hernán García, presidente de Cotelco.
La nueva vía no ha tenido una inauguración oficial, ni un corte de cinta, pero para los pobladores de la Sierra Nevada, eso es lo de menos, lo de más está en que hay una nueva posibilidad de emprender a mayor velocidad.