Un 'zoom' a la realidad de Soacha

Hablar de Víctor Gaviria puede no ser una referencia para muchos, excepto, para quienes están empapados del séptimo arte. Sin embargo, hablar de La vendedora de rosas o de Rodrigo D no futuro sí lo es para el grueso de la población colombiana que, de inmediato, se hace una imagen de los tiempos de violencia que retrató Gaviria con su técnica del ‘Cine de realidad’. Esta vez, bajo esa misma tendencia, Victor Gaviria busca evidenciar la situación de Soacha a través de cine foros organizados por él y por la alcaldía de Soacha, en los cuales los jóvenes del municipio cuentan sus historias de vida. El propósito: fomentar la convivencia y la participación ciudadana.

Como un sabueso que olfatea en cada rincón buscando alimento, Gaviria escudriña historias, realidades y conflictos para que el lente de su cámara los capte. Así lo ha hecho desde el martes pasado en esa región de Cundinamarca: hurgó en cada una de las seis comunas y dos corregimientos que lo componen para contar lo que allí se cuece cada día. Asesinatos, violencia intrafamiliar, consumo y expendio de drogas son las principales problemáticas que aquejan a los jóvenes de esa región limítrofe con Bogotá.
“El meollo del asunto está en que los pelaos, por su misma condición socioeconómica, dejan el colegio y además no trabajan, por lo que tienen mucho tiempo libre. Luego, ese tiempo no lo aprovechan sanamente, sino que empiezan a involucrarse con pandillas, a robar, consumir droga y después incluso a venderla”, dice Víctor Gaviria, quien coincide con la alcaldía en afirmar que el arte es una herramienta de transformación social; razón por la cual se crearon los foros por la convivencia ciudadana y el respeto a los derechos humanos.

El Espectador visitó este miércoles el parque Los olivos de Soacha, donde se desarrolló el segundo día de actividades culturales enmarcadas en los cine foros. Eran las cinco de la tarde, hora en la que fue citada la comunidad para participar de la proyección de La vendedora de rosas y, mientras un grupo de siete niños jugaba fútbol en la cancha; una mujer atizaba el fuego para preparar un canelazo; cinco jóvenes jugaban parques, las gradas de la cancha empezaron a llenarse de niños, señoras, adultos mayores y sobre todo, de jóvenes.

El sol, sin embargo, se empezó a ocultar y un fuerte aguacero, cuando ya todo estaba dispuesto para el inicio de la actividad, empapó la cancha. Pero la gente no se fue. Cubriéndose con paraguas y plásticos se quedaron para escuchar a un cantante de hip hop que, a través de sus letras, denunciaba problemas álgidos del municipio, como los llamados ‘falsos positivos’: 11 jóvenes que dejaron la comunidad con promesas de trabajo y que resultaron, en 2008, reportados por el Ejército como bajas en combate apenas días después de haber salido de sus casas. Hace menos de cuatro meses, refiriéndose a uno de esos jóvenes (Fair Leonardo Porrras, quien sufría de discapacidad mental), el Tribunal Superior de Cundinamarca declaró el caso como “delito de lesa humanidad”.

Mientras en la pantalla se reflejaba la historia de las comunas de Medellín —nada lejos de la realidad de Soacha—, las actrices naturales Mileyder Gil y Marta Correa, que contaron su historia en La vendedora de Rosas, fueron invitadas a Soacha para que compartieran sus vivencias. “El cine fue como una salvación para mí”, dice Marta Correa. “Cuando pude ver la misma película de mi vida, entendí que no estaba haciendo las cosas bien. El cine me ayudó a comprender que tenía que cambiar mi vida”, agregó.

Por eso Gaviria llegó invitado por la Alcaldía de Soacha para, de alguna manera, mostrarle a los muchachos la película de sus vidas, contada por ellos mismos. “Aquí todo el tiempo hacen limpiezas y no necesariamente de las calles, sino de la gente”, decía un grupo de jóvenes mientras jugaba parques. Entre tanto, la policía del municipio, que hacía presencia en el evento, dijo que los problemas de violencia e inseguridad que tienen que atender cada semana es escandaloso. “Hace quince días se reportaron unos 120 casos de riñas y el número cada vez aumenta”, dijo un uniformado.

Los foros, que ya se habían realizado desde el pasado martes en la comuna VI en el barrio San Martín, en el barrio Ciudadela Sucre y que hoy concluyen en el barrio Villa Mercedes, parque La Esperanza, hacen parte del programa ‘Soacha Joven’ y están enmarcados dentro de la Semana de la juventud que se lleva a cabo del 16 al 22 de este mes. Según Aura Cortés, funcionaria de la Alcaldía y una de las coordinadoras del programa, el próximo año se abrirán puntos de atención en cada una de las seis comunas del municipio con el objetivo de integrar a los jóvenes a actividades en las que ocupen su tiempo libre con el arte, además de brindarles atención psicológica”.

