Radiografía de una guerrilla debilitada

Uno de los científicos sociales europeos que mejor conoce la historia de las Farc es el sociólogo francés Daniel Pécaut. El Espectador lo abordó en Bogotá, cuando se disponía a dar una conferencia sobre el conflicto colombiano, para conocer su visión sobre el estado actual de esa guerrilla. La percibe debilitada, sin recursos, y está convencido de que nunca tendrá de nuevo condiciones tan favorables para una negociación con el gobierno.

¿Por qué ha durado tantos años el grupo armado?

En un principio reclutaban de manera constante a jóvenes campesinos en áreas rurales y tenían muy poca presencia en las ciudades. Reclutaron muy pocos efectivos entre la juventud educada de las ciudades. Estos hechos hacen que tengan una gran homogeneidad social. El segundo factor, muy sorprendente, es que dentro de las Farc no se han presentado divisiones, como ocurre en diversas guerrillas del mundo. No existieron porque no hubo debates teóricos, ya que muy pocos tenían una formación intelectual.

Algunos analistas consideraban a ‘Alfonso Cano’ como un ideólogo...

Cano nunca se atrevió a escribir teoría. El único que se atrevió a hacerlo fue Jacobo Arenas, pero tampoco fue un gran teórico. Además, durante los primeros 20 años de existencia del grupo guerrillero no tuvieron que meterse en la cuestión política. El Partido Comunista era el encargado de las orientaciones políticas. A partir de finales de los años 1980 se produjo un distanciamiento entre las Farc y el partido. Y al escoger la vía militar, la guerrilla no tuvo que reflexionar demasiado sobre su línea política. Dentro de las Farc no se conocen disputas teóricas, lo que demuestra la existencia de un gran dogmatismo, teniendo en cuenta la paupérrima formación que se imparte de marxismo-leninismo. Esto hace que no se produzcan nuevas ideas.

¿Qué significó para las Farc la muerte de ‘Marulanda’?

Fue un hecho simbólico muy importante para las Farc. La historia de las Farc se funde con la historia de Marulanda. En parte, la teoría de las Farc es la historia de vida de ese líder guerrillero, lo que está en sus escritos, como Cuadernos de campaña; eso es lo que se estudia en las escuelas de las Farc. Además, su muerte se dio en el momento en que las Farc estaban recibiendo golpes muy fuertes, no sólo por la arremetida paramilitar, sino también por la modernización de las Fuerzas Armadas.

Entonces, ¿se puede acabar militarmente con las Farc?

No, difícilmente. Se les puede debilitar, pero no acabar. Un cálculo costo-beneficio lleva a la conclusión de que seguir en el combate sería mucho más costoso que conseguir una salida política. Por eso el conflicto no es sólo un problema militar sino un problema político.

¿Qué representó para las Farc el final de la Unión Soviética?

El fracaso del comunismo soviético fue un acontecimiento simbólico muy grande. Aun así, hay que tener en cuenta que la Unión Soviética nunca financió a las Farc, no necesitaban financiamiento externo. Además, desde la época de Leonid Brézhnev, los soviéticos se volvieron muy cautelosos. Por supuesto, en Centroamérica ayudaron a los sandinistas en Nicaragua, pero no ayudaron a las Farc porque no veían una perspectiva clara de toma del poder.

Algunos hablan de la existencia de un frente internacional que quedó en evidencia tras la operación Fénix, que dio muerte a ‘Raúl Reyes’. ¿Hoy sigue existiendo dicha estructura?

Es una afirmación muy exagerada. Claro que hay una decena de simpatizantes de las Farc en América Latina y había militantes que participaban en foros para hacerles propaganda a las Farc, pero siempre fueron sumamente débiles. Muchos militantes de izquierda de otros países miran algunas veces a las Farc con simpatía, pero mantienen cierta distancia. Claro, tenían su agencia de noticias en Europa (Anncol), pero su poder de convencimiento fue y es muy pobre. Creo que la existencia del frente internacional es un mito que se ha replicado en los medios.

¿Tiene influencia hoy el Movimiento Bolivariano que fundó ‘Alfonso Cano’?

Más bien limitada. Suficiente como para provocar algunos disturbios, pero no para conformar una alternativa política.

Hablemos de un tema que ha sido noticia por los importantes avances en el tercer punto de la agenda que se discute en La Habana: en la actualidad, ¿qué tanto sustentan las Farc sus finanzas en el narcotráfico?

En un porcentaje menor al de antes. Lo siguen haciendo, pero ya no tienen tantos recursos. Hay muchos elementos que nos hacen pensar que la economía de muchos frentes está debilitada. Aun así, muchos sobreviven con la explotación de la minería ilegal y de las extorsiones a los comerciantes.

¿Qué papel podrían tener las Farc frente a la sustitución de cultivos?

Para las Farc, la sustitución de cultivos no sería un problema mayor, ya que mientras participan en ella podrían ejercer un papel político y social en las regiones donde siempre han tenido presencia. Luego de su desmovilización podrían convertirse en una organización civil encargada de la sustitución de cultivos, pero para que ello funcione es necesario que el Estado tenga presencia en dichas zonas y que haya acompañamiento permanente de países extranjeros.

¿En esta oportunidad sí se va a lograr la paz?

Espero que sí. Nunca tendrán de nuevo condiciones tan favorables.

