¿Una procesión católica va en contravía de la ley?

En el barrio Pontevedra, en el noroccidente de Bogotá, un hombre increpó el viernes a una procesión de católicos que celebraba el viacrusis durante la mañana. El encuentro fue registrado en una grabación que se ha hecho viral, donde el joven se enfrenta a los fieles reclamando su "derecho a dormir y descansar", y catalogando la reunión de los feligreses como un "delito". Frente a éste incidente, se abrió el debate sobre los derechos de aquellos que adoptan algún credo religioso y los que no. (Lea: La denuncia penal contra pastor Arrázola por "hostigar" a LGBTI)

La Constitución de 1991 garantizó la libertad de cultos en su artículo 19. “Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley”.

Pese a este derecho, hace un año, las multitudinarias homilías que oficiaba el padre Jesús Hernán Orjuela, más conocido como el padre Chucho, fueron suspendidas por un juzgado de Bogotá. Dichas reuniones, que se daban en un parque de la localidad de Kennedy, se dieron por terminadas cuando la comunidad del barrio Castilla interpuso una tutela, quejándose del abuso del espacio público por parte del clérigo y los fieles.

De acuerdo con el tribunal, el sacerdote nunca contó con los debidos permisos necesarios para realizar los actos religiosos en la zona. Un mismo argumento que podría caber en esta ocasión, cuando el hombre aún en pijama salió al encuentro del desfile de católicos reclamando la tranquilidad. 

Asimismo, el Código de Policía considera como un ataque a la convivencia pacífica los “sonidos fuertes, producto de fiestas o reuniones que perturben la tranquilidad de los vecinos”. Una sanción por la que debe pagarse $393.449 de multa, de acuerdo con la institución.

Sin embargo, para el coronel Raúl Vera Moreno "el desfile de ayer fue una manifestación pública en razón a una actividad religiosa, lo cual no va a en contra de la ley. Es un derecho constitucional aglomerarnos con ciertos límites mientras éste no afecte la convivencia". 

De acuerdo con el comandante de la Estación II de Policía de Bogotá, en el suceso que se presentó este viernes no hay una afectación sino el reproche de una persona. Un hombre que puede vivir en un edificio junto a diez familias, pero aún así, solo él aparece en la grabación increpando al resto de creyentes.

De hecho, según el segundo parágrafo del artículo 53 del código, “el que irrespete las manifestaciones y reuniones de las personas en el espacio público, en razón a su etnia, raza, edad, género, orientación sexual, creencias religiosas, preferencias políticas y apariencia personal, será objeto de aplicación de medida correctiva correspondiente a Multa General Tipo 4”. Es decir, frente a lo que se alcanza a ver en el video, “el hombre sería quien estuviera infringiendo la ley por su falta de tolerancia y respeto”, concluyó el funcionario.

En el barrio Pontevedra, en el noroccidente de Bogotá, un hombre increpó el viernes a una procesión de católicos que celebraba el viacrusis durante la mañana. El encuentro fue registrado en una grabación que se ha hecho viral, donde el joven se enfrenta a los fieles reclamando su "derecho a dormir y descansar", y catalogando la reunión de los feligreses como un "delito". Frente a éste incidente, se abrió el debate sobre los derechos de aquellos que adoptan algún credo religioso y los que no. (Lea: La denuncia penal contra pastor Arrázola por "hostigar" a LGBTI)

La Constitución de 1991 garantizó la libertad de cultos en su artículo 19. “Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley”.

Pese a este derecho, hace un año, las multitudinarias homilías que oficiaba el padre Jesús Hernán Orjuela, más conocido como el padre Chucho, fueron suspendidas por un juzgado de Bogotá. Dichas reuniones, que se daban en un parque de la localidad de Kennedy, se dieron por terminadas cuando la comunidad del barrio Castilla interpuso una tutela, quejándose del abuso del espacio público por parte del clérigo y los fieles.

De acuerdo con el tribunal, el sacerdote nunca contó con los debidos permisos necesarios para realizar los actos religiosos en la zona. Un mismo argumento que podría caber en esta ocasión, cuando el hombre aún en pijama salió al encuentro del desfile de católicos reclamando la tranquilidad. 

Asimismo, el Código de Policía considera como un ataque a la convivencia pacífica los “sonidos fuertes, producto de fiestas o reuniones que perturben la tranquilidad de los vecinos”. Una sanción por la que debe pagarse $393.449 de multa, de acuerdo con la institución.

Sin embargo, para el coronel Raúl Vera Moreno "el desfile de ayer fue una manifestación pública en razón a una actividad religiosa, lo cual no va a en contra de la ley. Es un derecho constitucional aglomerarnos con ciertos límites mientras éste no afecte la convivencia". 

De acuerdo con el comandante de la Estación II de Policía de Bogotá, en el suceso que se presentó este viernes no hay una afectación sino el reproche de una persona. Un hombre que puede vivir en un edificio junto a diez familias, pero aún así, solo él aparece en la grabación increpando al resto de creyentes.

De hecho, según el segundo parágrafo del artículo 53 del código, “el que irrespete las manifestaciones y reuniones de las personas en el espacio público, en razón a su etnia, raza, edad, género, orientación sexual, creencias religiosas, preferencias políticas y apariencia personal, será objeto de aplicación de medida correctiva correspondiente a Multa General Tipo 4”. Es decir, frente a lo que se alcanza a ver en el video, “el hombre sería quien estuviera infringiendo la ley por su falta de tolerancia y respeto”, concluyó el funcionario.