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"Yo soy Príncipe"

Un centenar de mascotas, de la mano de sus dueños, protagonizaron una singular protesta por el asesinato de un perro a manos de un corredor de moto.

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María Alejandra Moreno
11 de marzo de 2015 - 04:33 p. m.
Pamela Aristizábal / Rinden homenaje a Príncipe, el perro que fue baleado por Juan Sebastian Toro.
Pamela Aristizábal / Rinden homenaje a Príncipe, el perro que fue baleado por Juan Sebastian Toro.
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La cita fue en el parque de Puente Largo, en la calle 107 con carrera 55 al norte de Bogotá. Más de cien perros de todas las razas, tamaños y colores fueron llegando de las manos de sus dueños que además portaban velas y flores. El propósito fue desarrollar una marcha para despedir a “Príncipe”, el perro criollo asesinado el pasado domingo por el corredor de motos Juan Sebastián Toro. De paso, la idea común fue reclamar acciones de Estado contra el maltrato animal.

A los vecinos, amigos y espontáneos se sumó el subcomandante de la estación de Suba, el mayor de la policía Edison Eliécer Cuéllar. Con él llegó “Juana Amarilla”, una perrita rescatada por la institución hace un mes en el caño Juan Amarillo. “Para nosotros es un compromiso cuidar a los animales que son parte de nuestra familia y venimos aquí porque estamos conmovidos de lo que pasó con “Príncipe”, manifestó el oficial en la antesala de la marcha”.

Luego empezó el desfile enmarcado con agitar de pañuelos, banderas, carteles y otras expresiones de homenaje a la memoria del perro asesinado a tiros. “Yo soy Príncipe”, se leía en varios de los mensajes que portaban colgados en sus cuellos las mascotas marchantes. Sus propietarios no dejaron un momento de reclamar tolerancia y que lo sucedido con “Príncipe” no quede en la impunidad. El oficial de la Policía no les dio muchas esperanzas.

“Lastimosamente para la justicia el agresor no es una persona que revista peligrosidad y como no tiene antecedentes puede seguir libre”, observó el mayor Cuéllar, mientras algunos de los marchantes, con conocimientos de derecho, no se cansaron de argumentar que de todos modos el corredor de motos pudo haber incurrido en el delito de daño en bien ajeno y lesiones personales.  “Es el problema de que no exista una ley clara contra el maltrato animal, agregó un vecino”.

Uno de los asistentes, Germán Ramos, quien dirige un centro cultural llamado La Guarida, dedicado al rescate de perros de la calle, con claro liderazgo expresó que su presencia y la de su grupo eran para aclarar a la sociedad que si se piensa en la paz, ésta también debe incluir a los animales. “Yo habitualmente me disfrazo de Goofy animalista para defender a las mascotas. Hoy no lo hice porque el personaje verdadero de la marcha es “Príncipe”, recalcó.

En medio de la marcha apareció Marina Isaza, la dueña de “Príncipe”. Se hizo un silencio largo y entonces ella contó la historia. “Príncipe llevaba tres años con nosotros. Lo encontré herido, al otro lado de un caño, y pronto se hizo parte de la familia. Todas las noches me ponía su hocico en la pierna para saludarme y a mi hermano lo despertaba a las cinco de la mañana y después se ponía a jugar con los gatos. Para todos los amigos de “Príncipe”, mi amor y su recuerdo.

Desde ahí en adelante la marcha fue un coro de voces contra la violencia y en defensa de las mascotas. “Yo rescato animales desde hace cuatro años y sé que hay que luchar por sus derechos, esta es una idea que sigue creciendo”, expresó Viviana Sarmiento. Otra activista, Luisa Ramírez, del Colectivo Dignidad Canina agregó que los colombianos tienen que entender que las mascotas son seres vivos y merecen tanta protección como los humanos.

Lukas Llanos de El Parche Criollo, y además dueño de Roco, un perro criollo, confesó que su mastín y “Príncipe” se la llevaban bien y que acostumbraban tomar el sol apaciblemente. A su testimonio se sumó Sofía Castellanos: “Príncipe” vivía al frente de nuestro hogar. Nos quedamos sin un gran amigo. La bala que lo mató pudo ser para cualquiera del sector, porque además es un circuito ecológico donde diariamente pasean perros y dueños.

“Llegará un día en que los hombres conocerán el alma de las bestias y entonces matar un animal será considerado un delito como matar a un hombre. Ese día la civilización habrá avanzado”. Esta frase, contenida en uno de los carteles, y según el mismo atribuida a Leonardo Da Vinci, resume lo que pasó la noche del 11 de marzo en el parque de Puente Largo. Más de cien perros con sus dueños emulando una de las más singulares protestas del mundo.

“Así como hubo un Je Suis Charlie para reprobar el asesinato de varios humoristas en Francia, queremos un Yo soy Príncipe, para que quienes creemos que nuestras mascotas también son parte de nuestras familias, podamos rendirle el homenaje que se merece “Príncipe”, un fiel perro rescatado que no tenía porque terminar baleado por un energúmeno que además, por su condición de deportista, debía dar ejemplo”, resumió un vecino.

La noche terminó con las velas encendidas y las flores desparramadas en el sitio exacto donde Juan Sebastián Toro disparó a “Príncipe”, sin que este realmente tuviera capacidades para enfrentarlo aún con su agresor desarmado. “Como la familia de dueños de perros que somos, compartimos el dolor de Marina Isaza, y estaremos atentos a que un acto canalla como el sucedido no se vuelva a repetir. Si se da, volveremos a marchar por “Príncipe” o por la mascota que necesite ser protegida. 

Por María Alejandra Moreno

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