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“Los militares le pondremos la cara y el pecho a la JEP”: general Mejía

El general Alberto José Mejía, comandante de las Fuerzas Militares, asegura que la Jurisdicción Especial para la Paz será una oportunidad para resolver los procesos penales en contra de los miembros de la fuerza pública. Pidió a las madres de Soacha comprensión para que los casos de ejecuciones extrajudiciales pasen a la justicia transicional.

Gloria Castrillón /Juan David Moreno Barreto
24 de abril de 2018 - 11:00 a. m.
El comandante de las FF.MM., general Alberto Mejía, dice que los militares no serán un palo en la rueda de la JEP. / Óscar Pérez
El comandante de las FF.MM., general Alberto Mejía, dice que los militares no serán un palo en la rueda de la JEP. / Óscar Pérez

En el momento en el que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) empieza a recibir y a estudiar los informes de las organizaciones de víctimas, así como de los organismos estatales, el comandante de las Fuerzas Militares, general Alberto José Mejía, asegura que el apoyo que estas le han brindado tanto a este sistema de justicia, como a la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, ha sido permanente. Indica que ha ofrecido el apoyo con peritos organizacionales, doctrinales y en áreas de inteligencia, con el propósito de “ponerle la cara y el pecho a la JEP” y explicar “situaciones complejas que sucedieron en medio de las confrontaciones, para contribuir a entender esa realidad y explicar las presiones a las que estuvieron sometidos” los miembros de la fuerza pública.

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¿Qué esperan los militares de la JEP?

Queremos que los militares investigados y condenados entiendan que hoy tienen una oportunidad que les brinda seguridad jurídica y la posibilidad de aportar para dignificar a las víctimas. Por supuesto, no todos los investigados son culpables y para aquellos que llevan años tratando de demostrar su inocencia también existe en la JEP una ventana de oportunidad en la medida en que serán juzgados por funcionarios especializados y bajo la normativa adecuada según la actuación que se esté investigando.

¿Los beneficios que se contemplan para agentes de la fuerza pública son sinónimo de impunidad, como afirman unos sectores?

Los militares nunca han pedido impunidad. En la gran mayoría de los casos han sido investigados y condenados a rigurosas penas privativas de la libertad. Poder acceder a unas penas en el marco de la justicia transicional o a unos mecanismos alternativos es una consecuencia directa de haber terminado el conflicto a través de una negociación. Eso no es algo que pedimos, es algo que nos corresponde en términos de justicia y equidad.

¿Qué lecciones les deja a las FF.MM. el hecho que 1.792 de sus miembros hayan solicitado participar en la JEP?

Demuestra que no ha existido impunidad frente a las FF.MM. Siempre hemos sido investigados. Pero además demuestra que los investigados y condenados ven una luz de esperanza en la nueva jurisdicción. Quieren confiar, quieren aportar a los derechos de las víctimas y quieren definir con urgencia su situación jurídica para volver al seno de sus familias, del que se fueron hace años, primero para defender a los colombianos y luego para pagar una condena. Los colombianos estamos cansados de la guerra, pero mucho más los que la hemos enfrentado en medio muchas veces de la indiferencia y de la incomprensión. Llegó la hora de cerrar las heridas y los militares con investigaciones pendientes así lo están entendiendo y eso nos llena de fe.

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¿De qué manera están contribuyendo a la JEP?

De una parte, estamos preparados para allegar la información que nos sea solicitada, porque es nuestra obligación legal y porque así nos lo impone nuestro compromiso con la paz. También esperamos ser oídos para aclarar informes, documentos, testimonios que pongan en tela de juicio nuestra contribución a la paz. Sabemos que en el propósito de hacer respetar la Constitución, mantener la integridad del territorio, brindar tranquilidad y condiciones para que los colombianos pudieran disfrutar de sus derechos, se pudieron cometer errores y estamos dispuestos a reconocerlos y a asumirlos, pero no se puede ignorar que actuamos del lado de la ley y de la Constitución. Si fuésemos unas fuerzas derrotadas, débiles, sin autoridad moral, no respaldaríamos esta nueva institucionalidad y nos esconderíamos. 

¿A qué errores se refiere?

Cuando uno ve a sus compañeros militares en la cárcel y que han reconocido ante la justicia sus equivocaciones; cuando hemos tenido gente condenada por la justicia ordinaria (a 10, 20, 30 años), tiene uno que ser realmente carepiedra para no entender que se han cometido equivocaciones, que no fueron producto de un proceso institucional: no hay un documento, un manual, una doctrina, nada que ordene violar la ley, no hay nada. Entendemos que hay personas que se han equivocado y lo han reconocido, así como hay otras que han sido injustamente acusadas, señaladas y castigadas en un marco que no corresponde. Es por eso que vemos una oportunidad en la JEP.

 

¿Cómo se explica que haya sectores políticos que se oponen a estos mecanismos, si las FF.MM. los están respaldando?

Las FF.MM. no están en la dimensión política, por lo tanto únicamente tenemos la posibilidad de pensar en el bienestar de los colombianos, en el cabal cumplimiento de la Constitución, en que el país tenga un futuro de esperanza, en alcanzar una paz estable y duradera. Eso no es contrario al ser guerreros, gladiadores, luchadores, a ser soldados de tierra mar y aire. Por el contrario, nosotros luchamos y cualquier ejército lucha para conquistar y alcanzar la paz. Hemos estudiado todos los conflictos. No somos unas FF.MM. de chafarotes; estudiamos, leemos, nos preparamos, hemos hecho con la ayuda el Gobierno una inversión multimillonaria en educación de nuestros hombres y, por ello, hemos estos conceptos en otros conflictos del mundo y hemos visto cómo otras fuerzas militares les han dado la espalda a estos procesos, esperando a través de esta estrategia obtener algún tipo de ganancia. Concluido ese análisis, hemos decidido que no damos la espalda. Como dimos la cara y pusimos el pecho en el conflicto, ahora en el posacuerdo le vamos a poner el pecho y la cara a esa nueva institucionalidad. Eso es jugarle limpio a Colombia y esa es la estatura ética y moral de las FF.MM.

