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Mientras el país sigue a la expectativa por la anunciada liberación del mayor de la Policía Guillermo Solórzano y el cabo del ejército Salim Antonio Sanmiguel y los delegados del CICR ultiman detalles para cumplir con éxito la misión de traerlos a sus hogares, comenzaron a conocerse detalles inéditos de la liberación del patrullero Carlos Alberto Ocampo, el hombre que no figuraba en el listado inicial de los que el grupo guerrillero devolvería al seno de su hogar y que sin embargo fue entregado el domingo a la comisión humanitaria liderada por la exsenadora Piedad Córdoba.
Su liberación se produjo en el caserío de San José de las Hermosas, al sur de Tolima, y según pudo establecer este diario -que tuvo acceso a fotografías de los momentos previos y los que sucedieron a la liberación misma, el día fue particular porque los lugareños llevaban años sin ver allí una presencia tan nutrida de uniformados del grupo armado ilegal.
El otrora fortín de Alfonso Cano, el máximo jefe de las Farc, se llenó de lugareños el domingo pasado ante la expectativa por la liberación. Córdoba se bajó del helicóptero brasileño identificado con emblemas del CICR y fue recibida por una comisión de la guerrilla perteneciente al Frente 21, uno de los más aguerridos integrantes de los anillos de seguridad de Cano.
Se desplazaron hacia el sitio de la reunión, donde le tenían una carne asada (habían matado una vaca para la celebración) pero Córdoba insistió que no podía esperar porque tenían que ir a llenar de combustible al helicóptero: "ese no vuela solo con aire", dicen haberle oído algunos de los lugareños.
Hubo fotografías de los niños de la región con los pilotos brasileros y con la exsenadora colombiana.
Por disposición de las Farc, antes de la entrega del liberado a la comisión se escuchó el himno del grupo guerrillero. Fue entonces cuando se produjo la sorpresiva entrega de Ocampo, secuestrado el 28 de diciembre de 2010 durante un retén en la vía Chaparral- San Antonio.
La senadora pronunció un corto discurso en el que habría manifestado que copió mal las coordenadas entregadas por las Farc y que esa era la razón por la cual la comisión no había podido recibir al mayor de la policía Guillermo Javier Solórzano ni al cabo del Ejército Salín Antonio Sanmiguel Valderrama. Luego vino la incertidumbre de las familias al recibir la notificación gubernamental de que se suspendía el proceso de liberación, que ayer, nuevamente por decisión presidencial, fue reactivado.