Teatro Santander volverá a abrir sus puertas tras casi 20 años de estar cerrado
El escenario será reinaugurado el 26 de abril y será uno de los teatros más modernos del país. La obra costó de 36 mil millones de pesos.
Juan Rodríguez Pérez - Periódico 15 de la Universidad Autónoma de Bucaramanga
Después de casi 20 años, el Teatro Santander volverá a abrir sus puertas el 26 de abril. En el lugar se inaugurará la fase uno, llamada “La Gran Sala”, con capacidad para 1.000 personas. Los primeros invitados serán los inversionistas, pero artistas locales son quienes esperan con mayor expectativa.
La fase dos, en la que se encuentran el sector de alimentos, oficinas y un teatrino con capacidad para 300 personas; aún sigue en construcción. Según las autoridades va en un 65 %.
Aunque la reinauguración será exclusiva para los inversionistas, los demás días estará disponible para el público en general.
Del teatro anterior también se dejaron unos arcos antiguos como una señal arqueológica. “No se trataba de tener un teatro antiguo, sino uno nuevo con la tecnología del siglo XXI. Cualquier teatro del mundo que en los últimos años no haya tenido una remodelación total, debe llamarse museo”, agrega.
Las expectativas del entorno artístico y educativo
Juan Camilo Montoya Bozzi, rector de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Unab), espera que el proyecto “se convierta en el epicentro de la cultura. Allí se deben congregar todos los actores del sector y su administración debe ser consecuente con la inversión efectuada (la obra costó $ 36 mil millones)”.
La Orquesta Sinfónica de la Unab está programada para presentarse en la inauguración del proyecto. Su director, Rafael Suescún Mariño, espera que el teatro sea capaz de albergar a artistas locales e internacionales y agrega que es “uno de los logros más grandes que tiene la ciudad para la cultura bumanguesa y una oportunidad para que todos nos unamos (sector público y privado)”.
Lea: Jhoana Ríos, empleada doméstica: experiencia de vida trans
Para Sandra Fuentes Marín, propietaria de Joy Dancing, la primera empresa de ropa especializada para bailarines en Santander, dijo que “con la apertura del teatro vamos a poder generar otro tipo de oportunidades y encuentros, donde el baile va a ser complementado con todas las cadenas de valor del mercado incluida la nuestra que es la del vestuario”.
Un teatro multifacético
El Teatro Santander tiene 6.200 metros cuadrados construidos y su espacio debe cumplir con las necesidades de todos los tipos de artistas. “En Bucaramanga no tenemos 200 teatros, como sí los tienen las ciudades europeas, por lo tanto el auditorio es múltiple y está diseñado para todo tipo de presentaciones”, explica su director ejecutivo, José Díaz Ardila.
Para cumplir las expectativas de los artistas y el público se llamó a diez grupos de profesionales entre los que destacan al arquitecto Álvaro Tobón Hincapié, mayor experto en teatros en Colombia; Miguel Prada Barajas, arquitecto encargado de los detalles y acabados; Ramón Álvarez, ingeniero que se ocupó del cálculo estructural; Jaime Suárez Díaz, encargado del estudio de suelos; Aurelio Camargo, asuntos hidrosanitarios; Florentino Rodríguez, experto en aire acondicionado; Andrés Nuñez Rubiano y Juan José Virviescas, profesionales en acústica arquitectónica, supervisión y asesores del sistema audiovisual respectivamente; y la empresa Inrale que es la encargada de la construcción.
También, se invirtió en dos pianos de la marca Steinway & Sons, una concha acústica marca Meyer Sound, una plataforma móvil, un equipo de sonido marca Meyer Sound y un telón de boca, pintado por la artista santandereana Cristina Beatríz González Aranda. Todo lo mencionado, explica José Díaz, fue seleccionado de lo mejor del mundo y enviado a traer de diferentes lugares como Nueva York, San Francisco y Canadá.
Retos culturales y educativos
El Teatro Santander está ubicado en la calle 33 con carrera 19, una zona que por años se ha visto permeada por prostitución, drogas y robos. Por esta razón, uno de los principales retos es hacer la zona atractiva para los ciudadanos y turistas.
El Centro Cultural del Oriente se encuentra junto al teatro y ha estado trabajando en la imagen del lugar. Sin embargo, para Néstor Hernández Santos, coordinador del programa de teatro de la EMA, “el proceso de recuperación depende de la actividad constante del teatro. El arte no tiene restricciones, hay que permitir que todos tengan acceso”.
Por su parte, Camila Botero Santos, coordinadora cultural del proyecto Teatro Santander, explica que habrán presentaciones gratuitas, pero que la mayoría de las presentaciones tendrán un costo entre los cinco mil y 90 mil pesos dependiendo de la silletería. “Todo es un proceso de formación de público, la gente debe entender que los artistas, productores y técnicos se pagan”, dice Botero Santos.
Para Rafael Suescún, director de la Orquesta Sinfónica de la Unab, “todas las ciudades están preparadas para recibir un teatro como este, pero no hay que ir buscando resultados inmediatos, sino como un proyecto con un efecto en la cultura a largo plazo”. Aún no se conoce el impacto que puede tener la publicidad del teatro, pero se habilitarán plataformas donde las personas podrán tener acceso a toda la programación anual o postular su presentación artística para ser mostrada en el Teatro Santander.
