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Sobre la tierra negra bien regada y bajo un sol suave cuyo calor aleja el viento frío a ratos, hay una planta de verbena y una capuchina. Esta última será empacada en un cilindro de cartón para que pueda llegar hasta una persona que vive en Pasto y tiene la intención de alimentar a unas mariposas blancas.
Al caminar entre estos senderos de tierra y plantas que están marcadas con nombres y algunos números, es posible ver larvas, mariposas, mariquitas y algunas abejas. Si el espectador aparta una silla y se sienta a observar, verá una escena distinta e inexistente entre el caos, la velocidad o el gris de las ciudades: mariposas distintas que vuelan tranquilas y se mezclan con abejas dentro de flores. También hay flores, cada una con una historia y una utilidad.
Al frente de este jardín que sueña con iluminar a Colombia con sus plantas y seres minúsculos, está Esteban Arango, un ingeniero de la Universidad EAFIT que desde hace más de dos décadas ha dedicado su vida al estudio y la conservación de jardines e insectos polinizadores. Es el creador de Mariposas Metamorfosis, la iniciativa a través de la cual preserva jardines, mariposas, abejas y otros insectos.
Sensible a las plantas, al arte y a los seres minúsculos de la naturaleza, se ha dedicado a estudiarlos y a pensar en formas de ayudar a que sigan existiendo. Su amor por la naturaleza le llegó por varios caminos. Entre estos vale la pena mencionar la presencia de su abuela Rocío Vélez de Piedrahíta, considerada una de las mejores escritoras antioqueñas y quien durante su vida fue una observadora y admiradora del paisaje y de sus animales e insectos variados.
Gracias a su trabajo constante y al de personas como Darío, uno de los jardineros más experimentados aquí, Esteban Arango ha llevado mariposas, abejas y plantas a parques, corredores verdes y sitios alejados de Antioquia y de Colombia. “La presencia de mariposas en el ambiente es un indicador del bienestar que hay en un lugar. Si hay presencia de ellas quiere decir que el ecosistema está sano”, es decir, si hay buen aire, la tierra está en buenas condiciones y hay variedad de especies.
Al tener un buen ambiente, las mariposas pueden llevar el polen de una planta a otra e interactuar con otros insectos. También se convierten en alimento de pájaros o sirven de nutriente para el suelo.
Y agrega que culturalmente, no hemos sido educados para apreciar a los seres más pequeños de la naturaleza como ellas o las llamadas mariquitas, y esto lo considera valioso porque “cada ser tiene una función y esto puede comprobarse al observar con cuidado un jardín, un lugar al que considera un laboratorio”.
También y como parte de las prácticas actuales, menciona los llamados “desiertos verdes”, espacios extensos de pasto y árboles donde no hay mucha variedad de especies y, finalmente, no hay mucha fortaleza. Y es que los ingenieros forestales han dicho en varias oportunidades que los bosques más fuertes son aquellos donde hay más variedad de especies.
Tierra de mariposas y evitar su extinción
Sobre el tema de mariposas se han publicado varios libros en Colombia. Uno de ellos es Mariposas de Colombia: lista de chequeo, escrito por Kim Garwood, Blanca Huertas, Indiana Cristóbal Ríos-Malaver y Juan Guillermo Jaramillo. En su prólogo, los autores dicen que “desde los bosques húmedos de la región del Chocó hasta la vasta selva amazónica, los habitantes de Colombia albergan la fauna de mariposas más rica del mundo”. Y lo dicen con argumento: “Hay 3.877 especies de mariposas en Colombia (según este conteo publicado en el 2022), en un territorio de 1.141.748 kilómetros cuadrados”. Entre este número se cuentan aproximadamente 219 endémicas, es decir, nativas.
En Europa, con 4.422.773 kilómetros cuadrados se contaron alrededor de 440 especies, cifra que confirma la variedad de Colombia en este sentido. A esta publicación se suma otra: Mariposas del Oriente antioqueño, un libro escrito por Daniel Jaramillo y Mario A. Restrepo, y publicado en el 2024.
Después de leer ambas publicaciones queda aún más clara la importancia de cuidar las mariposas y realizar acciones específicas para asegurar su existencia y evitar realidades como las de Estados Unidos. En este país, entre el 2000 y 2020, la “abundancia total de mariposas disminuyó un 22 % en las 554 especies registradas”, según un artículo publicado en la revista Science del 6 de marzo del 2025.
Consciente de realizar acciones a tiempo, Esteban Arango, junto a su equipo de trabajo, se ha interesado en cultivar flores que sirvan a varios tipos de clima y que atraigan y mantengan felices a mariposas variadas. Esto lo logra con jardines pequeños, tapetes de semillas o bombas de semillas que pueden esparcirse sobre la tierra y llegan hasta Pasto, Cundinamarca y otras regiones de Colombia. Aunque la logística es desafiante, a veces, busca forma de afinarla, gracias al conocimiento de la naturaleza, el amor por ella y el clima de un municipio como Rionegro, en Antioquia, donde las plantas florecen con facilidad.
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