Tal y como había sucedido a principios de agosto de este año y como pasó varias veces en 2020, un nuevo vehículo fue saqueado en Tasajera (Magdalena) luego de accidentarse. (Lea Tasajera y los ladrones)
En esta ocasión se trató de un furgón que se volcó el viernes en la Troncal del Caribe, que conecta a Santa Marta con Barranquilla. Aunque se desconocen con precisión las razones por las que el conductor se accidentó, al parecer perdió el control del volante.
En su vehículo transportaba alimentos de la empresa Carnes Camaguey, que fueron robados por habitantes del sector. Otros pobladores se encargaron de ayudar al chófer que sufrió algunos golpes y, posteriormente, fue trasladado hasta un centro asistencial de Ciénaga.
En octubre del año pasado había sucedido algo similar. Entonces, un camión con cargamento de kits escolares había sido saqueado en el trayecto entre Tasajera y Puebloviejo. La mercancía robada había sido adquirida mediante donaciones recolectadas por la Fundación Diez, organización sin ánimo de lucro basada en Barranquilla y representada por Laura Osorio.
Estos hechos aislados, sin embargo, esconden una situación mucho más compleja. Los habitantes de esa región han enfrentado por años carencias esenciales para tener una vida digna. Restringido acceso a energía eléctrica, ausencia de servicio de alcantarillado y de agua potable son solo algunos de las dificultades que deben sobrepasar.