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Un héroe efímero

El país recordó el primer año de la muerte de Raúl Reyes. Pocos se acordaron del único militar caído durante la operación Fénix.

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Rosario Moreno Hernández / Villavicencio
22 de marzo de 2009 - 10:00 p. m.
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Días después de que la Fuerza Pública abatiera al número dos de las Farc, Raúl Reyes, en un campamento ecuatoriano el primero de marzo del año pasado, el Ejército despidió con honores de héroe nacional al soldado profesional Carlos Edilson Hernández León, muerto en la ‘Operación Fénix’ que trajo como consecuencia la ruptura de relaciones diplomáticas con el vecino país.

Hoy, la memoria de Hernández León pervive sólo en las remembranzas de su familia, que el pasado primero de marzo vio por televisión cómo únicamente se recordó la muerte del jefe guerrillero.

Apenas 48 horas antes del operativo, Rosalba León habló por última vez con su hijo Carlos quien estaba a punto de embarcarse en la misión más importante en sus más de 15 años como militar.

“Mamita, estoy un poco aburrido. No me siento bien y tengo mucha nostalgia. Me tengo que ir a trabajar. Por favor, mami, vaya al médico que para eso le estoy pagando el seguro”, le dijo Hernández a su mamá desde la Base Aérea de Tolemaida, donde se encontraba.

“Cuídese mucho mijito y que mi Dios me lo  bendiga y que la Virgen me lo proteja y me lo acompañe donde quiera que esté”, le respondió la mujer, quien jamás olvidará esa conversación de las siete de la noche del 28 de febrero de 2008. Fue la última, antes de saber que su hijo sería el único soldado muerto en la operación militar.

“Mi hijo era el bastión de esta familia, estaba pendiente de todos sus hermanos y sobrinos, sobre todo de Licet Melissa, su sobrina consentida”, dice Rosalba con lágrimas rodando por sus mejillas. La última vez que Carlos Edilson visitó a su familia en Villavicencio fue el 28 de diciembre de 2007.

“A mí no me gustaba que estuviera en el Ejército. Le había dicho muchas veces que se retirara, pero él siempre me decía que quería su pensión y comprarse una casa para cuando se casara  vivir allí con su familia. Al lograr eso se podría retirar tranquilo”, dijo su mamá.

Ahora, un año después de su muerte, la familia recibe $506.000 mensualmente, pensión que el Ejército paga cumplidamente después de tortuosos trámites. Sin embargo, ese ingreso es precario frente a las necesidades de la familia, que también cobró un seguro por $36 millones que Carlos Edilson estaba pagando. Por ahora, afirman los dolientes del soldado, no les quieren dar ningún tipo de indemnización por su muerte.

Henry Hernández León, hermano del soldado, asegura que aún no lo  convence la explicación de las circunstancias en las que murió Carlos, aunque el dictamen médico señaló que murió aplastado por un árbol derribado por la guerrilla.

“El cuerpo de Carlos estaba limpio. No sabemos si lo mató la guerrilla o tuvo problemas con compañeros, queremos saber qué fue lo que pasó en realidad, la muerte de mi hermano se tiene que aclarar. Hay mucha confusión en las causas”, dijo Henry.

Como Carlos Edilson murió en territorio ecuatoriano, la familia le otorgó un poder a un abogado para que el caso sea llevado a la Corte Penal Internacional y se esclarezca su muerte.

Por Rosario Moreno Hernández / Villavicencio

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