Uno de los científicos sociales europeos que mejor conoce la historia de las Farc es el sociólogo francés Daniel Pécaut. El Espectador lo abordó en Bogotá, cuando se disponía a dar una conferencia sobre el conflicto colombiano, para conocer su visión sobre el estado actual de esa guerrilla. La percibe debilitada, sin recursos, y está convencido de que nunca tendrá de nuevo condiciones tan favorables para una negociación con el gobierno.

¿Por qué ha durado tantos años el grupo armado?

En un principio reclutaban de manera constante a jóvenes campesinos en áreas rurales y tenían muy poca presencia en las ciudades. Reclutaron muy pocos efectivos entre la juventud educada de las ciudades. Estos hechos hacen que tengan una gran homogeneidad social. El segundo factor, muy sorprendente, es que dentro de las Farc no se han presentado divisiones, como ocurre en diversas guerrillas del mundo. No existieron porque no hubo debates teóricos, ya que muy pocos tenían una formación intelectual.

Algunos analistas consideraban a ‘Alfonso Cano’ como un ideólogo...

Cano nunca se atrevió a escribir teoría. El único que se atrevió a hacerlo fue Jacobo Arenas, pero tampoco fue un gran teórico. Además, durante los primeros 20 años de existencia del grupo guerrillero no tuvieron que meterse en la cuestión política. El Partido Comunista era el encargado de las orientaciones políticas. A partir de finales de los años 1980 se produjo un distanciamiento entre las Farc y el partido. Y al escoger la vía militar, la guerrilla no tuvo que reflexionar demasiado sobre su línea política. Dentro de las Farc no se conocen disputas teóricas, lo que demuestra la existencia de un gran dogmatismo, teniendo en cuenta la paupérrima formación que se imparte de marxismo-leninismo. Esto hace que no se produzcan nuevas ideas.

¿Qué significó para las Farc la muerte de ‘Marulanda’?

Fue un hecho simbólico muy importante para las Farc. La historia de las Farc se funde con la historia de Marulanda. En parte, la teoría de las Farc es la historia de vida de ese líder guerrillero, lo que está en sus escritos, como Cuadernos de campaña; eso es lo que se estudia en las escuelas de las Farc. Además, su muerte se dio en el momento en que las Farc estaban recibiendo golpes muy fuertes, no sólo por la arremetida paramilitar, sino también por la modernización de las Fuerzas Armadas.

Entonces, ¿se puede acabar militarmente con las Farc?

No, difícilmente. Se les puede debilitar, pero no acabar. Un cálculo costo-beneficio lleva a la conclusión de que seguir en el combate sería mucho más costoso que conseguir una salida política. Por eso el conflicto no es sólo un problema militar sino un problema político.

¿Qué representó para las Farc el final de la Unión Soviética?

El fracaso del comunismo soviético fue un acontecimiento simbólico muy grande. Aun así, hay que tener en cuenta que la Unión Soviética nunca financió a las Farc, no necesitaban financiamiento externo. Además, desde la época de Leonid Brézhnev, los soviéticos se volvieron muy cautelosos. Por supuesto, en Centroamérica ayudaron a los sandinistas en Nicaragua, pero no ayudaron a las Farc porque no veían una perspectiva clara de toma del poder.

Algunos hablan de la existencia de un frente internacional que quedó en evidencia tras la operación Fénix, que dio muerte a ‘Raúl Reyes’. ¿Hoy sigue existiendo dicha estructura?

Es una afirmación muy exagerada. Claro que hay una decena de simpatizantes de las Farc en América Latina y había militantes que participaban en foros para hacerles propaganda a las Farc, pero siempre fueron sumamente débiles. Muchos militantes de izquierda de otros países miran algunas veces a las Farc con simpatía, pero mantienen cierta distancia. Claro, tenían su agencia de noticias en Europa (Anncol), pero su poder de convencimiento fue y es muy pobre. Creo que la existencia del frente internacional es un mito que se ha replicado en los medios.

¿Tiene influencia hoy el Movimiento Bolivariano que fundó ‘Alfonso Cano’?

Más bien limitada. Suficiente como para provocar algunos disturbios, pero no para conformar una alternativa política.

Hablemos de un tema que ha sido noticia por los importantes avances en el tercer punto de la agenda que se discute en La Habana: en la actualidad, ¿qué tanto sustentan las Farc sus finanzas en el narcotráfico?

En un porcentaje menor al de antes. Lo siguen haciendo, pero ya no tienen tantos recursos. Hay muchos elementos que nos hacen pensar que la economía de muchos frentes está debilitada. Aun así, muchos sobreviven con la explotación de la minería ilegal y de las extorsiones a los comerciantes.

¿Qué papel podrían tener las Farc frente a la sustitución de cultivos?

Para las Farc, la sustitución de cultivos no sería un problema mayor, ya que mientras participan en ella podrían ejercer un papel político y social en las regiones donde siempre han tenido presencia. Luego de su desmovilización podrían convertirse en una organización civil encargada de la sustitución de cultivos, pero para que ello funcione es necesario que el Estado tenga presencia en dichas zonas y que haya acompañamiento permanente de países extranjeros.

¿En esta oportunidad sí se va a lograr la paz?

Espero que sí. Nunca tendrán de nuevo condiciones tan favorables.