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Gregorio Angarita Lamk, director de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), manifestó a El Espectador la preocupación que tienen sobre una posible contaminación de los ríos en Norte de Santander ante el derrame de crudo del pasado 13 de abril, que afectó de manera grave el balneario Pozo Azul.
“Tenemos preocupación. Tenemos entendido que a lo largo de este trayecto (el afectado por el ataque) hay algunos caños que todavía tienen crudo y en los que no ha sido posible trabajar por temas de seguridad y las precipitaciones de los últimos días”, indicó el director de Corponor.
De acuerdo con Angarita Lamk, al aumentar las precipitaciones en las zona, estas podrían provocar que el derrame de crudo llegue al río Tibú y a la bocatoma, afectando a más de 30.000 personas de la zona.
Ante este panorama que afecta gravemente a Norte de Santander, el director solicitará a la Anla y Ecopetrol un “punto de control permanente para efectos de garantizar la protección en la zona”.
Lea: Pozo Azul, en Catatumbo, sufre las consecuencias del atentado del Eln a un oleoducto
Zulia y otros 18 municipios de Norte de Santander están en alerta naranja por posibles deslizamientos.
Respecto a la recuperación del Pozo Azul manifestó que las tareas avanzan por buen camino.
El ataque contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas, perpetrado por el Ejército de Liberación Nacional (Eln) el 13 de abril, ocasionó un derrame de petróleo en la zona que llegó al rio Tibucito y afectó uno de los balnearios más importantes del municipio de Tibú y la región del Catatumbo, en Norte de Santander: el Pozo Azul.
Ecopetrol desplegó 120 trabajadores para realizar las labores de limpieza tanto en Pozo Azul, como Caño Cinco y los ríos Tibucito y Tibú, que también resultados afectados por el ataque del grupo armado ilegal. Ecopetrol instaló 24 barreras en los puntos de control en Tibucito y Samanes.
Se estima que la población afectada por el atentado, que tiene dificultades para acceder al agua potable, es de unas 30.000 personas.