 ¿Cómo en qué casos han sido "injustamente acusadas"?

Pongo un ejemplo, una emboscada es una maniobra del combate de contraguerrillas absolutamente lícita. Esa maniobra, para ejecutarla, se hace contra un enemigo en movimiento, bajo el concepto de sorpresa, empleando diferentes técnicas y métodos. Pues bien, una persona que cumple todos los estándares doctrinales hace una emboscada y da de baja en combate a un enemigo en movimiento, si es juzgada en el marco de los Derechos Humanos, es sancionada como un violador de DD.HH. y eso se tipifica como una especie de masacre. Mientras que ese mismo oficial, siguiendo los mismos parámetros doctrinales, haciendo el seguimiento de esas mismas tácticas, es juzgado en Derecho Internacional Humanitario, es considerado totalmente inocente, porque es legal. Pues tenemos en ambas situaciones y la JEP nos va a permitir poner la cara y explicar doctrinalmente lo que se hizo.

Es inevitable llegar a los denominados falsos positivos, ¿qué espera de la JEP en estos casos?

Para nosotros este caso no tiene discusión. Entiendo y respeto que haya organizaciones y personas muy reputadas que no estén de acuerdo. Pero este tema está cerrado. Es decir, que estos hechos que tienen relación directa o indirecta con el conflicto armado van a ir a la JEP. Por lo tanto, está en la inteligencia de esos fiscales y magistrados cumplir con esa tarea constitucional y tenemos claridad absoluta de que los casos pertenecen a la JEP, van a ir a la JEP y van a ser juzgados por la JEP.

Las madres de Soacha, por ejemplo, se han opuesto a que esto suceda…

Entiendo su dolor. Tengo una consideración muy especial por ellas y les quiero pedir que tengan comprensión, que abran su corazón para entender que en Colombia se abre esta justicia como una gran oportunidad para que el país se reconcilie. Si esa reconciliación no llega, van a venir otras violencias y el conflicto se va a alargar y otras mamás van a seguir sufriendo esa tragedia. Por eso las entiendo, pero claramente estas personas que tuvieron esas graves equivocaciones también van a ir a la JEP y es un mandato constitucional que debemos respetar todos los ciudadanos sin distingo alguno.

También hay casos en que las víctimas sienten que no les han ido a pedir perdón…

Esto es un proceso. Se tiene que entender que la justicia apenas se está organizando y va a producir más adelante unos fallos que ordenarán este tipo de actuaciones. Sin embargo, en la justicia ordinaria se han producido algunas que por equivocaciones de las FF.MM. nos han ordenado pedir perdón y las hemos acatado al 100 %. Cuando lo hacemos, lo hacemos con convicción patriótica y lo asumimos como una misión más que tiene un gran objetivo: que familias que han sufrido por causa de este conflicto puedan recibir por lo menos unas palabras de aliento, un mensaje de reconciliación.

Es decir, que las FF.MM. no pueden pedir perdón si no hay un fallo judicial…

Nosotros tenemos que esperar esos fallos, no nos podemos adelantar. Imagínense qué pasaría si salimos a pedir perdón y después el fallo dice que somos inocentes. Estaríamos reconociendo algo que no corresponde; todo tiene una frase sagrada que se llama el debido proceso.

Por otro lado, la Corte Penal Internacional ha pedido información sobre generales cuestionados por ejecuciones extrajudiciales, ¿qué opinión tiene al respecto?

Cuando decimos que respetamos la institucionalidad nos referimos a la colombiana y también a la extranjera. Por supuesto que Colombia respeta a la Corte Penal Internacional, que está diseñada para llegar a aquellos países en los que no hay justicia o no funciona. Nosotros creemos que ese no es el caso colombiano o de lo contrario no tendríamos casi 2.000 personas en la cárcel. Creemos que nuestra justicia, imperfecta, funciona, y ha producido casos y ha sido dura y fuerte con quienes se han equivocado. Y creemos que la JEP va a funcionar. De tal forma que le damos prioridad a la justicia colombiana. Si en un futuro, en un caso hipotético, no existiera justicia alguna en Colombia, pues es esa justicia podría llegar a asumir lo que la nuestra no hizo. Tenemos tranquilidad y confianza en la institucionalidad colombiana: la vieja y la nueva.

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Respecto a las víctimas que hacen parte de la fuerza pública, ¿cuántas y cómo han sido reconocidas?

Tenemos registradas aproximadamente 18.000, pero apenas ese proceso está en construcción. Algo que es importante de advertir es que este conflicto tiene víctimas civiles y también dentro de las FF.MM.: mutiladas, desaparecidas, atropelladas por el terrorismo de las Farc. Esa es una verdad incuestionable. Es por ello que a través de la nueva institucionalidad estaremos participando en todos los eventos que se refieran a víctimas para llevar la voz de estos soldados que lideraron la victoria militar y que hoy –con pedazos de sus cuerpos amputados– nos siguen iluminando para seguir adelante en la lucha contra cualquier amenaza que se pare al frente del pueblo colombiano.

Pero no todas están en el registro oficial…

No. Estamos en ese proceso y entendemos que es absolutamente fundamental aportar para que sean visibles y sean reconocidas. Y para que el pueblo colombiano entienda que esta victoria militar fue a punta, como decía Churchill, de sangre sudor y lágrimas.
 

Por Gloria Castrillón /Juan David Moreno Barreto

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