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Margarita aprendió desde muy joven que para sobrevivir tenía que luchar, primero contra el hambre que la acechaba a ella, y a toda su familia; y en segundo lugar, por un pedazo de tierra. Su madre, integrante del grupo autodenominado “las mujeres del perrenque”, fue de aquellas que en el Magdalena hicieron recuperaciones de tierra en los setenta cuando la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) estaba en pleno apogeo y proclamaba que la “tierra es pa’l que la trabaja”. Cuando sus compañeros se declararon vencidos, ellas, “esas viejitas verracas”, al decir de Margarita, retomaron la lucha e insistieron hasta que lograron que el gobierno, en conversaciones con la ANUC, les adjudicara por fin unos predios. El triunfo tuvo un sabor agridulce, pues las instituciones y organizaciones sociales, presas de prácticas discriminatorias hacia las mujeres, decidieron titular la tierra, no a su nombre o a nombre de la pareja, sino exclusivamente en cabeza de sus compañeros.
Mientras, Margarita crecía y se convertía en una adolescente que empezaba a confrontar ya no sólo el hambre, sino la violencia de género, esa que se oculta en los pliegues cotidianos. Cuando cumplió los dieciséis fue violada por dos hombres. Al poco tiempo, y no por azar, la relación sentimental que establece con un hombre no es la mejor: en la intimidad hay puños, violación sexual y otros vejámenes.
Sin embargo, es tal su fuerza interior, que una década después, ya convertida en dirigente de la ANUC, emprende la lucha, esta vez por su pedazo de tierra, y lo logra en 1991. Gracias a la acción de funcionarias comprometidas con la equidad de género, el Incora le titula a ella un predio que empieza a “civilizar”, en palabras propias. Lejos parece estar la pesadilla de acostarse y levantarse con hambre y Margarita puede entonces soñar, con realismo, que sus hijas llevarán una vida mejor que la que ella o su madre enfrentaron.
Pero este sueño se desmorona por el impacto de la guerra. Primero se asientan las Farc, que no admiten que otras organizaciones, entre ellas las cristianas, les disputen sus dominios; y luego los paramilitares, y al cabo de unos años, en 2001, Margarita, con enorme pesadumbre, se ve obligada a abandonar su finca. En el entretanto, para agregar a sus traumas, Margarita ha sufrido violaciones a manos primero de un comandante de las Farc y luego de un grupo de paramilitares. Hoy lucha por la recuperación de su predio en un contexto que, lejos de estar pacificado, se encuentra atravesado de bacrim que se disputan el dominio de la región.
Estas son las historias que se reconstruyen en los informes “Mujeres y guerra” y “Mujeres que resisten”, que el Grupo de Memoria Histórica lanzará hoy dentro de la IV Semana por la Memoria en Bogotá. No son únicamente una colección de testimonios de mujeres víctimas y resistentes, sino que buscan dilucidar las condiciones y los contextos que hicieron posible, de 1997 a 2005, la violencia paramilitar sobre sus familias, cuerpos, territorios, tradiciones y espacios cotidianos. Los lectores descubrirán que la violencia desatada por estos grupos no es una coincidencia desafortunada, sino que responde a propósitos, estrategias y planes fríamente calculados y a representaciones de la feminidad y la masculinidad profundamente tradicionales y en últimas patriarcales.
Durante el lanzamiento, en el auditorio Mario Laserna de la Universidad de los Andes a las 5:30 p.m., la lente estará puesta en algunas de estas mujeres, víctimas y resistentes. Sus voces encierran no sólo los reclamos por el desamparo estatal sufrido, sino también los recuentos de su coraje y perseverancia, esos que representan una luz de esperanza en este país aún preso de dinámicas violentas.
Para programarse en la IV Semana por la Memoria
Jueves 17
Lanzamiento Informes de Género (‘Mujeres y guerra víctimas y resistentes en el Caribe colombiano’, ‘Mujeres que hacen historia, ‘Tierra, cuerpo y política en el Caribe colombiano’). Auditorio Mario Laserna. 5:00 p.m.U. de los Andes.
Sábado 19
Obra de teatro: ‘Poema sobre la memoria. Frágil alma a la deriva’. Incluye en su puesta en escena una fosa común, llena de pedazos de cuerpos que fueron arrojados impunemente y se encuentra una relación con el olvido. Teatro Varasanta. Hora: 6:30 p.m.
Viernes 18
Obra de Teatro: “Mujeres en la guerra”, basada en el libro Premio Planeta de Periodismo del mismo nombre de la periodista Patricia Lara, que recoge testimonios de cuatro víctimas de la guerra. Centro Cultural Gabriel García Márquez. 7 p.m.
Martes 22
Encuentro de organizaciones sociales defensoras de derechos humanos en la Jornada de Archivos del sector de los Derechos Humanos que buscan para identificar la problemática de los archivos públicos y privados de derechos humanos.Archivo General de la Nación. Carrera 6 Nº 6-91. Hora: 8:30 a.m. - 4:30 p.m.
* Coordinadora línea de ‘Mujeres y guerra’, Grupo de Memoria Histórica CNRR.