El atentado perpetrado el martes en horas de la tarde en un almacén del norte de Bogotá en contra de Jesús Hernando Sánchez Sierra, socio del llamado zar de las esmeraldas Víctor Carranza, ratifica los temores conocidos en julio pasado en torno al resurgir de lo que en décadas pasadas se conoció como “la guerra verde”.
Sánchez Sierra fue herido con varios impactos de bala por hombres que le dispararon desde una moto. De 48 años de edad, es socio de Carranza en la mina Cunas, aledaña a Pitas, la más productiva de la zona esmeraldera de Boyacá. Hace poco más de tres meses fue asesinada en Mercedes Chaparro en Muzo, gestora de paz y persona cercana a Carranza.
El 28 de julio, en un reportaje publicado por la cadena árabe Aljazeera, Víctor Carranza confesó que tenía un cáncer terminal, pero que más allá de su enfermedad, estaba preocupado por lo que pueda pasar en el país tras su eventual muerte. “La paz que se firmó hace 23 años se está resquebrajando. Se ha dañado (...) es una cosa grave y delicada y no me gusta”, dijo.
En el reportaje, Carranza es mostrado como el hombre que emergió de una guerra sin cuartel por el poder esmeraldífero en Colombia durante dos décadas, y que dejó más de seis mil muertos, logrando imponer su autoridad y hacer la paz con la ayuda de la iglesia. También es visto como un hombre al que la gente respeta y teme y que es protegido de la justicia.
"Ya es hora de que Dios me recuerde y me llame a su lado", le dijo Carranza al cineasta Fernando Lucena tras reconocer que padece desde hace años de al menos dos tipos de Cáncer, uno de próstata y otro que le afecta el pulmón. Sus enemigos no tendrán que esperar mucho para que salga de la escena, sentencia Aljazeera como conclusión de los males que padece Carranza.
Este miércoles en Chiquinquirá, esmeralderos del occidente de Boyacá se reunirán para analizar la situación tras el atentado a Sánchez Sierra y rechazar los actos de violencia que se viene presentando en contra de los principales socios y colaboradores de Víctor Carranza.