Siete historias de superación contra las minas antipersonal

Veintiocho explosiones en lo que va de este año se han registrado en Colombia, explosiones que serían solo eso, si no significaran el cambio radical en la vida de una persona.

Por Jose Vargas Esguerra
Viernes 4 de abril de 20225
Daniel Ignacio Urbina.

Los Juegos Mundiales Militares son un recuerdo grato para el Cabo Primero Daniel Ignacio Urbina, veterano de las fuerzas militares, aunque no es su único reconocimiento deportivo, tiene un significado especial por convertirse en el primer ganador de una medalla de oro para Colombia en estos juegos. Este arquitecto e investigador, hace tan solo algunas semanas, también trajo desde Canadá una presea de plata directo de los Invictus Games, en la disciplina de Biatlón.

Su carrera, llena de reconocimientos deportivos no empezó desde niño, pues la decisión de ser un deportista de alto rendimiento inició después de un incidente en Barbacoas (Nariño) en 2008, cuando aún pertenecía al Ejército Nacional, luego de una operación contra un campamento del ELN pisó una mina antipersonal que le costó la amputación de su pierna izquierda. “¿Tengo los dos pies?”, fue lo primero que preguntó el cabo a un compañero después de la explosión, pues no era capaz de mirarse.

‘’Hay que aprender a adaptarse ante las circunstancias y ver lo bueno’’, recuerda mientras observa su tatuaje de gladiador ubicado en la pierna derecha, hecho en honor al pelotón que lo acompañaba al momento de la explosión.

Hay que aprender a adaptarse ante las circunstancias y ver lo bueno’’

Andrés Camilo Velázquez López.

En el año 2017, cuando Andrés Camilo Velázquez cumplió 18 años, entró a prestar el servicio militar en la Infantería de Marina, un sueño que tenía desde niño, pero lo que había construido se derrumbó por culpa de una mina antipersonal la mañana del 7 de noviembre de 2023, a sus 24 años. “Nos estábamos devolviendo cuando pasó el primero, pasó el segundo, pero cuando pasé yo, sonó el bombazo’’, recuerda.

Andrés era el enfermero de su grupo e intentó hacerse una curación con el botiquín de campaña, pero estaba aturdido por el impacto y nunca se imaginó que esa detonación se tratara de una mina, solo hasta que intentó levantar la pierna entendió la gravedad de la herida. Su equipo siempre lo acompañó hasta el momento en que lo trasladaron en un helicóptero desde las selvas del río Mataje en Tumaco (Nariño), pero salvar su vida implicó que le amputaran parte de su pierna.

Ese accidente transformó su vida y gracias al consejo de un compañero se convirtió en deportista. Desde entonces ha practicado Triatlón, un deporte que implica la realización de natación, ciclismo y atletismo. Andrés ha corrido los 15K de la carrera Allianz y los 10K de la Media Maratón de Medellín y su meta es llegar en el 2027 a los juegos Invictus en Inglaterra, un evento deportivo internacional para militares heridos, lesionados o enfermos cuyo objetivo es apoyar la recuperación y rehabilitación de los participantes, y generar respeto por quienes sirven a su país.

Mi pueblo siempre fue azotado por el conflicto y por eso siempre sentí la necesidad de ayudar a otras personas’’.

Jhon Deiver Hinestroza.

Un estallido le cambió la vida a Jhon Deiver Hinestroza. La adrenalina y los gritos de sus compañeros, lo mantuvieron despierto, ‘’tranquilo Hinestroza que ya lo vamos a sacar’’ era lo único que escuchaba, sin entender lo que sucedía a su alrededor. Era el año 2007 y con tan solo 22 años, este soldado profesional ya enfrentaba a los grupos armados que hacían presencia en los Montes de María, era un sueño que tenía desde niño, pero se desvaneció cuando pisó una mina antipersonal en una operación contra el EPL. “Aceptar la realidad no fue fácil” recuerda Jhon, mientras toca la prótesis de su pierna derecha.

Jhon pensó que había perdido las fuerzas para vivir, pero el deporte le mostró la fortaleza interior que siempre había tenido. Perder una pierna lo hizo preguntarse qué quería hacer en la vida y el deporte fue la salvación. Desde hace cuatro años pertenece a la liga de voleibol sentado de las Fuerzas Militares y ha podido viajar a otros países representando a Colombia desde el podio. Brasil y Costa Rica han sido conquistas deportivas importantes para él. Hoy, aunque el deporte cambió su vida, sigue en la lucha por combatir los miedos que le dejó haber sido víctima de una mina antipersonal.

Aceptar la realidad no fue fácil”

Víctor Alonso Zapata.

Por once años Víctor Alonso Zapata recorrió las montañas de Colombia. Vestido como soldado profesional, patrullaba las zonas donde los grupos armados querían sembrar miedo. En 2010, con un pelotón de militares, llegaron hasta La Uribe (Meta) y lo que era una caminata de rutina se convirtió en un combate con las extintas FARC. En medio del cruce de disparos, pisó una mina antipersonal que lo dejó sin su pierna izquierda. Desde entonces, Zapata cambió el uniforme y su arma por un balón de voleibol.

