Con el agua hasta el cuello se encuentran villavicenses en 25 barrios, por la fuerte ola de invierno que azota a la capital del Meta. Los ríos Guatiquía, Guayuriba y Ocoa están en alerta roja y se declaró calamidad pública en toda la ciudad.
Según la Oficina de Gestión del Riesgo, los puntos críticos se dispersan en al menos 12 zonas de la ciudad y se calcula que de momento hay alrededor de 150 familias afectadas.
En el barrio Trece de Mayo, uno de los puntos más afectados por la subida de los ríos, se instalaron albergues provisionales, para recibir familias y mitigar las afectaciones, que van acompañadas por los temores que acarrea la pandemia por el COVID-19.
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Desde Gestión del Riesgo y diferentes secretarías de la Alcaldía se desplazaron por el municipio durante el fin de semana y se estima que en los próximos días haya un balance preciso sobre la cantidad de ayudas humanitarias y demás recursos de auxilio que se necesitan para atender a los ciudadanos afectados.
La creciente de los afluentes está extendida en nueve municipios de Meta, donde hay 14 ríos desbordados, emergencia en 43 veredas, un saldo de 466 familias damnificadas -especialmente en la región de Ariari- y 700 hectáreas de cultivos arrasadas por las aguas.
El ojo de las autoridades está principalmente puesto en el río Guayuriba, debido a que su extensión intermunicipal y su acelerado desbordamiento generó estragos entre el viernes y el domingo, principalmente en la vía que conecta a Villavicencio con Acacías.
Este problema vial ya fue resuelto, los vehículos pueden operar normalmente, pero bajo la vigilancia de los entes competentes.