Según Camila Botero, “hay que buscar estrategias y canales de comunicación para que a todos los públicos les parezca interesante. Es un teatro para todos no solo para las élites”.
Después de casi 20 años, el Teatro Santander volverá a abrir sus puertas el 26 de abril. En el lugar se inaugurará la fase uno, llamada “La Gran Sala”, con capacidad para 1.000 personas. Los primeros invitados serán los inversionistas, pero artistas locales son quienes esperan con mayor expectativa.
La fase dos, en la que se encuentran el sector de alimentos, oficinas y un teatrino con capacidad para 300 personas; aún sigue en construcción. Según las autoridades va en un 65 %.
Aunque la reinauguración será exclusiva para los inversionistas, los demás días estará disponible para el público en general.
Del teatro anterior también se dejaron unos arcos antiguos como una señal arqueológica. “No se trataba de tener un teatro antiguo, sino uno nuevo con la tecnología del siglo XXI. Cualquier teatro del mundo que en los últimos años no haya tenido una remodelación total, debe llamarse museo”, agrega.
Las expectativas del entorno artístico y educativo
Juan Camilo Montoya Bozzi, rector de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Unab), espera que el proyecto “se convierta en el epicentro de la cultura. Allí se deben congregar todos los actores del sector y su administración debe ser consecuente con la inversión efectuada (la obra costó $ 36 mil millones)”.
La Orquesta Sinfónica de la Unab está programada para presentarse en la inauguración del proyecto. Su director, Rafael Suescún Mariño, espera que el teatro sea capaz de albergar a artistas locales e internacionales y agrega que es “uno de los logros más grandes que tiene la ciudad para la cultura bumanguesa y una oportunidad para que todos nos unamos (sector público y privado)”.
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Para Sandra Fuentes Marín, propietaria de Joy Dancing, la primera empresa de ropa especializada para bailarines en Santander, dijo que “con la apertura del teatro vamos a poder generar otro tipo de oportunidades y encuentros, donde el baile va a ser complementado con todas las cadenas de valor del mercado incluida la nuestra que es la del vestuario”.
Un teatro multifacético
El Teatro Santander tiene 6.200 metros cuadrados construidos y su espacio debe cumplir con las necesidades de todos los tipos de artistas. “En Bucaramanga no tenemos 200 teatros, como sí los tienen las ciudades europeas, por lo tanto el auditorio es múltiple y está diseñado para todo tipo de presentaciones”, explica su director ejecutivo, José Díaz Ardila.
Para cumplir las expectativas de los artistas y el público se llamó a diez grupos de profesionales entre los que destacan al arquitecto Álvaro Tobón Hincapié, mayor experto en teatros en Colombia; Miguel Prada Barajas, arquitecto encargado de los detalles y acabados; Ramón Álvarez, ingeniero que se ocupó del cálculo estructural; Jaime Suárez Díaz, encargado del estudio de suelos; Aurelio Camargo, asuntos hidrosanitarios; Florentino Rodríguez, experto en aire acondicionado; Andrés Nuñez Rubiano y Juan José Virviescas, profesionales en acústica arquitectónica, supervisión y asesores del sistema audiovisual respectivamente; y la empresa Inrale que es la encargada de la construcción.
También, se invirtió en dos pianos de la marca Steinway & Sons, una concha acústica marca Meyer Sound, una plataforma móvil, un equipo de sonido marca Meyer Sound y un telón de boca, pintado por la artista santandereana Cristina Beatríz González Aranda. Todo lo mencionado, explica José Díaz, fue seleccionado de lo mejor del mundo y enviado a traer de diferentes lugares como Nueva York, San Francisco y Canadá.
Retos culturales y educativos
El Teatro Santander está ubicado en la calle 33 con carrera 19, una zona que por años se ha visto permeada por prostitución, drogas y robos. Por esta razón, uno de los principales retos es hacer la zona atractiva para los ciudadanos y turistas.
El Centro Cultural del Oriente se encuentra junto al teatro y ha estado trabajando en la imagen del lugar. Sin embargo, para Néstor Hernández Santos, coordinador del programa de teatro de la EMA, “el proceso de recuperación depende de la actividad constante del teatro. El arte no tiene restricciones, hay que permitir que todos tengan acceso”.
Por su parte, Camila Botero Santos, coordinadora cultural del proyecto Teatro Santander, explica que habrán presentaciones gratuitas, pero que la mayoría de las presentaciones tendrán un costo entre los cinco mil y 90 mil pesos dependiendo de la silletería. “Todo es un proceso de formación de público, la gente debe entender que los artistas, productores y técnicos se pagan”, dice Botero Santos.
Para Rafael Suescún, director de la Orquesta Sinfónica de la Unab, “todas las ciudades están preparadas para recibir un teatro como este, pero no hay que ir buscando resultados inmediatos, sino como un proyecto con un efecto en la cultura a largo plazo”. Aún no se conoce el impacto que puede tener la publicidad del teatro, pero se habilitarán plataformas donde las personas podrán tener acceso a toda la programación anual o postular su presentación artística para ser mostrada en el Teatro Santander.
Según Camila Botero, “hay que buscar estrategias y canales de comunicación para que a todos los públicos les parezca interesante. Es un teatro para todos no solo para las élites”.