Diez meses más tarde de ese ataque en el que pensó que iba a perder la vida, vio la oportunidad de pertenecer al equipo deportivo del Ejército y comprendió que esa pérdida de su extremidad no era el fin, si no el inicio de un camino deportivo que iba a dejar en alto a Colombia.

Ahora no combate grupos armados, sino adversarios en condiciones similares a él, pues fue uno de los pioneros en practicar voleibol sentado en el país. Desde el 2011, no ha dejado de recorrer el mundo. Egipto, Perú, Canadá y México, son algunos de los países que ha conocido gracias a su participación en los Juegos Panamericanos y la Copa Mundial Paralímpica. Actualmente carga siempre en sus competencias el escudo de las Fuerzas Militares de Colombia, una institución por la que entregó parte de su vida, y en su otra pierna, lleva consigo un tatuaje que representa una de las tantas batallas que libró en la guerra.

Cambié el uniforme y mi arma por un balón de voleibol"

Raúl Rincón Hernández.

Raúl Rincón Hernández lleva 10 meses practicando paratriatlón, una disciplina que combina la natación, el ciclismo y la carrera a pie para personas con discapacidad. Escogió este deporte porque le permite llevar su fuerza física y mental al máximo. Durante 13 años puso en práctica sus habilidades en las zonas rurales de Colombia, mientras ejercía como Sargento Segundo del Ejército y combatía a grupos como las FARC y el ELN, en el Cauca, Caquetá, Chocó y Sur de Bolívar. Sin embargo, el 28 de agosto de 2023, en medio de un operativo de registro en El Tambo (Cauca), fue víctima de una mina antipersonal.

Esa actividad que había realizado desde los 20 años se vio interrumpida a sus 35 años. Marcó un antes y un después en su carrera profesional, y aunque aún sigue activo en otros espacios del Ejército y quiere seguir ascendiendo, los últimos meses se ha dedicado a retar ese nuevo cuerpo que se transformó desde aquel operativo. Corre, nada y practica ciclismo. Aunque debido a ese incidente no tiene parte de una pierna, reta y lleva a su cuerpo al máximo todos los días.

Me gustaría que me dejen seguir, estoy a 3 meses de ascender a sargento viceprimero’’

Daniel Andrés Quina Pechené.

El sueño de Daniel Andrés Quina Pechené es participar en un triatlón paralímpico a nivel internacional, antes de eso, quería seguir haciendo parte de las fuerzas especiales de la Infantería de Marina en Colombia, pero ese objetivo cambió la mañana del 24 de julio de 2023. En medio de una operación en Agua Clara, zona rural de Buenaventura (Valle del Cauca), pisó una mina antipersonal que le ocasionó la pérdida de la pierna derecha. “La pisé, no me di cuenta, solamente fue el totazo y boom, han sido años difíciles’’, recuerda.

Daniel creció en Suarez (Cauca), la guerra lo hizo huir en busca de un mejor futuro. Durante 13 años recorrió Colombia y confrontó a los grupos armados ilegales. Esa confrontación en la que buscaba proteger a las víctimas, lo convirtió en una más de ellas. Pero esa no ha sido una excusa para retarse. Esa fuerza que ejercía en las montañas, ahora la pone en práctica en el agua, en bicicletas adaptadas y con una prótesis que le permite correr. Desde entonces su vida cambió, pero esa condición lo ha motivado a desafiar su cuerpo y contar al país su historia de superación.

La pisé, no me di cuenta, solamente fue el totazo y boom"

Francisco Pedraza.

Francisco Pedraza es Sargento retirado del Ejército. Su vida la ha destinado al servicio de los otros y aunque el 2 de septiembre de 2004, en La Unión Peneya (Caquetá), fue víctima de una mina antipersonal, se ha encargado de convertir su condición en fortaleza. En medio de un operativo de rescate de dos campesinos que estaban secuestrados, pisó por accidente un artefacto que lo hizo perder sus dos piernas. ‘’Yo en esa reacción caigo boca arriba e intento levantarme o sentarme y quedo sobre la pierna derecha sin poder moverla, duramos 10 minutos en un intercambio de disparos y esperamos una hora al helicóptero’’ Pedraza, en medio del dolor, quiso que su historia sirviera para inspirar a otros y servir como ejemplo para otras víctimas.

Aunque después del accidente Pedraza ya no podía seguir desde el territorio luchando contra los grupos armados ilegales, podía enseñar. Perteneció a la Escuela de Idiomas y a la Dirección de Bienestar del Ejército y allí conoció el deporte. Una handbike (silla de ruedas adaptada para atletismo de pista) es la compañera que le ha permitido lograr algunos títulos, fue campeón nacional en el año 2008 y 2012 de los Juegos Nacionales, y logró medallas de plata en el 2015 y de bronce en el 2023, contar al mundo su historia les ha enseñado a otras víctimas que es posible transformar el dolor del conflicto armado.

Luego de que caí herido, duramos 10 minutos en un intercambio de disparos, tuvimos que esperar una hora al helicóptero’’

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