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Durante su intervención, el mandatario exaltó el evento al que fueron invitados, más que representantes de las negritudes, reconocidos defensores del proceso de paz: el vicepresidente Angelino Garzón, el expresidente Ernesto Samper, Horacio Serpa, Piedad Córdoba, Antonio Navarro, León Valencia y el senador Juan Fernando Cristo.
Santos tomó las banderas de la paz y las sostuvo con solidez durante su discurso: “Quiero agradecerles a todos ustedes por esta iniciativa y por decir en voz alta y firme: ¡creemos en la paz!”. Señaló que pensar en el posconflicto es comenzar a diseñar desde ahora escenarios de reconciliación “sin sacrificar la justicia y la verdad”.
Y dijo estas últimas palabras como si le estuviera respondiendo al procurador Alejandro Ordóñez, que reiteró ayer sus críticas al Marco Jurídico para la Paz por permitir una supuesta impunidad en una eventual desmovilización de las Farc. En un homenaje que le hicieron en Medellín, Ordóñez señaló que estaría dispuesto a renunciar a su cargo si no se persiguen judicialmente todos los crímenes de guerra de las Farc.
Con tono firme, el presidente Santos señaló: “Ya los enemigos de la paz están aplicando su estrategia muy clara, y la estamos viendo cada vez más clara: es satanizar a quienes queremos la paz. No se van contra la paz per se (...). No, ahora se crean fantasmas y comienza la satanización. Dicen: no, paz con impunidad, imposible. ¿Quién ha hablado de impunidad? Nadie, nadie”.
Al final de su discurso, Santos pidió un especial favor a todos los asistentes: “Ustedes, todos, pueden ser voceros del lado contrario, de quienes queremos la paz (...). Pero no permitamos que esos enemigos de la paz, que no son muchos, son muy activos, satanicen el proceso con falsedades como las que estamos escuchando: que habrá total impunidad, que ya se negoció todo en La Habana y que no le queremos decir a los colombianos la verdad. Con mentiras quieren envenenar el proceso, pero no lo van a lograr”.