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“Con mi caso, la JEP puede marcar un precedente”: hacker Andrés Sepúlveda

El hacker que intentó sabotear el proceso de paz, hoy busca acogerse a la Jurisdicción Especial. Cree que con su caso, los magistrados demostrarán que esta es una justicia para todos los actores del conflicto armado.

Laura Dulce Romero/@Dulcederomerooo
04 de marzo de 2019 - 12:00 p. m.
Andrés Sepúlveda, conocido como el “Hacker”, fue condenado a 10 años de prisión. / Archivo El Espectador.
Andrés Sepúlveda, conocido como el “Hacker”, fue condenado a 10 años de prisión. / Archivo El Espectador.

El hacker Andrés Fernando Sepúlveda ya cumple cinco años de estar en la cárcel, tras su intento de sabotear las negociaciones de paz que desarrollaban el gobierno de Juan Manuel Santos y la extinta guerrilla de las Farc en 2014. Fue condenado a diez años por espionaje, interceptaciones ilegales, uso malicioso de software, violación de comunicaciones y acceso a información reservada, mientras trabajaba para la campaña de Óscar Iván Zuluaga, excandidato a la Presidencia.

A esa investigación estuvieron vinculados el propio candidato uribista y su asesor espiritual, Luis Alfonso Hoyos, quienes salieron absueltos. David Zuluaga, hijo del dirigente político, sigue vinculado.

Aunque ya está a mitad de su condena, y prontamente podrá solicitar beneficios como la casa por cárcel, Sepúlveda quiere volver a los estrados judiciales. En julio del año pasado envió su solicitud de acceso a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), un organismo que surgió a partir del proceso de paz que él quiso boicotear. Ahora, dice, espera la respuesta con ansias.

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Si los magistrados aceptan su solicitud, Sepúlveda entraría al grupo de los terceros civiles que deberán contar lo que sucedió en el conflicto armado. Dice que su verdad aún no ha sido bien escuchada y ahora está dispuesto a contar hasta sus motivaciones para haber cometido sus delitos.

Usted ya pidió pista una vez en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y le dijeron que no…

La solicitud que se hizo inicialmente, de la que varios dicen que la JEP me rechazó, se hizo realmente ante un juez de ejecución de penas de Ibagué, argumentando la ley 1820. Pero como no había regulación para terceros civiles, el juez decidió no otorgarme el beneficio. Quiero dejar claro que no fue la JEP la que me rechazó el ingreso.

Ya lleva la mitad de la condena. ¿Por qué insistir en tocar las puertas de la JEP?

Mi delito fue haber hackeado el proceso de paz: espionaje. Mi argumento es que yo soy partícipe del conflicto. Hago parte del pequeño grupo de los civiles no combatientes, quienes participamos, pero sin empuñar un arma.

¿Cuándo hará la solicitud?

La ingresé en julio del año pasado; aún no tengo respuesta. Ahora estamos a la espera de lo que vaya a suceder con la sanción de la ley estatutaria por parte del presidente Iván Duque. Aún hay incertidumbre para quienes queremos comparecer a esta justicia.

Para someterse a la JEP, las reglas exigen compromiso con contar toda la verdad. Si usted ya fue condenado y tuvo un acuerdo con la Fiscalía, creeríamos que ya contó todo lo que sabía. ¿Qué otras verdades puede ofrecer?

Si la JEP quiere reunir toda la verdad del conflicto armado, debe escuchar a quienes no matamos, ni cometimos delitos de lesa humanidad, pero influimos en este como civiles no combatientes. Tienen que escucharnos a todos los que hicimos parte. Con la Fiscalía hablé de lo que había sucedido, pero tenga en cuenta que, bajo la administración de Eduardo Montealegre, tenía unos intereses específicos, o más bien, por personas específicas. En ese momento no les interesó escuchar otros temas que también fueron importantes, como mis motivaciones, sino que estaban concentrados en campañas políticas. Hubo situaciones personales que me llevaron a eso. Siempre lo he dicho: yo hubiera saboteado el proceso de paz en ese momento así no me pagaran. El objetivo que tenemos con la JEP es contar lo que sucedió, cómo y en qué contexto, y aclarar todo lo pertinente. Nadie ha querido escuchar lo que realmente pasó.

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¿Qué otros detalles de cómo hackeó el proceso de paz va a revelar?

Es bastante lo que se hizo: desde campañas de desprestigio hasta hackeos a los miembros de las Farc que negociaron en La Habana (Cuba). Ya pasaron cinco años, pero fue una acción coordinada, bajo mi concepto, bien realizada, que la gente debe saber.

¿A qué víctimas va a reparar usted y cómo lo hará?

Mi víctima, según mi caso, es el Estado. Estamos evaluando con mis abogados y mi familia este tema. Primero quiero ser aceptado en la JEP. Espero reparar con lo que sé hacer, desde un tema técnico, nada de hacking y lejos de los tintes políticos. Pero quiero dejar claro que tengo toda la disposición de ayudar y reparar.

Dicen que usted entregó bases de datos de exintegrantes de las Farc en medio de las negociaciones para hacer campañas de desprestigio. ¿Eso es cierto?

Más que para hacer campañas de desprestigio, fue para hacer un registro de desmovilizado y saber si seguían actuando en la milicia y seguían cometiendo actos ilícitos. Pero es un hecho que ya no tengo en el radar.

¿Por qué cree que lo aceptarían en una jurisdicción que fue producto del proceso de paz que usted quiso sabotear?

En el momento en que hice esas acciones tenía otros ideales, una argumentación distinta a la que tengo ahora. El proceso de paz finalmente se firmó. Después de muchas charlas con mi familia y mi defensa decidimos tomar este camino para contar la verdad de lo que sucedió. Podría sonar irónico, pero si los beneficios los van a obtener personas que hicieron masacres, ¿por qué yo no podría?

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¿Cómo argumentar que su delito está relacionado con el conflicto?

Atenté en contra del proceso de paz para que no se concretara. Soy la primera persona, y quizá la única, condenada por espionaje. Y nada más y nada menos que a las negociaciones. Entonces obviamente está vinculado porque intenté acabar con la salida del conflicto.

¿Qué piensa usted de la JEP?

Le confieso que estoy muy escéptico de todo lo que sucede. He visto beneficios para las Farc y algunos militares. Hasta ahora no he visto para terceros civiles; estamos a la expectativa. Sentimos que con nosotros no ha pasado nada. Está enfocada sobre todo con otros actores.

¿Usted está convencido de que lo van a aceptar?

Le confieso que estoy esperando con ansias la respuesta de la JEP. Con eso vamos a saber si es solo para guerrilleros y militares o si realmente es para todos los partícipes del conflicto. La JEP, con mi caso, puede marcar un precedente.

Usted era un uribista acérrimo. ¿Sigue comulgando con esa orilla política, después de que ellos le dijeron “infiltrado” del expresidente Santos?

Tomé la decisión de alejarme de cualquier tema político, de cualquier político. Sigo siendo de derecha, pero me alejé de esos vínculos. Ya no hablo con ningún político. Ahora que estoy en prisión, veo el mundo de otra manera. He convivido con guerrilleros, paramilitares, bandas criminales. Después de eso, decidí no tomar bandos. Esa fue mi mayor lección aprendida: no más política.

Por Laura Dulce Romero/@Dulcederomerooo

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