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Reconocimiento de exFarc no aporta nada nuevo a nuestro caso: familiares de diputados del Valle

A través de un comunicado, familiares de los 11 diputados secuestrados y asesinados por las Farc, y Sigifredo López, sobreviviente, pidieron mayor esclarecimiento de verdad para su caso e hicieron una serie de peticiones a la JEP. Otras víctimas tienen opiniones distintas.

30 de abril de 2021 - 05:10 p. m.
Según la JEP, la antigua guerrilla de las Farc secuestró a más de 22.000 personas. / Archivo El Espectador.
Según la JEP, la antigua guerrilla de las Farc secuestró a más de 22.000 personas. / Archivo El Espectador.

“El reconocimiento de responsabilidades de las FARC, realizado el día de hoy, no aporta nada nuevo en nuestro caso. Desde el 1 de diciembre de 2016, los ex miembros del Secretariado de las Farc, representados por Pablo Catatumbo, asumieron la responsabilidad en el secuestro y la masacre de los diputados del Valle del Cauca”, así comienza el comunicado enviado por los familiares de los 11 diputados del Valle secuestrados por la antigua guerrilla de las Farc el 11 de abril de 2002, y posteriormente asesinados cinco años después todavía en cautiverio. El único sobreviviente, el diputado número 12, Sigifredo López, también firma la comunicación.

(En contexto: JEP: exsecretariado de las Farc acepta cargos por secuestro y otros crímenes de lesa humanidad)

Este pronunciamiento se da después de que los exintegrantes del secretariado de las Farc aceptaran ante la Jurisdicción Especial para la Paz que son responsables de cometer secuestros y otros crímenes, como torturas, tratos crueles e inhumanos, asesinatos y desapariciones forzadas. El caso de los 12 diputados secuestrados, como lo dicen las familias, sigue sin ser completamente esclarecido. “Reiteramos que las versiones colectivas e individuales rendidas ante la JEP, no permiten el esclarecimiento de la verdad. Aún desconocemos la verdad plena, exhaustiva y detallada de los hechos que rodearon el secuestro y asesinato de los diputados. Tampoco se conoce cuales ex miembros de las Farc, milicianos y terceros estuvieron implicados”, dicen las víctimas.

En su comunicación, las víctimas además le hacen una serie de peticiones a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que es el tribunal creado por el Acuerdo de Paz para juzgar los graves crímenes cometidos en el conflicto. Es necesario recordar que la JEP es una justicia transicional con penas propias que no implican cárcel cuando se reconoce y se aporta a la verdad, pero que sí implican sanciones restauradoras en los sitios donde más daño hicieron los responsables. Sin embargo, lo que los familiares le piden a la jurisdicción es que la sanción que impongan “debe implicar la restricción efectiva de la libertad”.

Además, dicen que “la contribución a la verdad, la reparación y el compromiso de no repetición (...) no debe ser tenida en cuenta para disminuir el tiempo del cumplimiento de la sanción. Todo lo contrario, su incumplimiento debe acarrear la pérdida total de cualquier tratamiento penal especial para el sancionado y la aplicación por parte de la JEP de las sanciones ordinarias del Código Penal colombiano”.

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Carolina Charry, hija del diputado del Valle, Carlos Alberto Charry, asesinado en cautiverio por las Farc, señaló: “Valoramos los esfuerzos que se han hecho, pero necesitamos saber con mayor profundidad qué pasó con nuestros familiares. Esperamos un esclarecimiento pleno, porque aún faltan piezas de ese rompecabezas. Por ejemplo, conocimos una versión que decía que todo se desencadenó por error, por un fuego cruzado, un fuego amigo entre frentes de las FARC, pero no tenemos mayor información alrededor de por qué terminan asesinándolos”.

Sobre el reconocimiento de tratos crueles y degradantes durante el secuestro por parte de las FARC, Charry aseguró que era lo que esperaban, luego de conocer tantas narrativas de sobrevivientes de secuestro en esa dirección: “Me parece importante y valiente que lo reconozcan, pero no creo que se deba aplaudirles por ese reconocimiento, era su responsabilidad con la verdad, las víctimas y el tribunal de paz”.

Helmut Angulo, hijo de los esposos Angulo, secuestrados, asesinados y desaparecidos por las antiguas Farc, concuerda con esta idea. Para él es importante que hayan penas de cárcel y, más vital aún, que los exFarc contribuyan a encontrar a las personas desaparecidas. “Algo que puede ayudar a este tema es que ellos se pongan la camiseta como lo están haciendo con alguna gente. Hay una Comisión de Búsqueda de las Farc, encabezada por Jhon León, que se pone la camiseta y camina con la gente buscando cuerpos. Cuando ellos digan “el cuerpo de esta persona está en tal sitio y pasó esto”, a las familias eso las va a calmar muchísimo”.

Angulo, además, no ve este reconocimiento como “reconocimiento de corazón. Yo siento que ellos lo reconocen porque tienen que hacerlo y es un protocolo más en la JEP. Lo hablan de una forma muy cruda y escueta, no se les nota el sentimiento de decir: oiga, sí, hicimos las cosas mal, la embarramos, y esto no debe volver a pasar”.

(Lea también: JEP acusa a ocho excomandantes de las Farc por secuestro)

Una opinión distinta tiene Wilson Benavides, uno de los soldados secuestrados el 3 de agosto de 1999 cuando unidades del Bloque Oriental de las Farc se tomaron la base militar en Miraflores (Guaviare). A él, el reconocimiento de los excomandantes de Farc le genera una expectativa: “Pensamos que eso se iba a quedar así y nos damos cuenta de que el caso va avanzando después de 20 años”.

El integrante de la Corporación Mil Víctimas resalta que por primera vez los exguerrilleros reconozcan “la verdad de los hechos que ocurrieron estando cautivos, porque eso fue lo grave del asunto”. Se refiere a los tratos crueles e inhumanos y torturas: “Eso fue finalmente lo que nos dejó graves secuelas irreversibles”. En su caso desarrolló esquizofrenia y estrés postraumático.

Sobre las declaraciones de Alape, señaló que los militares fueron llevados en contra de su voluntad durante años y en cautiverio maltratado, en ese sentido, dejaron de ser uniformados y se convirtieron en víctimas: “Que nos llamen como lo que fuimos: secuestrados. El secuestro era algo normal dentro de la guerra, pero cometieron un delito. Y no solo aquí sino en el mundo”.

Ahora espera que, en caso de que la JEP avale este reconocimiento, haya una reparación digna y acorde al sufrimiento que vivieron él y sus familiares. Pero sobre todo pidió que se garantice la no repetición de estos hechos atroces. Dijo que no le teme asistir a una futura audiencia de reconocimiento, donde se encontrará con los excomandantes de Farc, pues advirtió que será allí donde él podrá contar el horror que vivieron en caso de que ellos lo justifiquen.

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Usuario(51538)1 Abr 2021 - 1:46 a. m.
Eso se llama pensar con el deseo. Las penas privativas de la libertad para esos tipos no quedaron contempladas en el acuerdo y menos si, como en este caso, se acepta la responsabilidad del crimen, se pide perdón y se comprometen con la restauración. Deben buscar venganza por otros medios. O sacarle billuyo al Estado.
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