Un muerto y cuatro heridos dejaron los enfrentamientos entre las barras bravas de Atlético Nacional e Independiente Medellín, al terminar el encuentro deportivo del domingo.
En medio de los enfrentamientos entre las hinchadas a la salida del estadio Atanasio Girardot, un joven falleció por herida de bala. Cuatro jóvenes más fueron heridos con arma blanca.
Más de 350 retenidas y el decomiso de un revólver y 450 armas blancas dejó la jornada del clásico, según el diario local El Colombiano.
El comandante de la Policía Metropolitana de Medellín, general Yesid Vásquez, dijo a ese rotativo que se presentaron algunas escaramuzas en diferentes barrios, que fueron rápidamente controladas por la Policía de vigilancia y motorizada.
En la estación del metro del Estadio, algunos aficionados le lanzaron una piedra a uno de los trenes y le causaron daños a las ventanillas de un vagón. También se presentó un daño en el sistema de acueducto de la estación que fue cerrada varios minutos, mientras que agentes del Escuadrón Antidisturbios controlaban a algunos seguidores verdes exaltados.
El clásico paisa 269 se pintó de rojo. Dos errores del verde en marca ante pelotas cruzadas y un gran planteamiento táctico del rojo fueron definitivos para una victoria vital para el Poderoso.
Después de tres partidos tristes que hicieron pensar a muchos que el problema del Medellín no iba a tener solución, Hernán Darío Gómez celebró su primera victoria al frente del Poderoso que fue, además, el primer triunfo rojo en esta temporada de la Liga Postobón y que llegó, para rematar la alegría, frente al rival de patio, el reforzado y reluciente Atlético Nacional.
Lo cierto es que fue un triunfo con sabor a miel, pues el DIM mostró que con orden táctico, voluntad y nunca creyéndose menos que el amenazante equipo verde (algo que ya habían hecho equipos como Itagüí y Tolima o, a nivel continental, Godoy Cruz), se puede parar a la tan celebrada ofensiva que comanda Dorlan Pabón.