Hablar de Víctor Gaviria puede no ser una referencia para muchos, excepto, para quienes están empapados del séptimo arte. Sin embargo, hablar de La vendedora de rosas o de Rodrigo D no futuro sí lo es para el grueso de la población colombiana que, de inmediato, se hace una imagen de los tiempos de violencia que retrató Gaviria con su técnica del ‘Cine de realidad’. Esta vez, bajo esa misma tendencia, Victor Gaviria busca evidenciar la situación de Soacha a través de cine foros organizados por él y por la alcaldía de Soacha, en los cuales los jóvenes del municipio cuentan sus historias de vida. El propósito: fomentar la convivencia y la participación ciudadana.

Como un sabueso que olfatea en cada rincón buscando alimento, Gaviria escudriña historias, realidades y conflictos para que el lente de su cámara los capte. Así lo ha hecho desde el martes pasado en esa región de Cundinamarca: hurgó en cada una de las seis comunas y dos corregimientos que lo componen para contar lo que allí se cuece cada día. Asesinatos, violencia intrafamiliar, consumo y expendio de drogas son las principales problemáticas que aquejan a los jóvenes de esa región limítrofe con Bogotá.
“El meollo del asunto está en que los pelaos, por su misma condición socioeconómica, dejan el colegio y además no trabajan, por lo que tienen mucho tiempo libre. Luego, ese tiempo no lo aprovechan sanamente, sino que empiezan a involucrarse con pandillas, a robar, consumir droga y después incluso a venderla”, dice Víctor Gaviria, quien coincide con la alcaldía en afirmar que el arte es una herramienta de transformación social; razón por la cual se crearon los foros por la convivencia ciudadana y el respeto a los derechos humanos.

El Espectador visitó este miércoles el parque Los olivos de Soacha, donde se desarrolló el segundo día de actividades culturales enmarcadas en los cine foros. Eran las cinco de la tarde, hora en la que fue citada la comunidad para participar de la proyección de La vendedora de rosas y, mientras un grupo de siete niños jugaba fútbol en la cancha; una mujer atizaba el fuego para preparar un canelazo; cinco jóvenes jugaban parques, las gradas de la cancha empezaron a llenarse de niños, señoras, adultos mayores y sobre todo, de jóvenes.

El sol, sin embargo, se empezó a ocultar y un fuerte aguacero, cuando ya todo estaba dispuesto para el inicio de la actividad, empapó la cancha. Pero la gente no se fue. Cubriéndose con paraguas y plásticos se quedaron para escuchar a un cantante de hip hop que, a través de sus letras, denunciaba problemas álgidos del municipio, como los llamados ‘falsos positivos’: 11 jóvenes que dejaron la comunidad con promesas de trabajo y que resultaron, en 2008, reportados por el Ejército como bajas en combate apenas días después de haber salido de sus casas. Hace menos de cuatro meses, refiriéndose a uno de esos jóvenes (Fair Leonardo Porrras, quien sufría de discapacidad mental), el Tribunal Superior de Cundinamarca declaró el caso como “delito de lesa humanidad”.

Mientras en la pantalla se reflejaba la historia de las comunas de Medellín —nada lejos de la realidad de Soacha—, las actrices naturales Mileyder Gil y Marta Correa, que contaron su historia en La vendedora de Rosas, fueron invitadas a Soacha para que compartieran sus vivencias. “El cine fue como una salvación para mí”, dice Marta Correa. “Cuando pude ver la misma película de mi vida, entendí que no estaba haciendo las cosas bien. El cine me ayudó a comprender que tenía que cambiar mi vida”, agregó.

Por eso Gaviria llegó invitado por la Alcaldía de Soacha para, de alguna manera, mostrarle a los muchachos la película de sus vidas, contada por ellos mismos. “Aquí todo el tiempo hacen limpiezas y no necesariamente de las calles, sino de la gente”, decía un grupo de jóvenes mientras jugaba parques. Entre tanto, la policía del municipio, que hacía presencia en el evento, dijo que los problemas de violencia e inseguridad que tienen que atender cada semana es escandaloso. “Hace quince días se reportaron unos 120 casos de riñas y el número cada vez aumenta”, dijo un uniformado.

Los foros, que ya se habían realizado desde el pasado martes en la comuna VI en el barrio San Martín, en el barrio Ciudadela Sucre y que hoy concluyen en el barrio Villa Mercedes, parque La Esperanza, hacen parte del programa ‘Soacha Joven’ y están enmarcados dentro de la Semana de la juventud que se lleva a cabo del 16 al 22 de este mes. Según Aura Cortés, funcionaria de la Alcaldía y una de las coordinadoras del programa, el próximo año se abrirán puntos de atención en cada una de las seis comunas del municipio con el objetivo de integrar a los jóvenes a actividades en las que ocupen su tiempo libre con el arte, además de brindarles atención psicológica”.