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Lo que frenó el plan para descontaminar el río Otún, en Risaralda

El Ministerio de Vivienda indicó que no se cuenta con los recursos adicionales, ni Aguas de Pereira no radicó los ajustes solicitados para la construcción de la Planta de tratamiento de aguas residuales de la ciudad y Dosquebradas.

25 de noviembre de 2022 - 11:28 p. m.
Lo que frenó el plan para descontaminar el río Otún, en Risaralda

El Ministerio de Vivienda informó que dejaba sin efecto el acto administrativo que asignaba recursos para la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Pereira y Doquebradas, luego de que Aguas y Aguas de Pereira no presentó a tiempo los ajustes técnicos y financieros requeridos.

La importancia de este proyecto radica en que la planta trataría las aguas residuales que generar Pereira como el municipio de Dosquebradas -que son alrededor 332.075 personas- y que llegan al río Otún, cuyo afluente se encuentra completamente contaminado.

El Gobierno anterior se comprometió a dar los recursos que faltaban para las obras, es decir, cerca de $110 millones, por lo que se abrió la licitación a comienzos de este año, pero pese a que hubo 17 firmas interesadas, para julio, al cierre de la recepción de propuestas, ninguna se presentó y se tuvo que declarar desierto el proceso.

Desde Aguas y Aguas de Pereira se dieron dos razones que podrían responder a la razón. La primera tiene que ver con el aumento del dólar, ya que cuando se hizo el cierre financiero se calculó el presupuesto sobre el dólar a $3.800 y para cuando se cerró la licitación ya estaba sobre $4.000.

Como consecuencia de esto, indican que faltarían recursos superiores a los $35.000 millones porque cerca del 60 % de los equipos que se requieren se deben importar, mientras que la escasez y el aumento de los precios del acero, hasta en un 23 %, provocaron un desbalance mayor al proyecto. Aunque la cifra podría ser más alta, debido a que dentro de los documentos de la licitación se especifica que los recursos se definieron en la planeación del proyecto, que inició en 2016, y los costos se proyectaron a 2022.

Por eso, en los meses siguientes, el alcalde de Pereira, Carlos Maya, empezó a pedir al Gobierno Nacional el aumento de las partidas para volver a iniciar el proceso de contratación, con los precios actualizados y mejores ofertas para el mercado.

Pero, a pesar de que el Ministerio de Vivienda señala que acompañará el proceso para lograr la descontaminación de las cuencas de los ríos Otún y Consotá, deberá volver a cursarse el proceso, ya que no se subsanaron, ni actualizaron los requerimientos que se hicieron, para aplicar un plan de choque en el que pudieran ajustar las etapas para que fuera viable la licitación con el dinero que se tenía.

“Se acordó como fecha límite para la radicación del proyecto por parte del municipio de Pereira el 21 de octubre de 2022 y de esta forma contar con el proyecto aprobado por el Ministerio el 31 de octubre (...). Se hicieron múltiples mesas de trabajo enfocadas al cumplimiento del cronograma, sin embargo, llegada la fecha pactada, Pereira envió comunicación informando que ‘al no contar con las fuentes de financiación de los nuevos recursos necesarios para garantizar la etapa operativa, funcional y viable que permitieran soportar el cierre financiero requerido, no era posible la radicación de la reformulación del proyecto’”, indicó Vivienda.

Es por eso que reasignaron los recursos, por lo que para continuar con el proceso, prácticamente le tocaría a la alcaldía de Pereira y demás implicados (Aguas y Aguas de Pereira, Serviciudad, Cárder y alcaldía de Dosquebradas) iniciar de nuevo el proceso para solicitar los recursos de la Nación.

Desde la alcaldía se ha dicho que sí o sí es necesario que se asignen más recursos. “La condición principal de la reformulación era la condición de funcionalidad y con los recursos disponibles era imposible cumplir con tal condición. El contratar una PTAR sin cumplir exigencias del RAS (reglamento técnico de saneamiento y agua potables) y de funcionabilidad, dicha estructura se convertiría en un elefante blanco que al no poder satisfacer las exigencias, no permitiría cumplir su objetivo principal, tratar las aguas residuales de Pereira y Dosquebradas. Es de anotar que reuniones realizadas en julio y septiembre, Carder, Municipio de Pereira, Municipio de Dosquebradas, Aguas y Aguas de Pereira y Serviciudad, informaron de la imposibilidad de aportar mayores recursos a la PTAR en su primera Etapa funcional”, indicó la empresa Aguas y Aguas de Pereira.

Es por eso que de los $264.158 millones reunidos entre los involucrados en las obras, se ha dicho que se necesitarían como mínimo $35.000 millones, pero una nueva evaluación del presupuesto indicaría que en total serían cerca de $371.987 millones los que se necesitan para reabrir el proceso.

Con el proyecto suspendido y con la idea de que quede en firme antes de que finalice esta administración, des el gobierno local le apostarán a que la construcción de la PTAR quede incluida dentro del Plan de Desarrollo del gobierno de Petro. Los cuestionamientos ahora se centran en que el proceso sea rápido y se cumpla con la promesa de tener una planta de tratamiento para el 2030.

“Con relación a su inscripción en el Plan de Desarrollo del actual gobierno, desde el Ministerio de Vivienda nos han expuesto que no es necesario debido a la condición de ser un proyecto estratégico de interés del gobierno central. Respecto al presupuesto, siendo el dólar un determinante, según una TRM, dicha etapa requiere un adicional de $65.000 millones, para un inicio de obras en el último bimestre del año 2023, siempre y cuando se puedan gestionar vigencias futuras en el año 2024 en los concejos municipales de Pereira y Dosquebradas y la Nación complete la cofinanciación del 51% del valor del proyecto, recursos que se deberán asegurar en el primer bimestre del próximo año”, señaló Aguas y Aguas de Pereira.

¿Qué es una PTAR?

Las plantas de tratamiento de aguas residuales son lugares equipados con aparatos especiales para el procesamiento de las aguas que son descargadas desde viviendas e industrias a los ductos de alcantarillado. Lo que se busca es que el líquido llegue lo más descontaminado posible a los afluentes en los que se descarga y en el caso de Risaralda, se logre recuperar la vida dentro de los ríos Otún y Consotá.

Específicamente, la PTAR de Pereira y Dosquebradas tendría la capacidad para tratar 2.78 m3/s de agua a 2048 y se construiría entre el corregimiento de Cerritos y la vereda Combia, en los predios San Cayetano y Paraíso, separados ambos por el río Otún.

Primero, se realizaría un pretratamiento de las aguas residuales, en tres pasos, donde se busca retirar todos los elementos sólidos que llegan con el agua, así como material inorgánico que puede llegar a tener el tamaño de un grano de arena.

Una vez se hace esta primera limpieza, se pasan las aguas residuales por diferentes procesos que permiten separar el líquido clarificado de los lodos espesos a través de procesos que permiten separar los sedimentos de lo que se va a tratar y posteriormente llevar al río.

En un proceso secundario, de aireación, se hacen tratamientos biológicos y se termina de separar la carga orgánica, para finalmente hacer la desinfección de agentes microbiológicos como virus, bacterias y parásitos, y descargar el agua tratada en la cuenca alta del río.

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