Allison Benson-Hernández, economista, PhD y coordinadora del colectivo de investigación-acción Re-imaginemos, hace parte del grupo de 12 líderes globales seleccionados como becarios de la Fundación Obama y la Universidad de Columbia en Nueva York para su programa de fortalecimiento de líderes y proyectos de impacto social. Hablamos con ella sobre esta nueva etapa de ¡Re-Imaginamos!
- El programa de la Fundación Obama y la Universidad de Columbia selecciona a sus becarios a partir del impacto que están teniendo en sus comunidades con proyectos de impacto social. ¿Puede contarnos más sobre su proyecto, “¡Re-imaginemos!”?
A.B.: Re-imaginemos es un colectivo de investigación-acción que busca visibilizar, cuestionar y re-imaginar la desigualdad en Colombia. Diseñamos una metodología de diálogo abierto que permite generar discusiones entre voces y saberes diversos: académicos, activistas, artistas, víctimas del conflicto, campesinos, personas del común. De estas conversaciones poco probables, creemos, surgen ideas más reales, más humanas y más urgentes.
Hemos hecho más de 300 sesiones de diálogo entre nuestro colectivo, conformado por 150 personas de 35 profesiones diferentes, de todas las regiones del país, con especial participación de mujeres y jóvenes. A partir de estas conversaciones, escribimos 30 columnas investigativas analizando 30 formas diferentes de desigualdad (ingresos, educación, tierras, alimentación, etc.). Publicamos estas columnas en alianza con El Espectador.
Pero no nos quedamos ahí, sino que pensamos en cómo podemos llegar a más personas, personas diferentes, que no necesariamente tienen la forma de acceder a periódicos y medios escritos. Por eso propusimos acompañar el diálogo con un proceso artístico. Invitamos a 30 artistas a unirse a las conversaciones, para generar ilustraciones, canciones, videos, intervenciones en calle, diferentes maneras de transmitir los mensajes. Compilamos este material en una exposición en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación. Queremos aprovechar el potencial del arte para generar empatía, y para imaginar. Precisamente porque imaginar otros mundos posibles es lo que nos hace humanos. De ahí el nombre del proyecto.
- Así como usted, hay otros 11 jóvenes líderes que están generando impactos en sus comunidades. ¿Podría contarnos más sobre los otros becarios del programa, y sobre el programa?
De los 12 becarios que estamos en la Universidad de Columbia con la Fundación Obama, hay perfiles muy diferentes y que vienen de todas las regiones del mundo. Todos están liderando proyectos muy interesantes. Desde una mujer que trabaja con 10.000 mujeres en Uganda instalando jardines verticales urbanos para producir fresa para exportación, porque las mujeres en Uganda tienen muchas limitantes para acceder a tierra; otra compañera que tiene un proyecto para darle acceso a agua potable a 8.000 personas en Indonesia; el creador del primer fondo de inversión de impacto en Nueva Zelanda; un líder político y activista venezolano.
Todas son personas que creen en el cambio, y eso es muy inspirador. Hay una oportunidad tremenda de aprender de los otros, y de crear redes de cambio global. Y el programa está pensado precisamente para eso. Vamos a tener acceso a clases en la Universidad, mentores, invitados especiales, seminarios, acompañamiento uno a uno. Es un semillero de agentes de cambio.
- Y ahora con la beca en Nueva York, ¿qué pasos siguen para usted y para ¡Re-imaginemos!?
El programa dura un año. Y realmente es un tiempo de privilegio para pensar sobre los siguientes pasos. En el corto plazo, sabemos que queremos compilar el material de Re-imaginemos en un libro. Después de esto, queremos seguir la conversación. Tenemos el plan de sacar otras 32 columnas, una por departamento. Porque la desigualdad en Amazonas no es la misma desigualdad que en el Atlántico, y en nuestro país es urgente que pongamos más miradas a lo territorial, que hagamos oír más voces desde lo territorial.
Y bueno, ya más a futuro, pensar en montar un centro de investigación-acción, para seguir expandiendo la metodología de diálogo que diseñamos, para seguir poniendo la desigualdad en el centro del debate. Pero esto ya requiere pensar en alianzas, financiamiento, mercadeo. Espero que las herramientas que nos enseñen, y la oportunidad de conocer a muchas personas en el programa de la Fundación Obama, pueda abrirnos puertas a ideas y oportunidades para seguir trabajando desde Re-imaginemos. Como decimos en el colectivo, este es apenas el comienzo. Ojalá más personas nos puedan seguir, y sumarse a la conversación.