Un nuevo capítulo se escribe después de la tragedia de Fundación, Magdalena en la que 33 niños fallecieron al incinerarse un bus en el que se trasladaban desde una iglesia hasta sus hogares.
Alfredo Esquea Chávez, propietario del bus en el que se presentó la conflagración y que fue capturado este viernes por las autoridades, fue trasladado a Santa Marta y a esta hora se encuentra recluido en la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía de esta ciudad.
Según manifestaron las autoridades, el hombre al momento de su captura se identificó con la cédula de ciudadanía de su hermano.
Germán Ordoñez Plata, director de Fiscalías Seccional Magdalena, señaló en entrevista con Caracol Radio, que esta persona desde hacía varios meses se dedicaba a atender un negocio de comidas que había montado con un familiar mientras huía de la justicia.
La semana pasada se inició así mismo el juicio para determinar la responsabilidad de Jaime Gutiérrez Ospino, conductor del bus, y Manuel Salvador Ibarra, líder de la congregación religiosa Pentecostal (quien contrató el servicio de transporte).
Junto con Esquea Chávez,estas personas tendrían que responder, según señaló la Fiscalía, por los delitos homicidio simple con dolo eventual en concurso homogéneo, una pena por la que pagarían hasta 60 años de cárcel y sin ningún beneficio de reducción de la pena, pues la ley colombiana lo impide cuando se trata de menores.
Como se conoció poco después del accidente, el bus en el que los menores perecieron incinerados no contaba con SOAT, no tenía la revisión técnico-mecánica y aunque la capacidad para transportar era de 25 personas sentadas, a bordo iban más de 50 pasajeros. Así mismo se rumora que el conductor transportaba combustible en un tarro, lo que habría empeorado la situación al momento de la conflagración.