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El controvertido pastor evangélico de Cartagena Miguel Arrázola dio un revés en la noche de este jueves, ante el escándalo penal y ético que se desprendió de una de sus prédicas y que lo puso en la mira de la opinión pública, la justicia y las organizaciones que defienden la libertad de prensa. Las palabras del religioso contra Lucio Torres (periodista que informó que Arrázola recibe un salario de $30 millones y su esposa cerca de $17 millones por el diezmo de los feligreses de la iglesia Ríos de Vida) fueron consideradas una amenaza de muerte y prendió las alarmas por el trasfondo violento y las posibles conductas penales de aquellas expresiones.(Lea aquí: El pastor Arrázola y la agenda política de Dios)
“Dale gracias a Dios que soy nacido nuevo, tengo el Espíritu Santo y a Jesucristo en mi corazón, porque si no hace rato estuvieras en la Ciénaga de la Virgen metido así…Como saben que no te puedo pegar… Qué bien te mereces un par de garnatá míos (bofetadas)… Y yo tengo unos manes tablúos aquí. Yo te puedo hacer la vuelta”, dijo sin titubear Arrázola ante centenas de creyentes que aplaudieron con entusiasmo sus declaraciones en referencia a Torres. La escena fue captada por una cámara de video y difundida por Noticias Uno.
Aunque la grabación se conoció el domingo, hasta este jueves Arrázola se pronunció sobre el hecho, al que calificó de un “triste capítulo” en su vida, y decidió hacer “varias aclaraciones”. “De ninguna forma ha sido, es o será mi intención hacer que cualquier persona se sienta atacada u ofendida por lo que digo en una de mis predicaciones”, dijo el religioso, quien advirtió que está será la única reacción de él sobre este episodio. (Lea aquí: La violenta arremetida del pastor Arrázola contra periodista en Cartagena)
“Estoy pasando la difícil situación de ser objeto de críticas por cuenta de mis palabras públicas…Es necesario aclarar que no amenacé a nadie de muerte, menos aún llegar mencionar a alguien con nombre y apellidos para semejante despropósito”, agregó Arrázola, quien alegó que el video publicado fue editado para “acomodar mis palabras en una sucesión de frases desafortunadas”.