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La fotografía del conflicto, entre la ética y la estética

En caso de que "la guerra no es estética", la implicación podría ser que no es un tema apropiado para el arte, y, si "la belleza no es ética", es un paso corto para decir que cualquier cosa bella no es ética.

Columnista invitado
11 de mayo de 2019 - 08:32 p. m.

He sido fotógrafo profesional durante los últimos 30 años y he trabajado en zonas de conflicto en todo el mundo. He sido herido por balas en dos ocasiones, una vez por las tropas de los Estados Unidos en Panamá y, con cierta ironia, la otra por los rusos comunistas en Moscú. He dedicado los últimos tres años a un proyecto fotográfico sobre los guerrilleros de las FARC, que he financiado yo mismo. Ofrezco estos datos para demostrar que creo que la fotografía es una forma válida de responder a la guerra al punto que he estado listo apoyar esta idea incluso con mi salud y dinero.

Evidentemente comparto esta creencia con Jesús Abad Colorado, luego de que ha dedicado 27 años de su vida fotografiando el conflicto en Colombia. Su exposición "El Testigo" era el tema de una conversacion en la Filbo entre él, la curadora María Belén Sáez de Ibarra y Andres Paramo, resumido en un artículo de Arcadia, el 29 de abril. La lógica de la muestra ya está reconocida: que si ignoramos la historia, estamos destinados a repetirla, y que las imágenes de la guerra pueden actuar como un elemento disuasivo para ello en el futuro. En consecuencia, al mostrar el costo humano del conflicto aquí, creo que Abad y otros han prestado un servicio vital al país.

Pero no estoy de acuerdo en un punto clave, y creo que vale la pena plantear el debate, no para comenzar ninguna confrontación, sino para buscar la tolerancia intelectual en el valor del arte, especialmente, en relación con el conflicto colombiano. Me preocupa este comentario: “Para Jesús Abad Colorado las fotos no son primariamente una muestra artística. ‘Él siempre dice que la belleza no es ética y que la guerra no es estética”. La intención, creo, es apuntar que la guerra es fea y no debe ser convertida en algo bonito por los artistas. El problema es que las palabras dicen algo diferente y se ajustan a una vision de arte que creo y que podría justificar la censura.

En caso de que "la guerra no es estética", la implicación podría ser que no es un tema apropiado para el arte, y, si "la belleza no es ética", es un paso corto para decir que cualquier cosa bella no es ética.

Me gustaria anotar, en contraste, que hay innumerables grandes obras que confrontan, critican y muestran aborrecimiento por el conflicto armado. Obras que son reconocidas como arte y ciertamente son éticas: Guernica de Pablo Picasso, una composición que muestra cuerpos desmembrados que recuerdan la guerra civil española; las pinturas de tortura de Fernando Botero en la cárcel de Abu Graib en Irak, en una de las cuales un prisionero tiene un palo de madera con sangre que sobresale de su recto; muchas de las pinturas de Goya; Cien años de soledad, con sus relatos de la masacre de las bananeras; los bocetos de niños en edad escolar reproducidos en un libro de Juan Manuel Echavarría, que muestra balas matando a los aldeanos colombianos, etc. etc. etc.

Creo que la intención de estas obras es cercana al objetivo de Abad en tomar fotografías de victimas y la de Sáez en presentarlas. De hecho, de pronto Abad esta consciente de esta contradicción, porque de acuerdo con el articulo, para él, sus fotos no son “primariamente” una muestra artistica … en otras palabras, piensa que de alguna manera si lo son.

Ademas de ir en contra de muchas evidencias, el sentimiento de que "la guerra no es estética" puede justificar la supresión de todas las obras que trata el tema de la guerra. En este orden de ideas estas obras no serían consideradas ni bellas, ni artisticas, y por lo tanto no merecerían entrar en las galerias y museos, los cuales deben contener solamente imágenes de pajaros, montañas y otras cosas hermosas.

Respeto al comentario de que "la belleza no es ética," los puritanos ingleses bajo Oliver Cromwell aparentamente creyeron lo mismo, porque sacaron las decoraciones de las iglesias y cerraron los teatros. Su gobierno resulto mas hipocrita que nunca. Despues de ejecutar el rey y declarar el pais como republica, finalmente cedió el poder a su hijo, como cualquier monarca.

Para mi, la belleza y la ética son categorías diferentes, por lo que no pueden utilizarse para definirse entre sí. Pues, una obra que sea bella puede ser ética o no. Por ejemplo, las películas de Leni Riefenstahl hechas para la Alemania Nazi no son éticas, porque parecen glorificar, no solo el poder de las armas y la fuerza de los ejércitos, sino también un régimen autoritario y brutal; pero mucha gente las piensa bellas, incluso su estética - su arte- ha sido copiado una y otra vez en las peliculas de superheroes.

Creo profundamente que el arte puede ser ético por su metodo y su forma, incluso, cuando expresa algo no ético, como en el caso de Riefenstahl. No intento definir el arte porque cualquier definición lo limita; pero, para mí, una de sus caracteristicas esenciales es que expande nuestra imaginación para ofrecernos nuevas formas de ver el mundo, que no hayamos descubierto y que probablemente no hubiéramos podido inventar. Nos aleja de los argumentos comunes y clichés que nos separan al definir la realidad de manera demasiado simple y rígida. No se trata de ignorar o vender nuestras creencias, sino de lograr una mayor capacidad de imaginar puntos de vista que no son los nuestros, e incluso, proyectarnos en ellos.

En resumen, por su caracteristica de invencion original e inesperada, el arte puede ayudarnos a comprender y empatizar con aquellas personas que nuestras ideas preconcebidas nos han hecho estar en desacuerdo. Esto, para mí, es ético. Incluso, mientras me encuentro en desacuerdo con aspectos del pensamiento de Jesus Abad, creo que estaríamos de acuerdo, en que es mejor buscar el entendimiento mutuo y la reconciliación más que la confrontación y el conflicto.

*Malcolm Linton, es un fotógrafo estadounidense, quien realizó la exposición fotográfica “Cuando la tinta seca: los rebeldes de las FARC en el proceso de Paz", en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2019.

Por Columnista invitado

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