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El aumento de las restricciones para el ingreso de migrantes a Estados Unidos, a lo que se suman las deportaciones masivas del país norteamericano, ha generado una nueva dinámica llamada migración a la inversa en la que varias de las personas que buscaban el sueño americano, están retornando a sus países o buscando un mejor futuro en el sur del continente.
Los migrantes han optado por devolverse por las mismas rutas por las que iniciaron su recorrido, pero al llegar al Darién, en un intento por esquivar la selva, optan por tomar nuevas rutas marítimas que ya no solo llegan a Capurganá, Acandí y Necoclí por el océano Atlántico, sino que también Buenaventura, Juradó y Bahía Solano, en el Pacífico.
El problema es que estos últimos municipios, pese a que vivieron dinámicas de migración en el pasado, no fueron tan masivas como las que están viendo ahora con la migración a la inversa, lo que supera su capacidad de respuesta, por lo que organismos de control como la Defensoría, han hecho llamados a prestarle atención a este nuevo fenómeno.
#NoticiaW | Denio Jiménez, alcalde de Juradó, Chocó, hizo un llamado al Gobierno Nacional por el tema de la migración inversa que llega a la región por mar y por la selva del Darién. pic.twitter.com/NQGmSvzZpV
— W Radio Colombia (@WRadioColombia) June 17, 2025
Sumado a esto hay alertas que preocupan, como por ejemplo que los migrantes están siendo engañados, ya que los convencen de que los llevarán a Buenaventura por altas sumas de dinero, pero los dejan abandonados en Juradó. Además, según alerta Delio Jiménez, alcalde de este municipio, entre las personas que han llegado hay niños solos y mujeres en condiciones de vulnerabilidad que viajan con sus hijos.
En entrevista, el mandatario explica qué ha estado pasando en su municipio, la atención que le brindan a los migrantes y el llamado que hace a los gobiernos nacional y departamental para que brinden ayudas, pues, el municipio tiene 4.000 habitantes y cada semana están llegando alrededor de 50 personas, por lo que temen que tengan una crisis humanitaria.
¿Desde cuándo se viene presentando esta dinámica?
El tema en el Urabá es una especie de puerta giratoria. Nosotros tuvimos migración inicial, que iban hacia el norte, pero no era tan grande. Ahora de venida vienen en un mayor número. El flujo es mucho más alto para nosotros.
¿Cómo están llegando?
Están volviendo sin esperanza y con problemas, y con un flujo muy fuerte, por lo que el municipio enfrenta una crisis migratoria, con el agravante de que la gente ya viene enferma, con dificultades, esperanzas rotas y, sobre todo, muchos niños sin padres y mujeres sin parejas y con niños, lo que agrava la cosa.
¿Cómo se está dando el flujo?
Es intermitente. Lo que está pasando es que ellos están llegando a Panamá en el Darién, por vía la Panamericana, y allí hay una especie de migración ilegal, porque los lancheros prometen llevarlos hasta Buenaventura por un precio determinado, como 250 dólares, pero no los llevan hasta Buenaventura, sino que los dejan en Juradó, los estafan.
En cifras, ¿cuántos están pasando a la semana?
No es constante el número, pero en promedio están llegando entre 20 y 25 personas cada dos días a nuestro territorio, entonces a la semana me están llegando entre 50 y 60 personas, que para Juradó que es un municipio pequeño, es mucha gente con toda la atención que requieren.
¿Qué les brindas a los migrantes?
En lo que va del año hemos contado como unas 300 personas. Ellos llegan y nos ha tocado a nosotros asumir alimentación, estadía y el transporte de Juradó a Buenaventura en barcos, que llegan cada 15 días. Por eso se nos acumulan en la población. En su defecto los llevamos a Bahía Solano, que es una ciudad que no es frontera, pero el transporte es más fácil, porque llegan barcos con más frecuencia.
¿Esos costos los cubren con apoyo de organizaciones?
Nada. Ese es el gran reclamo al Gobierno Nacional y al departamento del Chocó, que tampoco nos ha ayudado. Todo ha corrido por cuenta nuestra y la verdad es que para nosotros es extremadamente difícil. Nosotros los ayudamos porque son seres humanos y nuestra consigna es entenderlos a ellos y ayudarlos en lo máximo posible, pero ya colmamos nuestra capacidad. Por eso estamos pidiendo la ayuda del Gobierno Nacional.
¿Qué requieren?
Aparte de lo inmediato, como son frazadas y albergues, estoy pidiendo unas carpas grandes que yo pueda instalar en el coliseo, que yo pueda atenderlos allá, pero el Gobierno me dice que no tiene la capacidad inmediata y la gobernación, peor. Entonces lo que queremos es que nos den ayuda para atender a los migrantes como debe ser.
¿Han tratado el tema con las autoridades de Bahía Solano?
Claro, ellos están en las mismas condiciones e incluso peor. Está colapsado, porque tampoco tiene capacidad de respuesta al fenómeno que se nos está dando.
