Se llama Juan Fernando Quintero, hizo tremendo gol en el estadio Santiago Bernabéu y selló la victoria que le dio la copa libertadores a River Plate, “Juan Fer” como lo llaman en Argentina es hijo de un desaparecido por el ejército colombiano, cuya institución hasta la fecha no sabe dar razón. Juan Fernando creció en las calles de la comuna 13 de Medellín, en las que el gobierno de la seguridad democrática en asocio con paramilitares asesinó a centenares de jóvenes pobres, muchos de ellos inocentes y que hoy están en las fosas comunes en la ladera de ésa montaña.
La historia de “Juan Fer,” es el reflejo de la vida de miles de jóvenes en los barrios pobres de Medellín que hoy siguen siendo víctimas del narcotráfico. Jóvenes sin oportunidades que sueñan con ser algún día estrellas de futbol para darse una vida lejos de la pobreza y comprarle por fin una buena casa a la “cucha” (como se le dice a la madre en la jerga popular paisa). Por eso, verle gritar su gol y la victoria en uno de los estadios más importantes del mundo fue sentir el grito de muchos “parceros” de la comuna 13 que hoy ya no están.
Su padre también jugó al futbol pero dicen que cuando su novia quedó embarazada tuvo que dejar las inferiores del Atlético Nacional e irse a probar suerte. Un día el ejército lo reclutó porque no tenía libreta militar y lo mandó al Urabá antioqueño y que después de un tiempo lo devolvieron a Medellín Según su propia familia el bus en el que viajaba el papá de “Juan Fer”, fue interceptado por paramilitares de Castaño y después de eso no se supo más. Desde entonces hasta hoy, Jaime Enrique no apareció, Lina, la madre de Quintero dice que la última vez que lo vio tenía una sudadera gris y tenis blancos, y había salido a conseguir trabajo.
De nada sirvió que la familia Quintero interpusiera demandas ante el Estado, como le sucede a miles de colombianos esta no prosperó ni prosperará. De nada sirve que una u otra ONG y fundaciones en pro de las víctimas prometan éxito en la búsqueda de desaparecidos, entre estos a Jaime Enrique porque, seamos honestos, difícilmente en un país como Colombia esto sucederá después de 25 años. Son horrorosas e inapropiadas las comparaciones, pero si no hemos podido tener la verdad sobre los desaparecidos del palacio de justicia, dudo que “Juan Fer” pueda saber lo sucedido con su padre.
En todo caso, la vida de Juan Fernando Quintero es la clara demostración de la horrorosa historia colombiana. Y también una luz de esperanza para quienes sueñan que la guerra no tiene la última palabra. Un mensaje claro para todos los jóvenes de las comunas pobres de Medellín y de Colombia: ¡se puede soñar con trabajo y esmero, se puede ser grande en medio de las balas, y hasta alucinar con hacer goles en el Santiago Bernabéu!, y por qué no, hasta darle la copa a uno de los clubes de fútbol más grandes del continente.
Esperamos que el nuevo gobierno pueda aprovechar ese potencial que los jóvenes de los barrios más humildes del país tienen, la salida no es bombardearlos y asesinarlos como la entonces ministra de defensa hoy vicepresidenta de la república hizo con la comuna 13, y como quiere continuar haciéndolo el alcalde de Medellín, alfil de la seguridad democrática. Por suerte, “Juan Fer”, un gran sobreviviente de toda esta arremetida nos deja una gran enseñanza, los sueños, el trabajo, y la dedicación nos llevan a cumplir sueños. Esperemos que los políticos de turno hagan lo suyo. Mientras tanto, “Juan Fer” nos sigue deleitando con su fútbol.