Una familia en busca de ideas sostenibles

Desde hace seis años Catalina Meza y Frédéric Gheung viajan por el mundo conociendo iniciativas que aporten a la conservación del medioambiente. Desde nevados artificiales hasta prototipos de tela que recepcionan energía son parte de sus hallazgos.

Mónica Rivera Rueda
08 de agosto de 2017 - 02:00 a. m.
Catalina Meza y Frédéric Gheung han visitado al menos 15 países en su travesía, desde 2011.   / Cristian Garavito - El Espectador
Catalina Meza y Frédéric Gheung han visitado al menos 15 países en su travesía, desde 2011. / Cristian Garavito - El Espectador
Foto: Cristian Garavito / El Espectador

En 2011 la pareja colombo-francesa, conformada por Catalina Meza y Frédéric Gheung, empezaron un largo viaje por el mundo. Aunque en principio quisieron viajar a otros países por turismo y para conocer nuevas culturas, al tomar un año sabático de sus empleos se dieron cuenta de que lo que querían era contar historias.

No como viajeros tradicionales, dando recomendaciones de dónde comer o qué lugares visitar, sino que muy acorde con lo que estudiaron -los dos son ingenieros-, salieron en busca de las problemáticas que genera el cambio climático, específicamente de lo que afecta a las ciudades en el mundo.

“Después de la crisis financiera nadie hablaba de cambio climático. En la prensa no era común que hubiera debates del tema, así que comenzamos a escribir para nuestros amigos y familiares porque era a quienes teníamos más cerca”, asegura Meza.

Empezaron con un blog hablando de lo que encontraban en cada país que visitaban, entre los que estuvo India, Fiji y Australia, no como turistas, porque ninguno de sus planes fue así. “Visitábamos las oficinas de expertos, empresas o laboratorios y todo el proyecto se convirtió en una manera de conocer nuevas personas, apasionadas por su trabajo y con grandes ideas para aportar al mundo”.

Así comenzaron One planet, one challenge (Un planeta, un desafío), una iniciativa con la que pretendían identificar las problemáticas de los lugares que visitaban, pero en busca de éstos encontraban a la par gente con ideas innovadoras y sostenibles. “Hay soluciones en todas partes”, dice Meza. Por ejemplo, en Nueva Zelanda reseñaron un proyecto que utiliza la lava caliente que pasa por el subsuelo para calentar el agua que mueve las turbinas que generan la energía de gran parte del país. Con esta iniciativa se genera menor cantidad de emisiones de gases invernadero.

En el norte de India “había gente fabricando nevados artificiales para que durante la primavera haya agua en la región. Con construcciones de piedra logran que en un lugar de la montaña se forme un nevado y así obtienen agua para labores agrícolas”, asegura Gheung.

Mientras que en otro de sus recorridos conocieron a científicos que estaban experimentando con telas para convertirlas en paneles solares, que se pudieran utilizar en carpas o en ventanas de edificaciones con el fin de generar luz. Y así fue como finalizaron en 2012 su primer viaje, y tras el éxito que tuvo su blog www.oneclimateonechallenge.jimdo.com publicaron un libro con sus experiencias.

Volvieron a sus trabajos y con una hija de por medio, en 2016 quisieron volver a viajar por el mundo, pero ahora focalizados en soluciones y cómo construir una sociedad sostenible. Iniciaron en esta ocasión en Singapur y encontraron nuevos proyectos que los hace creer que tenemos todas las posibilidades para detener el cambio climático.

En Australia encontraron iniciativas para promover la agricultura local. “Se genera empleo en el área, se reducen las emisiones de gases efecto invernadero porque no hay que transportar grandes trayectos los alimentos y la gente se acostumbra a comer lo que siembra. Lo vimos mucho en Australia, pero es una tendencia mundial. Nosotros con nuestros artículos lo que queremos es darles las pautas a las personas para que decidan si quieren seguirlas o no”, considera Meza. Asimismo, en la capital, Sídney, visitaron un edificio con una planta de reciclaje de agua en su sótano.

La estructura cuenta con dos circuitos, uno que viene de la ciudad y otro que lleva el líquido que ha sido tratado y que es usado para los baños, las lavadoras y los jardines verticales. “Hay muchos tabúes aún con el agua tratada y es pura cuestión metal. Es un bloqueo y tal vez por eso las cosas no avanzan, porque a la gente no le explican bien las cosas. En Australia le explican a la gente, la están sensibilizando para ponerlo en marcha”.

Otro de los proyectos sustentables que más les llamó la atención fueron los teléfonos modulares. “Si se rompe la pantalla podemos reemplazarla y no comprar todo el teléfono, porque la idea que tenemos es que el mundo de mañana sea uno en el que reparemos todas las cosas. ¿Para qué votarlas si las puedo arreglar? Ese es el concepto de economía circular”, señala Meza.

En esta última etapa han viajado con su pequeña hija. “Para nosotros también es una manera de decirle que nos interesa su futuro y estamos haciendo todo lo posible por ella”, dice Gheung. Han publicado semanalmente entradas con cada una de sus travesías y aunque no tienen experiencia profesional sobre el tema, entre los dos se encargan de diseñar y editar sus videos y página web.

Para poder cumplir este último viaje, en el que visitaron siete países, obtuvieron ayuda de fondos externos a través de un crowfounding, además de amigos en los lugares en que se quedaron y patrocinadores que han conseguido durante su travesía. En esta oportunidad planean un nuevo libro y dejaron para la última etapa de su recorrido la ciudad de Helsinki, en Finlandia. Para Meza la ventaja de volver a este tipo de países “es que están muy avanzados en temas ambientales. La ciudad de Helsinki quiere que en el centro de la ciudad no haya carros, entonces ¿cómo lo van a lograr?”.

Por Mónica Rivera Rueda

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