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Haciendo País

El destino de Gloria

Columnista invitado
13 de enero de 2019 - 07:53 p. m.

Por Gilberto Henao Marulanda*.

Corría la década de los 80, era un viernes 30 de junio de 1982 y el maestro de ceremonia en el auditorio del otrora teatro Virrey, en la ciudad de Cartago, me entregaba la "medalla al mejor alumno de la promoción 1982. Así fue, con la beca recibida del Icetex pude estudiar en el Instituto de Comercio Práctico “Inscop” donde me gradué con honores. A la semana siguiente ya estaba trabajando. Transcurrió un año y medio y como siempre había admirado a los soldados de Colombia decidí hacer parte de mí  Ejército Nacional. Ingresé como alumno a la escuela Inocencio Chinca, al año siguiente me gradué como suboficial y fui asignado a la Guajira. Pasaron solo seis meses y por la crítica situación de orden público en todo el territorio nacional, el batallón Cartagena al cual pertenecía fue agregado al departamento de Antioquia. El avión hércules hizo varios vuelos de Riohacha al recién construido aeropuerto José María Córdoba. De allí al municipio de Santa Rosa de Osos. Ninguno se imaginaba el infierno que nos esperaba en estas tierras de Antioquia.

En aquellos días; era normal que un suboficial del Ejército en el grado de Cabo Segundo trasegara por las montañas de Colombia como integrante de un grupo contraguerrilla. Fueron  muchos los combates y muchos los  soldados y guerrilleros muertos y heridos que vi, algunos de los cuales fueron evacuados de las montañas.

Nos encontrábamos en el nudo de Paramillo, entre Antioquia y Córdoba, cuando aterrizó un helicóptero que nos traía los víveres. Ese día también llegó un suboficial con Carlos y Gloria. El suboficial le informó al teniente comandante de la contraguerrilla que Carlos y Gloria eran enviados como guías y el teniente le respondió que ya mí coronel le había dado instrucciones por radio. Al día siguiente hable con Gloria. Ella me contó que no había ingresado a la guerrilla voluntariamente, que la habían reclutado cuando tenía 14 años y que había terminado octavo grado en un colegio de Santa Rosa de Osos, en Antioquia. Me dijo que vivía en el campo, en San Andrés de Cuerquia, que su tía-madrina le ayudaba con el estudio, porque sus padres eran muy pobres y que la habían reclutado en la costa cuando se encontraba de vacaciones donde una de sus tías.

Después fueron muchas las veces que pude hablar con ella. Fue entrenada y convertida en una sanguinaria guerrillera que tuvo que pasar siete largos años de su vida combatiendo en las montañas de Colombia, por ideales que no eran los suyos, pues siempre había querido estudiar para poder ayudar a sus padre y a sus dos hermanos menores, pero sus aspiraciones fueron truncadas ese día en que una reclutadora de la guerrilla la convenció con falsas promesas y la entregó a varios guerrilleros que se camuflaban dentro de la población, haciéndose pasar por profesionales y personas prestantes de la región. Fue llevada a lo más alto del Paramillo y allí se convirtió en una despiadada guerrillera.

Cuando conocí a Gloria tenía 22 años, era muy bonita y agraciada a pesar de los años que había pasado en las montañas. En mi novela narro con detalle todas las peripecias y vicisitudes de la cotidianidad que ella vivió en las selvas de Antioquia, en territorios agrestes, llevando una vida diametralmente opuesta a la que estaba acostumbrada como una niña campesina. Así como también las angustias y penurias por las que tuvo que pasar su familia.  

Escribí “Destino de Gloria” inspirado en la lánguida mirada de esa joven niña cada vez que me contaba sus sufrimientos durante su tiempo como guerrillera. Mi novela “Destino de Gloria”  no tiene otro propósito que contar con conocimiento de causa lo que ha pasado a lo largo y ancho del territorio colombiano con tantos niños y niñas reclutados por grupos subversivos. 

Por eso hoy quiero resaltar el compromiso y respaldo que debemos tener con los diálogos de paz y el fin de la guerra fratricida que nos ha marcado a los colombianos por espacio de más de cincuenta años. Pasados algunos años me he hecho esta pregunta ¿por qué Gloria tuvo que ir a una guerra como guerrillera y yo tuve que ir como soldado, siendo los dos hermanos colombianos que pudimos haber hecho algo diferente para nosotros, para nuestras familias, para nuestra Colombia? 

Esta novela la escribí aún en las montañas de Antioquia y la terminé dos años después de mi retiro, una vez publicada y hecho su lanzamiento dedico parte de mi tiempo a dictar conferencias en colegios y unidades militares. Conferencias tendientes a crear conciencia del daño que la guerra le ha hecho a nuestro país y lo que podemos hacer para no repetir esta triste historia que a los colombianos nos ha tocado vivir. 

*Sargento primero pensionado del Ejército. Publicó su libro: "Destino de Gloria", en 2015, por litografía. 

 

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