Una persona dada por desaparecida se reencontró con su familia esta navidad
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Este reencuentro da fuerzas para seguir con la búsqueda de sus familiares dados por desaparecidos. Por ejemplo, a Nelly* aún le falta conocer el destino de uno de sus hijos, quien también fue víctima de desaparición forzada en el marco del conflicto armando y del que también espera recibir noticias.
Fulker Anderson Montenegro, quien hace 13 años había huido de la zona rural de Tumaco, a causa de amenazas por parte de un grupo armado ilegal, nunca se contactó por su familia por miedo a que ellos recibieran represalias. Esta semana, en vísperas de navidad, se reencontró con una de sus hermanas.
Nelly*, la hermana de Fulker, es una mujer integrante de “Esperanza y paz”, un grupo de mujeres afrocolombianas buscadoras de familiares desaparecidos en el marco del conflicto armado. Llevaba todos esos años sin saber nada de hermano.
Con apoyo del Colectivo Orlando Fals Borda, el pasado mes de marzo se pudieron volver a ver a través de un encuentro virtual, ya que las medidas de seguridad por COVID-19 solo permitían este tipo de encuentros. Sin embargo, nueve meses después, lograron verse en persona.
Nelly* y las demás integrantes del colectivo de cantaoras Esperanza y Paz han visto en los alabaos y demás cantos tradicionales mortuorios o de despedida, propios de las comunidades afros, la mejor manera de hacer resistencia y memoria a la desaparición de seres queridos.
César Santoyo, Director Ejecutivo del Colectivo Orlando Fals Borda (COFB), organización que ha acompañado durante casi tres años a las cantaoras en atención psicosocial, caracterización de los cementerios del municipio de Tumaco y documentación de los casos de desaparición, afirmó que con este encuentro "regresó la esperanza a dos hogares después de buscar a sus seres queridos más de una década”.
Este reencuentro da fuerzas para seguir con la búsqueda de sus familiares dados por desaparecidos. Por ejemplo, a Nelly* aún le falta conocer el destino de uno de sus hijos, quien también fue víctima de desaparición forzada en el marco del conflicto armando y del que también espera recibir noticias.
Fulker Anderson Montenegro, quien hace 13 años había huido de la zona rural de Tumaco, a causa de amenazas por parte de un grupo armado ilegal, nunca se contactó por su familia por miedo a que ellos recibieran represalias. Esta semana, en vísperas de navidad, se reencontró con una de sus hermanas.
Nelly*, la hermana de Fulker, es una mujer integrante de “Esperanza y paz”, un grupo de mujeres afrocolombianas buscadoras de familiares desaparecidos en el marco del conflicto armado. Llevaba todos esos años sin saber nada de hermano.
Con apoyo del Colectivo Orlando Fals Borda, el pasado mes de marzo se pudieron volver a ver a través de un encuentro virtual, ya que las medidas de seguridad por COVID-19 solo permitían este tipo de encuentros. Sin embargo, nueve meses después, lograron verse en persona.
Nelly* y las demás integrantes del colectivo de cantaoras Esperanza y Paz han visto en los alabaos y demás cantos tradicionales mortuorios o de despedida, propios de las comunidades afros, la mejor manera de hacer resistencia y memoria a la desaparición de seres queridos.
César Santoyo, Director Ejecutivo del Colectivo Orlando Fals Borda (COFB), organización que ha acompañado durante casi tres años a las cantaoras en atención psicosocial, caracterización de los cementerios del municipio de Tumaco y documentación de los casos de desaparición, afirmó que con este encuentro "regresó la esperanza a dos hogares después de buscar a sus seres queridos más de una década”.
Este reencuentro da fuerzas para seguir con la búsqueda de sus familiares dados por desaparecidos. Por ejemplo, a Nelly* aún le falta conocer el destino de uno de sus hijos, quien también fue víctima de desaparición forzada en el marco del conflicto armando y del que también espera recibir noticias.