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La falta de apoyo y respaldo por parte del ministro de la Protección Social, Diego Palacio Betancourt, a las labores de seguimiento y control que venía adelantando el superintendente de Salud, José Renán Trujillo, parece ser la razón principal por la cual el funcionario tomó la decisión de dejar su cargo y entregar la renuncia formal al presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez.
La decisión viene acompañada de supuestas amenazas contra su vida y la de su familia, que en los últimos meses recibieron producto de las denuncias públicas que el funcionario venía haciendo a los procesos de liquidación del Seguro Social y sus antiguas ESE, la baja calidad de los servicios y recursos que se pierden en el sector, las más de 15 concesiones de chance que están a punto de vencerse y las recientes denuncias que pusieron en tela de juicio el uso de las ambulancias en servicios no indicados.
“En ninguno de eso casos fui respaldado por el Ministerio”, dijo el propio Trujillo, quien además dejó saber que estaría dispuesto a asistir a cualquier tribunal que lo llamara a rendir cuentas por supuestos ilícitos cometidos durante su gestión y por eso fue enfático en aclarar que “mi buen nombre no me lo van a venir a enredar con denuncias fantasmas”.
A eso se sumó la denuncia pública del superintendente saliente contra Palacio Betancourt en el sentido de que se sintió se presionado indebidamente para autorizar aprobaciones de licencias a EPS como Barrios Unidos en Quibdó, Cajacopi, Comfaoriente y Salud Colombia.
El funcionario agregó que en el momento de entregar su renuncia no existía ningún tipo de cargo en su contra, lo que comprobaba su honestidad y rectitud frente al cargo público que venía desempeñando y lo que confirmaba, de paso, que no tenía que ocultarse sino que más bien “me dio miedo y mejor doy un paso al lado para que no vayan a atacarme a mí y a mi familia. Por eso, con mucha tristeza debo reconocer que me ganaron la batalla. En este momento mi prioridad es recuperar mi tranquilidad y la de mi familia”, enfatizó Trujillo.
Aunque la Casa de Nariño no se ha pronunciado al respecto y tampoco el Ministerio de la Protección Social, se dice que ya se está buscando el reemplazo del superintendente saliente, función que había desempeñado Trujillo desde el 13 de septiembre de 2006.
El más reciente trago amargo de Trujillo en la entidad había tenido que ver con denuncias sobre supuestas solicitudes de comisiones a cambio de renovación de licencias de chance y contratos a la EPS El Cóndor. La citada Entidad Promotora de Salud estaría relacionada con el senador Dieb Maloof, uno de los detenidos en la cárcel de La Picota por nexos con el paramilitarismo.
Trujillo, quien hizo parte de la lista del Partido Cambio Radical para el Senado, es ahora el más opcionado para remplazar a Germán Vargas Lleras, quien deja la curul para tomarse un año sabático. Hasta hace una semana se decía que el puesto de Vargas en el Congreso sería ocupado por el ex zar anticorrupción Rodrigo Lara, pero Trujillo tuvo más votos que él y por lo tanto no se descarta su regreso al Congreso de la República, del que había hecho parte hasta 2006.