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Mancuso y “Timochenko” hablaron por primera vez sobre la verdad del conflicto

El exjefe de las AUC y el exjefe de las Farc hablaron vía telefónica sobre la participación de estos actores antagonistas en la guerra y su compromiso con la verdad ante el sistema de justicia transicional que nació del acuerdo de paz con la guerrilla. Ambos rechazaron los ataques sistemáticos contra esta justicia.

30 de julio de 2020 - 01:46 p. m.
En la foto el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso (ad portas de salir de la cárcel en Estados Unidos) y Rodrigo Londoño actual director del partido FARC.
En la foto el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso (ad portas de salir de la cárcel en Estados Unidos) y Rodrigo Londoño actual director del partido FARC.
Foto: Archivo

Este jueves, a través del gestor de paz y exministro Álvaro Leyva Durán, dos antagonistas durante la guerra hablaron por primera vez vía telefónica sobre su participación en la Justicia Especial para la Paz (JEP). Se trata del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso y el exjefe guerrillero Rodrigo Londoño, conocido como “Timochenko”. El primero, a la espera de que la justicia de los Estados Unidos lo deporte a Colombia luego de purgar su condena por narcotráfico en el país del norte. El segundo, el firmante por la guerrilla del Acuerdo de Paz con el Estado colombiano.

Según ha trascendido, Mancuso y Londoño hablaron de la importancia de que la verdad del conflicto se conozca a la luz de la JEP y de la Comisión para el Esclarecimiento de la verdad. “Esta mañana a las 6:30 conversaron estos personajes dado el compromiso de ambos con la paz, con las víctimas y la verdad. Los señores Londoño y Mancuso manifestaron su interés en continuar el diálogo iniciado en la mañana de hoy”, dice un comunicado emitido por el exministro Leyva.

Igualmente, se ha dicho, Mancuso trata de abonar el camino de su llegada al país en las próximas semanas de cara a su petición para que la JEP lo acoja como un tercero civil que financió el conflicto armado colombiano mucho antes de las estructuras paramilitares. “Coincidieron en la importancia de los derechos de las víctimas y en condenar los intentos de satanización de la JEP, particularmente de la Comisión de la Verdad, de los comisionados mismos y de su director, el sacerdote jesuita Francisco de Roux; y estimaron necesario defender la independencia de esta justicia”, reiteró Leyva.

Uno de los abogados del partido FARC, Camilo Fagua, dijo que este es un paso importante de lo que será el aporte de estos dos exguerreros antagonistas en la búsqueda de la verdad de la guerra de cinco décadas: “Este es un gran aporte para el fortalecimiento del sistema integral y la materialización de los derechos de las víctimas, sobre todo porque hoy en Colombia llegó la hora de la verdad. Y la participación de personajes como Salvatore es clave en esta construcción. Por otro lado, este es un mensaje para la sociedad de que seguimos esperando la participación de los terceros civiles que financiaron el conflicto”, expresó a este diario.

El pasado 4 de junio, la Sala de Reconocimiento de la JEP, que por primera vez estudió el sometimiento de un máximo responsable de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), en este caso Salvatore Mancuso, en primera instancia le cerró sus puertas argumentando que entre 1989 y 1997—periodo por el que solicitó ser aceptado como tercero civil, es decir, como una persona que apoyó, auspició o financió el conflicto armado—realmente fue un “miembro orgánico de la estructura criminal, desarrollando una función continua de combate”.

Por su parte, la defensa de Mancuso argumentó en la solicitud que, a pesar de ser un exjefeparamilitar, también fue informante del Ejército en 1989 y colaborador del mismo. También describió el entrenamiento militar que le dio el mayor del Ejército Walter Fratini Lobacio, comandante del batallón de contraguerrilla de la IX Brigada del Ejército, así como la participación de Mancuso en patrullajes contrainsurgentes ilegales, realizados con Frantini y con soldados y exguerrilleros. No obstante, aún el proceso está siendo evaluado en segunda instancia por la JEP y se espera que en las próximas semanas sea deportado Mancuso a Colombia.

A finales del año pasado, en una mesa organizada por la Comisión de la Verdad, exintegrantes del Ejército de Liberación Nacional (Eln), Ejército Popular de Liberación (Epl), Movimiento 19 de Abril (M-19), Corriente de Renovación Socialista (CRS), Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (Farc-Ep) y las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) dialogaron en una mesa de trabajo, llamada Narrativas de Excombatientes, sobre su participación en la guerra, los motivos que los llevaron a elegir el camino de las armas y sus posiciones políticas frente a un país que, aseguran, en varios momentos vieron caer a pedazos.

De las Farc participaron María Aureliana Buendía, Gabriel Ángel, Sandra Ramírez y Rodrigo Londoño Echeverri; del Epl asistieron Álvaro Villarraga Sarmiento, Francisco Caraballo, Raquel Vergara Álvarez e Ildefonso Henao Salazar; del M-19 fueron Luz Amparo Jiménez, Fabio Mariño Vargas, Álvaro Jiménez Millán, Vera Grabe y Gloria Quiceno; del Eln estuvieron Alonso Ojeda Awad, Carlos Arturo Velandia Jagua, Fernando Hernández y Medardo Correa; de las Auc, Nodier Giraldo, José Eleazar Moreno, Rodrigo Pérez Alzate, Óscar Leonardo Montealegre, Freddy Rendón Herrera, Iván Roberto Duque, Manuel de Jesús Pirabán, Edwar Cobos Téllez, Arlex Arango y Óscar José Ospino; de la CRS, Luis Eduardo Celis, y, finalmente, los integrantes del PRT fueron convocados José Matías Ortiz Sarmiento y Gabriel Barrios.

Mayor ampliación: Un diálogo entre antiguos enemigos

En febrero pasado, por primera vez excombatientes de las Farc y de las AUC acompañaron la entrega del informe que hicieron las víctimas del atentado al Club El Nogal de Bogotá ante la JEP, cuyo carro bomba atribuido a las Farc el 7 de febrero de 2003, ocasionó la muerte de 36 personas y dejó más de 190 heridas. En su intervención, Berta Fríes, la representante de las víctimas, les reiteró a los excombatientes que no hay justificación para este atentado. Ellos, como pocas veces, guardaron silencio y repitieron su vergüenza y arrepentimiento.

En esa dirección fue la intervención del exparamilitar Salvatore Mancuso desde Estados Unidos. “Noche tras noche, día tras días, desde los distintos lugares de reclusión, donde he estado preso en Colombia y Estados Unidos, permanentemente pido perdón por los perjuicios y daños que causé en el trasegrar de los grupos de autodefensas”. Y agregó: “Aunque no participé en este acto, pues fue una acción de autoría de las Farc, la justificación del atentado públicamente conocida fue cegar la vida de los miembros de las fuerzas armadas del país, quienes al interior del club se reunían con integrantes de las autodefensas”. Insistió que él nunca estuvo allí, pero como bajo ese supuesto se perpetró el crimen y para esa fecha era actor del conflicto armado imploró perdón de sus víctimas.

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