El 2015 pasará a la historia de Colombia como el año más trascendental para el proceso de paz entre el Gobierno y las Farc. En estos doce meses han sido muchos los desacuerdos entre las partes, pero también han sido tan importantes los avances, que la mesa de diálogos entró en el punto de no retorno. En ese péndulo entre acuerdos y desacuerdos terminó el año. Hace unas semanas conocíamos el más importante acuerdo y el fin de semana se presentó un duro enfrentamiento entre las partes.
Los miembros de las Farc detenidos en distintas cárceles del país fueron el detonante de la diferencia de fin de año. Primero se conoció una carta de uno de estos reclusos enviada al presidente de la República. En ella, el detenido denuncia que el pasado 25, en la cárcel de Arauca, “la forma de celebrarles la Navidad a nuestros prisioneros fue humillando a nuestros hijos y familiares, botándoles la comida y pisoteándola a la hora del ingreso, para posteriormente, a su salida, emprenderla violentamente contra los presos del patio Nº 2”. La denuncia vino acompañada de una serie de crudas fotografías.
Casi al mismo tiempo surgió un intercambio de mensajes entre las delegaciones de paz de las Farc y el Gobierno. Por una parte, Iván Márquez, jefe de la delegación de la guerrilla, sostuvo que la captura en España del supuesto enfermero de las Farc es un montaje de la Fiscalía y que dicho personaje no hace parte de la agrupación guerrillera.
De otro lado, una nueva diferencia se presentó a raíz del indulto humanitario a 30 guerrilleros presos por parte del Gobierno. Una vez se conoció que pronto serían revelados los nombres de los beneficiarios, tanto Timoleón Jiménez, máximo comandante de las Farc, como su delegado de paz, Iván Márquez, aseguraron que el Gobierno dilataba el cumplimiento de su promesa.
“Farc liberaron unilateralmente o indultaron a cerca de 500 prisiones de guerra. El Gobierno demora indulto a 30 insurgentes. Timochenko tiene razón”, expresó Márquez desde su cuenta en Twitter, y denunció que a algunos que estaban en la lista les imputaron nuevos cargos para evitar su indulto.
La respuesta vino desde la cuenta de Twitter de la delegación de paz del Gobierno. En ella se expresó: “Preocupa lenguaje Farc. Timochenko convirtió en disputa pública gesto de confianza. Colombianos esperan de Farc más moderación y menos pelea”, y agregó en otro: “Como gesto de confianza Gobierno otorgó indultos a miembros Farc condenados solo por rebelión. Timochenko reclama sin fundamento”.
Con este cruce de mensajes entre el Gobierno y las Farc, el 2015 llega a su ocaso. Una tensión que probablemente no trascienda en la mesa de diálogos, que volverá a sesionar a mediados de enero del 2016, para entrar de lleno a acordar los términos del acuerdo final de paz.