Con un escueto comunicado desde La Habana, los delegados de paz del Gobierno y las Farc anunciaron que durante los últimos 12 días trabajaron “intensamente en la revisión de temas en torno al punto tres de la agenda, sobre “fin del conflicto”, y que han logrado importantes aproximaciones sobre los términos del cese del fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, el proceso de dejación de armas y las garantías de seguridad. Asimismo, explicaron que dados los avances, retomarán este ciclo 48 de negociaciones a partir del próximo 21 de abril.
De otro lado, Iván Márquez, jefe negociador de las Farc, ofreció una declaración a los medios de comunicación para dar cuenta del trabajo realizado. En este sentido, informó que se busca “presentar al país un paquete de acuerdo en torno al cese del fuego y de hostilidades, dejación de armas, paramilitarismo y garantías de seguridad”. Se trata de tres acuerdos parciales sobre subpuntos del apartado denominado “fin del conflicto”.
El comandante guerrillero precisó, además, las posiciones de la insurgencia en la mesa de diálogos: “Algunos se molestan porque hemos dicho que no habrá entrega de armas, pero no escuchan bien o no quieren escuchar que lo que las Farc están diciendo es que habrá dejación de las armas. Nuestro compromiso es hacer política sin armas, esperando que las que la sociedad ha confiado a los agentes del Estado no se vuelvan a utilizar contra su propio pueblo. Sólo pedimos un nunca más”, señaló Márquez.
Y añadió que para las Farc hoy la gran preocupación es el paramilitarismo, no sólo por los crímenes que comete, sino por las entidades que lo integran y por las fuerzas que lo dominan. “Hay un ministro que no se cansa de repetir que el paramilitarismo es un fantasma, que no existe, pero entonces, ¿quiénes están matando a los defensores de derechos humanos, a reclamantes de tierras y a los líderes opositores?”, expresó el comandante insurgente.
Finalmente, le lanzó pullas al presidente Juan Manuel Santo y afirmó que “la paz no se construye con la mirada fija en las encuestas”, y concluyó: “Queremos garantizarle al pueblo colombiano que dejaremos las armas, pero no nuestras vidas”.